Los Lakers vencieron merecidamente en San Antonio (91-93) a pesar de la polémica que acompañó a la última jugada del partido. Liderados por Kobe Bryant (28 puntos y 10 rebotes), los angelinos se colocan 3-1, a un paso de la final de la NBA.
El cuarto encuentro de la Final de la Conferencia Oeste mostró a unos Lakers cada día más cercanos a la madurez como equipo. Y es que no es fácil jugar 48 minutos en el AT & T Center sin dejar ponerse por delante en el marcador a los locales ni una sola vez.
Esa demostración de autoridad de los chicos de Phil Jackson casi se vio empañada al final, ya que en los últimos 60 segundos del choque los californianos pudieron tirar por la borda lo que había sido una fantástica labor a lo largo de toda la noche.
Todo empezó cuando Pau Gasol tuvo dos tiros libres para matar el encuentro. Su equipo dominaba el marcador por 86-93, restaban 50 segundos para el final y el jugador catalán pudo poner a su escuadra 9 puntos arriba, pero erró los dos lanzamientos de personal. Acto seguido, el argentino Manu Ginóbili, que tuvo un partido horrible, encestó un fantástico triple que llevó los nervios al conjunto visitante (89-93).
El siguiente ataque de los Lakers resultó muy desafortunado, y en el contraataque posterior Parker entró a canasta y Odom le taponó, pero los árbitros otorgaron la canasta (91-93) por considerar que había sido un tapón ilegal, decisión más que dudosa a tenor de la repetición de la jugada. Ese error arbitral puso en el partido a los Spurs que vieron cómo su rival se comió casi con patatas su última posesión, que acabó con un lanzamiento muy forzado de Fisher que no entró al que le siguió otro de Bryant que tampoco tuvo éxito. Duncan capturó el rebote y pidió tiempo muerto. Faltaban 2,1 segundos y los Spurs tenían la última palabra. Fue entonces cuando se desató la polémica.
San Antonio es un equipo ganador –cuatro títulos de la NBA le adornan- y, como tal, descartó el empate como objetivo. El equipo local sacó de banda en busca de un triple ganador y el elegido para jugárselo fue Barry, que anoche estuvo espléndido anotando 23 puntos desde el banquillo con 5 triples de 12 intentos. Barry recibió y amagó... y Fisher le cayó encima, pero el escolta local prosiguió la jugada y lanzó un triple imposible que no entró.
La impresión es que hubo contacto y, por lo tanto, personal, lo que hubieran sido 2 tiros libres para Barry ya que no estaba en disposición de tirar, pero los Lakers estaban en el cupo. La polémica se magnificó por el hecho de que en el trío de colegiados estaba Joey Crawford, un veterano árbitro curtido en mil batallas –lleva 31 años en la NBA- y que el año pasado se las tuvo con Tim Duncan y Gregg Popovich en una polémica decisión –expulsó en un importante partido a Duncan- que acarreó la sanción del colegiado.
Sin embargo, no sería justo quedarse con esa última jugada, ya que, como decimos, medio minuto antes los árbitros concedieron una canasta a Tony Parker que no fue tal, ya que pareció que el tapón de Odom fue legal.
Los Lakers fueron superiores
Los Lakers dominaron durante todo el partido, si bien casi nunca tuvieron ventajas significativas en el marcador. Lo hicieron a partir de un convincente juego de conjunto en el que sobresalió, como casi siempre, Bryant. El escolta de Filadelfia acabó con 28 puntos y 10 rebotes, ¡intentando 29 lanzamientos de campo y no yendo ni una sola vez a la línea de tiros libres!, lo que resulta más que extraño. Y es que aunque los Spurs puedan quejarse de decisiones puntuales del trío arbitral, hay que decir que el arbitraje perjudicó más a los visitantes, tres de cuyos hombres –Odom, Fisher y Vujacic- estuvieron acosados permanentemente por los problemas de personales.
La grandeza de la escuadra californiana fue que en torno a su estrella hubo vida. Hasta 5 jugadores superaron o merodearon los 10 puntos. Odom terminó con 16 tantos y 9 rebotes, y resultó capital en los minutos finales; Radmanovic hizo 11 puntos; Gasol 10; y Fisher y Walton 9.
Gasol apenas tuvo presencia en ataque en lo que se refiere a anotación, toda vez que sólo lanzó 7 veces a canasta, pero el balón pasó bastante por sus manos, siendo, de largo, el mejor pasador de su equipo con 6 asistencias, que acompañó con 10 rebotes. Fue el suyo un partido bastante serio, si bien se vio superado, como en toda la serie, por un portentoso Tim Duncan.
El problema de San Antonio radicó en su desequilibrio ofensivo. Y es que todo el ataque se basó en Duncan y Parker, a los que se sumó un sorprendente Brent Barry, que anotó 23 puntos en 27 minutos. Duncan volvió a hacer números de escándalo (29 puntos –tirando 26 veces a canasta y anotando ¡9 de 11 en los tiros libres!-, 17 rebotes, 3 tapones y 3 robos) y Parker acabó con 23 puntos y 9 asistencias. Tal concentración de puntos resultó contraproducente para los de Popovich. Y es que de los 91 puntos logrados por los texanos 75 llevaron la firma del citado trío, mientras que el resto de sus compañeros hacían 16.
En este sentido, el más perjudicado fue Ginóbili, que volvió a caer en el insuficiente rendimiento que exhibiera en los dos primeros partidos de la serie. El argentino anotó 7 puntos con 2 de 8 tiros de campo. Sus primeros puntos no los logró hasta casi el final del tercer cuanto a través de dos tiros libres y su primera canasta en juego se hizo esperar, no llegando hasta que restaban 6:08 para la conclusión del último cuarto.
