Un jurado del condado de Harris, en el cual se ubica la ciudad de Houston, ha declarado no culpable al base de los Rockets Rafer Alston de los cargos de conducción bajo los efectos del alcohol que pesaban sobre él.
En el juicio, el policía que le detuvo declaró que le dio el alto tras ver que iba sin luces, aunque negó que hiciera maniobras extrañas, tal y como reflejaban los primeros informes. Cuando Alston bajó la ventanilla, pudo comprobar que olía a alcohol, hablaba con dificultades y tenía los ojos enrojecidos, síntomas propios de una intoxicación etílica.
El jugador, que en su día no quiso ser sometido a una prueba de alcohol, reconoció haber tomado 3 o 4 copas en una conocida discoteca, pero negó estar borracho, ya que había cenado antes copiosamente. También dijo que circulaba sin luces debido a que el aparcacoches de la discoteca había desconectado por error las luces automáticas de su Aston Martin sin que él lo advirtiera.
El jurado ha considerado que no había pruebas suficientes en contra de Alston.