Los Angeles Lakers se han proclamado campeones de la Conferencia Oeste y jugarán, por lo tanto, la final de la NBA tras derrotar en el quinto partido de la serie final de Conferencia a los San Antonio Spurs por 100-92. El equipo se impone, de este modo, por 4-1 a los actuales campeones gracias a otra enorme exhibición de Kobe Bryant (39 puntos).
La victoria implica que los jugadores hispanos Pau Gasol y Trevor Ariza, que anoche no saltó a la cancha, disputarán la final de la NBA, convirtiéndose el español en el primer jugador de su país que tiene acceso a tan alto rango en la liga profesional norteamericana.
Mientras, otros dos hispanos, los argentinos Manu Ginóbili (9 puntos) y Fabricio Oberto (2 puntos y 2 asistencias), se quedaron a las puertas de un nuevo campeonato, alimentando aún más la maldición de su equipo que dice que en los años pares nunca llega el éxito, ya que los 4 títulos obtenidos por los texanos llegaron en años impares (1999, 2003, 2005 y 2007).
El quinto y definitivo encuentro constituyó un nuevo ejemplo de la fortaleza mental y física de los Lakers, un equipo menos experimentado en estas lides que San Antonio, pero que demostró durante toda la serie un gran aplomo a la hora de afrontar situaciones difíciles y un mejor físico que sus rivales, procedente, probablemente, de su mayor juventud, lo que ha hecho que los angelinos afrontasen la mayor parte de los partidos de menos a más.
Y es que anoche hubo de nuevo remontada por parte de los de Phil Jackson. Si en el primer encuentro de las finales del Oeste los Lakers remontaron 20 puntos, en el quinto superaron una desventaja de 17, puesto que en el inicio del segundo cuarto el marcador registraba un espectacular 16-33 para los de Popovich.
Bryant se enfunda el traje de superhéroe
Nuevamente Bryant. El escolta criado en Italia volvió a hacer de las suyas. Y es que tras mantenerse en un rango medio durante los dos primeros cuartos (13 puntos al descanso), la estrella de los Lakers anotó 26 puntos en la segunda parte para irse hasta los 39, y -lo que es más importante- logrando en el último cuarto, en el momento más caliente, 17 puntos decisivos. El MVP de la temporada ha acabado esta serie final con 29,3 puntos por partido tras anotar un 53,3% de sus tiros de campo. Y su último regalo fue el mejor.
En la segunda mitad, Kobe fue un huracán incontenible. Firmó canastas de todos los colores, destacando una que hizo en el último período en una elegantísima y poderosa suspensión que pareció no acabar nunca. Bryant se suspendió en el aire, como si fuera una reencarnación de Jordan, para enchufar un tiro imposible con Duncan saltándole encima. Era el momento más importante del partido.
Bryant no aportó grandes dosis de dedicación a otras facetas del juego, tales como rebotes o asistencias. No hizo falta. Él se concentró en masacrar a su rival en ataque y defender con criterio, cuando le tocó, a Manu Ginóbili, que volvió a tener una jornada aciaga.
Muchos pensaban que Tim Duncan sería la clave de la eliminatoria, pero se ha demostrado que no ha sido así. Duncan ha protagonizado una enorme final a pesar de que Gasol le ha defendido por momentos con dureza, pero la serie se le ha ido a los texanos por otra parte, por el lado de Ginóbili, que estuvo muy bien defendido por Vujacic, Bryant y las ayudas pertinentes, algo que se pudo hacer gracias a que en muchas ocasiones Gasol tuvo que defender a Duncan sin apoyos.
Las estadísticas no engañan. Ginóbili anotó 30 puntos en la única victoria de los Spurs, mientras que en las 4 derrotas se quedó en 10, 7, 7 y 9 puntos, es decir, no llegó de media ni a la decena. En el quinto se cumplió de nuevo esa relación entre el bajo rendimiento del de Bahía Blanca y la derrota de su escuadra. Manu terminó con 9 puntos y 7 rebotes, con 3 de 9 en el tiro y con un rostro de decepción que no se le podrá quitar en tiempo, porque es un ganador nato.