También engañoso resulta el poder reboteador de Duncan. Es cierto que Duncan está arrasando en los tableros, pero los Lakers han conseguido aislarle. Como ocurriera en el tercer partido, los angelinos dominaron el rebote, esta vez aún con mayor claridad. Los de Jackson atraparon 46 rebotes –13 ofensivos- por 37 de los locales (17 de los cuales fueron para Duncan).
Y es que la decisión más que arriesgada de dejar en defensa a Gasol con Duncan limitando las ayudas defensivas, que existen pero no son demasiado agresivas, permite que la defensa de los Lakers se pueda concentrar en otras partes del campo. A Jackson le cuadran las cuentas aunque parezca imposible. Duncan lleva en cuatro partidos unas medias demoledoras de 23,3 puntos y 18 rebotes, si bien el trabajo de Gasol le ha llevado a un pobre porcentaje en el tiro para un hombre alto (43,9%). A pesar de esas cifras impresionantes, los Spurs pierden 3-1 y están al borde de la eliminación.
Inicio arrollador
El inicio de partido constituyó un éxito arrollador de los Lakers, que alcanzaron en el primer cuarto su máxima ventaja en el luminoso (8-22 cuando habían transcurrido algo más de 7 minutos). Fueron los minutos de mayor brillo de Gasol y momentos de excelencia defensiva de los visitantes. Popovich apenas tardó 3 minutos y medio en sacar a la pista a Ginóbili, pero esta vez el de Bahía Blanca no encarnó el papel salvador que representó en el tercer partido. Y es que no fue la noche de Manu, al que, todo hay que decirlo, el propio Bryant defendió en algunas fases del partido de forma memorable.
A pesar de no poder contar con el mejor Gino, los Spurs capearon el temporal y redujeron la ventaja a 5 puntos al final del cuarto (23-28), un cuarto que concluyó con un mate de Duncan tras unos clamorosos pasos.
A partir de esa remontada el partido se estabilizó. La igualdad fue la nota predominante desde ahí hasta el final, aunque con un importante matiz: los Spurs no consiguieron nunca ponerse por delante de su rival. Un lastre psicológico del que jamás pudieron desprenderse.
Los visitantes fueron aguantando el marcador, destacando la gran primera parte que hizo Walton (9 puntos y 4 rebotes) y el papel más que notable de Radmanovic. Lo lograron a pesar de que varios arreones de los locales llevaron la igualada al luminoso (43-43 a 3:17 para el descanso). Pero no hubo forma de dar un pasito más, para decepción de la ruidosa hinchada de los Spurs. Al descanso se llegó con 47-53 gracias a un canastón final de Bryant y a los 11 rebotes ofensivos logrados por los visitantes, que para entonces ya habían conseguido 20 puntos a partir de segundas oportunidades.
Igualdad hasta los últimos minutos
La igualdad se mantuvo durante todo el tercer cuarto, un período en el que Duncan y Bryant llevaron la manija de sus equipos.
Parker puso el empate en el marcador (65-65) cuando restaban algo menos de 5 minutos para acabar el cuarto, pero Vujacic, que llevaba 0 puntos, se inventó una maravillosa canasta de 4 puntos tras anotar un triple y forzar personal. El tiro adicional dejó a los Lakers instalados en una esperanzadora ventaja (70-77) a falta del último cuarto.
Nada más arrancar el último acto, los Spurs volvieron a meterse en el encuentro gracias, en parte, al empuje ofensivo de Barry y al trabajo defensivo del equipo, ya que el último cuarto supuso que el partido subiera un escalón más en materia defensiva, una situación en la que los Lakers demostraron, una vez más, que están capacitados para ganar a los Spurs en partidos disputados a guarismos bajos.
Pero cuando todo parecía marcado por un extremo equilibrio llegó el despegue de los angelinos. Gasol ofreció una sensacional asistencia a Odom, que se colgó del aro, el propio Odom protagonizó una jugada individual de 2 más 1 y Kobe Bryant arrebató un balón en un malentendido entre Ginóbili y Oberto y rubricó el contraataque con un mate. Esa serie ofensiva llevó a los visitantes a prácticamente sentenciar el partido (79-88 a 3:26 del final), pero como ya se explicó en esta crónica, en el último minuto los de Jackson estuvieron a punto de enterrar sus opciones, lo que no hubiera sido justo dada la evolución del choque.
Junto a Gasol y Ginóbili, saltaron a la pista otros dos hispanos. El argentino Oberto estuvo 22 minutos en cancha, pero pasó desapercibido. En ese tiempo ni siquiere intentó lanzar a canasta, capturó 3 rebotes y dio 1 asistencia. Mientras, Ariza sólo jugó 1 minuto, siendo su presencia completamente testimonial.
Los Lakers se adelantan a los Spurs por 3-1 y el jueves se disputará el quinto partido. Será el primer match ball de los californianos, que si ganan pasarán a la final de la NBA. Esa primera bola de partido, utilizando un término tenístico, lo tendrán con la ventaja de jugar en el Staples Center, con toda su afición volcada en un mismo objetivo: regresar a lo más alto de la liga.
San Antonio Spurs 91 Los Angeles Lakers 93 (1-3) SAN ANTONIO: Parker (23), Finley, Bowen (7), Duncan (29), Oberto –cinco inicial-, Ginóbili (7), Barry (23), Horry (2), Udoka y Thomas. |
L.A LAKERS: Fisher (9), Bryant (28), Radmanovic (11), Odom (16), Gasol (10) –cinco inicial-, Farmar (2), Walton (9), Vujacic (4), Turiaf (4) y Ariza. |
Parciales: 23-28, 24-25, 23-24 y 21-16. |