La Comisión de Gobierno de la NBA ha votado a favor de permitir que el Palms Casino Resort de Las Vegas acepte apuestas sobre partidos de baloncesto. El complejo de juego es propiedad de los hermanos Maloof, que a su vez son los dueños de los Sacramento Kings. De ahí la necesidad del permiso de la liga.
Las apuestas sobre baloncesto son muy populares en Estados Unidos, aunque no tanto como las de fútbol americano, y generan importantes ingresos a los casinos y casas de juego. No es de extrañar por lo tanto la satisfacción que mostraba George Maloof Jr. al hacer público el acuerdo alcanzado con la NBA.
El acuerdo permite aceptar todas aquellas apuestas que no involucren a los Kings y es similar al alcanzado hace un tiempo con la compañía de casinos Harrah’s Entertainment Inc, cuyo jefe ejecutivo, George Loverman, posee un 2,4% de los Celtics.
El tema de las apuestas ha traído de cabeza a la NBA en los últimos tiempos tras el estallido del caso de apuestas ilegales protagonizado por el árbitro Tim Donaghy.