Gasol y otros jugadores de los Lakers
La otra cara de la moneda hispana la representa Pau Gasol, que hizo un último partido más que destacable.
Gasol demostró anoche su madurez. Y es que ante la fantástica defensa a la que le sometió Duncan, el jugador español supo variar el rumbo de su juego para contribuir de manera notable a la consecución de la victoria. Frente al habitual Pau estilista y pleno de creatividad ofensiva se pudo contemplar anoche a un Gasol desconocido, luchador hasta la extenuación, brillante en el contacto físico, tremendo en los tableros. De hecho, el ala-pívot de Sant Boi batió ante los Spurs su récord personal de rebotes desde que milita en la NBA. Gasol sólo anotó 12 puntos, pero capturó 19 rebotes, repartió 5 asistencias y colocó 4 tapones. Unos números inmensos que le colocan como el segundo jugador más importante de los angelinos, ya que fue el mejor de su equipo en rebotes, en tapones y en asistencias. Así se lo reconoció Jackson, que le mantuvo en pista los 24 minutos de la segunda parte.
Además, fue el día en el que mejor defendió a Duncan, un jugador portentoso que a pesar de ese férreo marcaje logró un triple-doble sin recompensa. Duncan terminó con 19 puntos, 15 rebotes y 10 asistencias, pero con una serie en el tiro de 7 de 19. Y es que la defensa mutua entre ambos jugadores provocó imprecisiones a la hora de definir (Gasol terminó con 5 de 15 en el tiro).
Pero más allá de Bryant y Gasol, los Lakers demostraron que tienen un gran equipo, cuya defensa da más de sí de lo que muchos especialistas quieren reconocer. Porque los californianos han derrotado a los texanos en cinco partidos que no se han caracterizado por los altos guarismos y sí por las duras defensas, auspiciadas en gran parte por una permisividad arbitral que en los playoffs roza lo incomprensible, y que, por momentos, prima el baloncesto canalla frente al baloncesto estético.
En ese grupo de jugadores de los Lakers destaca Odom, que anoche acabó con 13 puntos y 8 rebotes, un baloncestista de relumbrón, pero también la larga lista de secundarios de lujo como Fisher, Vujacic, Walton... Se trata de un equipo joven y resolutivo.
Los hechos lo demuestran: 4-0 a Denver, 4-2 a Utah y 4-1 a San Antonio para un total de 12 victorias y 3 derrotas en playoffs, incluyendo un rotundo 8-0 en el Staples Center.
Gran partido de los Spurs
Los Spurs tuvieron un arranque de partido que rozó la perfección. Su primer cuarto fue un canto al baloncesto, al cargado de sacrificio y al cargado de placer, un híbrido perfecto que dejó a los Lakers en un estado de shock del que les costó salir, una situación a la que llegaron los locales, en parte, a causa de su extrema ansiedad por resolver el encuentro por la vía rápida, lo que provocó una aceleración excesiva en el ataque que degeneró en precipitación.
Hasta el ecuador del cuarto inicial se llegó con empate a 11, pero luego apareció una apisonadora llamada Spurs. Los de Popovich endosaron a su rival un parcial de 4-17 en los últimos 6 minutos y 37 segundos del cuarto. Los números lo dicen todo. Los locales acabaron el cuarto con un 29,2% en el tiro de campo y los visitantes lo hicieron con un 63,2%. Un abismo separaba el juego de ambos equipos.
Comenzó el segundo cuarto y la tormenta, lejos de amainar, se recrudecía. Los visitantes se llegaron a colocar 17 puntos arriba gracias a una notable actuación de hombres secundarios plenos de experiencia –Barry, Finley y Thomas hicieron anoche un gran partido, sumando entre los 3 un total de 35 puntos-.
