El Salón de la Fama acoge desde anoche a 7 nuevos inquilinos: los ex jugadores de baloncesto Hakeem Olajuwon, Patrick Ewing y Adrian Dantley, el entrenador Pat Riley, el propietario de Detroit Pistons, Bill Davidson, la ex entrenadora Cathy Rush y el analista Dick Vitale.
La ceremonia de inclusión en el Salón de la Fama de todas estas celebridades del baloncesto con una cargadísima y brillante trayectoria a sus espaldas tuvo lugar anoche en Springfield (Massachusetts), una de las cunas del baloncesto y sede del Salón de la Fama.
Fue una noche con sabor retro que supo, por momentos, a revisitación de los dorados años 80 a la vista de los homenajeados.
Poco hay que decir de los 3 ex jugadores premiados. Olajuwon, Ewing y Dantley necesitan pocas presentaciones. Y es que no hay que olvidar que entre los 3 sumaron en sus carreras alrededor de 75.000 puntos.
Olajuwon y Ewing, dos pívots dominantes de la década de los 80 oriundos de Nigeria y Jamaica que prolongaron sus carreras en la siguiente década, totalizan, nada más y nada menos, que 23 participaciones en el Partido de las Estrellas (12 Olajuwon y 11 Ewing).
El nigeriano, apodado “The Dream” (“El Sueño”), vio cómo anoche su ‘nombre de guerra’ cobraba forma, tal y como reconoció: “Era un sueño que se hace realidad”. El que fuera pívot, entre otros, de Houston Rockets, ganó 2 anillos con el equipo texano, anotó 27.000 puntos, capturó casi 14.000 rebotes y colocó casi 4.000 tapones en su paso por la NBA. Casi nada.
Mientras, el estadounidense de origen jamaicano, icono de los Knicks, fue campeón de la NCAA y doble campeón olímpico. Sus números no se quedan atrás: 25.000 puntos y más de 11.500 rebotes.
Resultó emocionante ver a Olajuwon y Ewing posando juntos mientras sujetaban las camisetas que antaño les dieron la gloria, la de los Rockets y la de los Knicks.
Muy cerca de ellos estaba otro hombre mítico, el gran Pat Riley, entrenador de los míticos Lakers del ‘showtime’, la imaginativa propuesta baloncestística de los 80 liderada por ‘Magic’ Johnson.
Riley, Ewing y Olajuwon volvían a juntar sus vidas tras aquella final de la NBA de 1994 que les enfrentó. Un enfrentamiento que cayó del lado de Olajuwon (Rockets) frente a Riley y Ewing (Knicks).
De Riley quedan, también, pocas cosas que decir. Ha entrenado a equipos como Lakers, Knicks y Heat, y en su palmarés hay 5 títulos de la NBA.
Una larga espera
Si bien es cierto que estos 3 hombres del baloncesto podían haber sido incluidos en el Salón de la Fama hace ya bastante tiempo, no es menos cierto que la mayoría de los 4 restantes han tenido que experimentar una gran decepción al ser rechazados a última hora repetidamente para alcanzar tal distinción. Son los casos, por ejemplo, de Adrian Dantley, 6 veces nominado, y Cathy Rush, que lo fue 5 veces antes de lograrlo en el sexto intento.
Adrian Dantley es otro hombre mítico de los 80. Maravilloso alero más propenso al juego interior que al exterior (anotó 7 triples en los casi 1.000 partidos que jugó). Jugador de excelentes porcentajes, un anotador puro que promedió más de 23 puntos por partido en los 15 años que permaneció en la NBA.
Dantley militó, entre otros equipos, en Detroit Pistons, equipo en el que coincidió con otro de los galardonados, Bill Davidson, ya que por entonces Davidson ya era el propietario de la franquicia.
En cuanto a Cathy Rush, cabe decir que la ex entrenadora de baloncesto revolucionó la categoría femenina allá por los 70 con una pequeña universidad católica. Fue una auténtica pionera y llegó a entrenar a la selección femenina de Estados Unidos.
Junto a ellos estaba el magnate Bill Davidson, que a sus 85 años de edad está ya un poco a vuelta de todo tras estar al frente de los Pistons en los últimos 34 años. Davidson es, además, propietario desde 1998 de los Detroit Shock, equipo de la WNBA (NBA femenina). Además de títulos y distinciones, el dueño de los dos equipos de Detroit fue una figura clave para que en su día la Liga adoptase conceptos claves en el mercado de contrataciones como el tope salarial o el sistema de agentes libres.
El espectáculo en estado puro
Pero el gran protagonista de la noche fue el séptimo galardonado: Dick Vitale, que es desde hace 30 años analista del baloncesto colegial en la ESPN.
Y para seguir con los puntos de encuentro, que suelen sucederse con trayectorias tan prolongadas, Vitale también coincidió con Davidson, ya que entrenó a los Pistons hace 30 años. Fue una experiencia bastante corta, algo más de 1 temporada. Pero ahí está.
El bueno de Vitale tomó el micrófono y resultó ya imparable. Y es que se apropió por entero del espectáculo con un discurso de 30 minutos cargado de pasión que encandiló a los presentes.
Pero fuera de discursos más o menos brillantes, lo más importante es que desde anoche el Salón de la Fama cuenta con 7 nuevos habitantes. Todos ellos, desde sus diferentes campos, han aportado mucho al mundo del baloncesto y ahora están en el Olimpo de este deporte.