El ex jugador de la selección argentina de baloncesto Jorge ‘El Gigante’ González ha desmentido categóricamente las informaciones que indicaban que había sido internado en una clínica de Avellaneda en estado muy grave.
La noticia corrió como un reguero de pólvora durante las últimas horas por Internet y apareció en algunos medios de comunicación escritos de Argentina. En ella se afirmaba que Jorge González –que mide 2,30- se había desplazado a Avellaneda, en la provincia de Buenos Aires, debido a una insuficiencia renal que había obligado a internarle en un hospital dada la gravedad de su estado.
Tras la alarma creada entre los aficionados por la preocupante noticia llegó el desmentido. González negó la gravedad de la situación y aseguró que “lo que me enferman son estas versiones que preocupan a mis familiares y amigos”.
El ex deportista lamentó “las invenciones periodísticas” que han dado lugar a esta situación y explicó que se encuentra muy bien de salud. De hecho, en estos momentos el gigante argentino pesa 170 kilos frente a los 219 que llegó a pesar a causa de la retención de líquidos que sufría.
Su traslado a Avellaneda se debió, según explicó el propio González, a que debía practicársele un análisis rutinario debido a la diabetes que padece como consecuencia de la acromegalia (gigantismo) que sufre desde que nació.
En esta ocasión no se le pudo atender en el Hospital de Alta Complejidad de Formosa, zona en la que vive, debido a la falta de camas. De ahí que se viera obligado a desplazarse a Avellaneda, lo que generó intensos rumores que acabaron siendo noticia, inexacta, eso sí.
Una vida excesiva, como su altura
La vida de Jorge González, nacido en El Colorado hace 42 años, está marcada por las luces y las sombras, por el éxito rutilante y por la caída en desgracia. Es una amalgama de excesos, como su altura.
El ex jugador de baloncesto de la selección argentina llegó a ser drafteado por la NBA, concretamente por Atlanta Hawks, pero su fama en Estados Unidos se debe a su impacto como luchador de la World Wrestling Federation (WWF), una actividad que le llevó por todo el país y por parte del mundo, y que le reportó muchísimo dinero.
Pero su estrella se apagó a mediados de los noventa. Regresó a su tierra, donde su delicado estado de salud le tiene postrado buena parte de las horas del día en una cama. A ese precario estado de salud se sumaron sus apreturas económicas, una situación que saltó a los medios de comunicación hace un tiempo y que devolvió a González al centro de la actualidad.