Todo se encaminaba hacia un ineludible 3-2. Pero entonces, los de Jackson empezaron a reaccionar desde el lugar del campo en el que menos se les ha alabado: la defensa.
Fue esa intensidad en el juego, acrecentada por la pasión del Staples Center, la que generó la remontada. Un alley-oop entre Walton y Farmar y un tapón, acto seguido, de Turiaf a Duncan encendieron los ánimos locales. Duncan seguía haciendo mucho daño con su distribución de juego desde el poste, pero su tarea organizativa tuvo su contrapunto en las canastas de Farmar, el ligero despertar de Bryant, la brega en los tableros de Gasol... pero sin olvidar la defensa, que fue fundamental. Y es que los Spurs anotaron 20 puntos en el segundo cuarto y 15 en el tercero.
Se llegó al descanso con un sorprendente 42-48 en el luminoso. Sorprendente porque los locales salieron vivos tras completar una más que deficiente primera parte frente a la imagen de equipazo que había ofrecido San Antonio. Y todo ello con Odom completamente desaparecido.
Otra vuelta de tuerca
La reanudación supuso otra vuelta de tuerca defensiva de los Lakers, que se adelantaron en el marcador al final del tercer acto. Cuando restaba 1:11 para alcanzar el último período, Bryant anotó una canasta que, precedida por un triple del propio Kobe, situó a los suyos uno arriba (61-60).
Odom empezó a jugar y Bryant iniciaba su despegue hacia el espacio interestelar. La defensa local cerraba todas las líneas de penetración a canasta, lo que impedía brillar a Ginóbili y a Parker, y un triple de Radmanovic puso fin al tercer cuarto con 64-63.
Estaba claro que el aspecto físico iba a jugar un papel importante. Esa batalla la ganaron los Lakers, que han demostrado llegar más frescos a los finales de partido, en general, y estar mejor preparados para jugar a un ritmo rápido. Y es que los años, de San Antonio, pesan, se quiera o no.
El último cuarto se inició con un triple de Bryant, toda una premonición de lo que vendría después. Más triples, de Walton y Vujacic, llevaron el marcador a un excitante 79-72, excitante por lo que implicó de subida de decibelios en el graderío.
En ese duro instante apareció Parker, que hizo un gran final del partido –terminó con 23 puntos, pero sólo dio 4 asistencias, ya que la organización real del juego correspondió a Duncan-. La ayuda de Parker permitió estabilizar la herida de los Spurs, que empezaban a sufrir como consecuencia del elevadísimo nivel defensivo que empezaba a mostrar Gasol sobre Duncan. Pero, en definitiva, todo quedó en manos de Bryant. Y Kobe volvió a vestirse de superhéroe en un último período marcado por el acierto ofensivo de ambos equipos.
Tras la victoria, los locales recibieron el trofeo de Campeones de la Conferencia Oeste, lo hicieron ataviados con camisetas blancas confeccionadas para la ocasión. Los de Jackson lograban así su segundo escalón hacia la gloria tras obtener el título de División al final de la temporada regular.
Ahora queda culminar todo con el tercer y más importante título, el de la NBA. Para prepararse de cara a la final los Lakers dispondrán de un valioso tiempo. Y es que la victoria por 4-1 ante los Spurs, inesperada por el rápido desenlace de la serie, permitirá a los angelinos descansar casi un semana, ya que las finales comenzarán el 5 de junio.
Los Angeles Lakers 100 San Antonio Spurs 92 (4-1) L.A. LAKERS: Fisher (5), Bryant (39), Radmanovic (8), Odom (13), Gasol (12) –cinco inicial-, Vujacic (9), Walton (5), Farmar (8) y Turiaf (1). |
SAN ANTONIO:Parker (23), Finley (13), Bowen (4), Duncan (19), Oberto (2) –cinco inicial-, Ginóbili (9), Barry (11) y Thomas (11). |
Parciales: 15-28, 27-20, 22-15 y 36-29. |