Los propietarios de la franquicia, encabezados por Clay Bennett, y la ciudad de Seattle han resuelto los detalles más importantes del acuerdo judicial al que llegaron a principios de julio y que dio vía libre a la marcha de los antiguos Sonics a Oklahoma City.
La parte más sustancial del acuerdo, como ya se informó en su día, es aquella que obliga a Clay Bennett y los suyos a abonar 45 millones de dólares a la ciudad de Seattle para dar por finalizado el contrato que les obligaba a permanecer en el Key Arena y otros 30 en un futuro si la ciudad aprueba la construcción de un nuevo pabellón y no consigue que una nueva franquicia de la NBA llegue a la ciudad. Pero además de esta indemnización económica quedaban otros bienes por repartir que se detallan en el documento aprobado ahora por las partes y del que restan por precisar algunos flecos para su firma definitiva.
Reparto detallado
Como en todo acuerdo de divorcio que se precie, el acuerdo alcanzado precisa qué parte se quedará con cada uno de los muebles, propiedades y marcas que los Sonics mantenían en el Key Arena de Seattle.
En el estado de Washington permanecerán los estandartes de campeón y trofeos del equipo, así como las camisetas retiradas pertenecientes a los jugadores más destacados en la historia de la franquicia. Todo ello quedará expuesto en el Museo de Historia e Industria de Seattle. La franquicia de Oklahoma podrá hacer copias y tendrá derecho a solicitarlos para su exposición temporal en su nueva sede.
A Oklahoma irá todo lo demás, incluidos los equipamientos de audio, las pantallas planas de televisión existentes en los vestuarios de entrenadores, las 150 sillas de pie de pista y las 24 utilizadas por comisarios y anotadores, así como otros materiales. Gran parte de este equipamiento está siendo utilizado ahora por el equipo de la WNBA que tiene su sede en Seattle por lo que no podrán ser trasladados hasta que termine la actual temporada de la liga femenina.
El nombre de Supersonics y los logos del equipo quedan en poder de Clay Bennett bajo el compromiso de no utilizarlos fuera de Seattle y de cederlos de forma gratuita si en un futuro una nueva franquicia se establece en la ciudad.
Las estadísticas históricas de los Sonics podrán ser utilizadas por Oklahoma City, pero también tendrá derecho a utilizarlas la hipotética franquicia que se instale en un futuro en Seattle.
El resto de demandas siguen adelante
Aunque la contienda legal entre la ciudad de Seattle y la franquicia de los Sonics, que se da por finalizada con este acuerdo, era la más importante y con más peso de las existentes no es la única y su final no marca el del resto de contenciosos, que siguen su curso.
Por un lado, Howard Schultz, el antiguo propietario de la franquicia, mantiene en los juzgados su intención de recuperar la propiedad de la misma tras acusar de mala fe al grupo comprador. La vista de esta demanda -que de resolverse a su favor haría regresar al equipo a Seattle de su mano y obligaría a la ciudad a devolver a Bennett los 45 millones de dólares pactados en el acuerdo- ha sido fijada para el 15 de junio del 2009.
Al tiempo que se anunciaba la fecha de la vista, Schultz recibió sendos reveses a sus intenciones. En primer lugar, la jueza encargada del caso rechazó su pretensión de dividir el juicio en dos partes y posteriormente aceptó la solicitud de la NBA de personarse en el caso como entidad afectada, solicitud a la que el dueño de la cadena Starbucks se oponía.
Los antiguos abonados también demandan
Por otro lado, más de un millar de abonados de los Sonics se han unido en una demanda colectiva contra los propietarios de la franquicia al considerar que estos han incumplido sus obligaciones contractuales con ellos al trasladar el equipo a otra ciudad, impidiéndoles de esta manera ejercer los derechos preferentes que poseían para los próximos 2 años.
En un escrito presentado ante los tribunales, los demandantes solicitan que la franquicia les indemnice entregándoles de forma gratuita abonos para la próxima temporada, a disputar en Oklahoma City, y el derecho a revenderlos.
Precisamente hace unos días, los propietarios de la franquicia anunciaron los precios de los abonos para la próxima temporada en Oklahoma City, que serán, de media, un 36 por ciento más caros que los de la pasada temporada disputada en Seattle. Habrá, eso sí, 3.400 asientos cada partido al módico precio de 10 dólares, muy por encima del mínimo de 500 que la liga exige vender a este precio a cada equipo.