Sigue el goteo de jugadores NBA que deciden marcharse, en la mayor parte de los casos regresar, a Europa. El último en subirse al avión de vuelta ha sido el alero de los Nets Bostjan Nachbar. El esloveno, de 28 años, ha aceptado la jugosa oferta del Dinamo de Moscú para jugar 3 años en tierras rusas por 9 millones de euros (14,3 millones de dólares).
Nachbar parece así dar por finalizada su aventura americana en el momento en que parecía disponer de más crédito como jugador en la liga, una trayectoria que ha durado 6 temporadas y que le ha llevado a jugar en los Rockets, los Hornets y finalmente los Nets.
La revalorización del euro frente al dólar, las ventajas fiscales y las fuertes inversiones que parecen dispuestos a hacer algunos clubes, sobre todo rusos y griegos, está multiplicando el número de jugadores que optan por regresar a Europa. Navarro, Delfino, Garbajosa, Brezec y Nachbar son un ejemplo.
Pero el viejo continente no intenta sólo atraer a sus hijos emigrados sino que también tienta a los norteamericanos a cruzar el charco. Prueba de ello es la oferta de 20 millones de dólares por 3 temporadas que el Olympiakos griego ha presentado al alero de los Hawks Josh Childress.