Afortunadamente no se repitió la historia y el paso del huracán Gustav resultó mucho más benigno para el estado de Louisiana y la ciudad de Nueva Orleans, y por extensión para los Hornets, que el de su antecesor Katrina.
Tras unos días de incertidumbre, con el tremendo desastre de 2005 en la memoria, los responsables de la franquicia de Nueva Orleans han podido respirar con alivio tras recibir los primeros informes sobre los daños sufridos en sus instalaciones.
Según dichos informes, la estructura y el interior del New Orleans Arena y el Alario Center, su instalación de entrenamiento, no han sufrido desperfectos y los fuertes vientos tan sólo han producido daños en algunos elementos exteriores de ambos complejos. La franquicia reiniciará sus actividades tan pronto como las autoridades den el visto bueno al regreso de los miles de ciudadanos evacuados a la ciudad.