Manu Ginóbili resultó providencial. El escolta bahiense fue el artífice, en gran medida, del triunfo de San Antonio Spurs ante New Orleans Hornets (99-80) que hace que la eliminatoria esté igualada a 3 y tenga que dirimirse el próximo lunes en Nueva Orleans en un séptimo encuentro que se presume dramático.
El guión de la serie entre los Spurs y los Hornets no cambió ni un ápice anoche, y el factor cancha sigue siendo un elemento insuperable para estos dos equipos, que han saldado sus respectivos partidos en casa (tres en el estado de Louisiana y otros tres en el de Texas) con holgadas victorias locales, la mayoría de ellas en torno a los 20 puntos de diferencia.
El sexto enfrentamiento no fue una excepción, y buena parte de culpa de que fuera así la tuvo Ginóbili, que acabó como máximo cañonero del partido con 25 puntos en 33 minutos, entre los que se incluyeron 6 triples en una excepcional serie de tiro, ya que lanzó 9 veces desde más allá del arco.
La contribución del internacional argentino fue decisiva no sólo por su prolífica producción ofensiva, sino, sobre todo, por cuándo la llevó a cabo. Y es que el de Bahía Blanca estuvo de modo permanente en los momentos puntuales más importantes del choque, que dejó visto para sentencia con dos triples anotados en las dos primeras jugadas del cuarto final, triples que colocaron el marcador en un definitivo 84-63 a falta de algo más de 10 minutos para la conclusión del encuentro.
Y es que fue un partido muy positivo para los aficionados argentinos, que vieron cómo Ginóbili brillaba y cómo Fabricio Oberto recuperaba la titularidad (4 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias en 19 minutos).
Junto a Manu, el otro gran protagonista del sexto partido fue Tim Duncan, que se resarció, y de qué manera, de algunas de sus actuaciones pasadas, que habían resultado decepcionantes. La piedra de Rosetta que sirve para descifrar todo el entramado baloncestístico de los Spurs volvió a salir a la luz con todo su esplendor. El de las Islas Vírgenes dominó el partido a su manera, con discreción, elegancia e inteligencia, sin grandes alharacas, pero con extraordinarios números: 20 puntos, 15 rebotes y 6 asistencias.
Sin embargo, a pesar de que San Antonio dominó el partido y mereció la victoria, no fue todo tan nítido como puede sugerir el resultado final (99-80). Porque hubo un momento clave en el que el arbitraje del trío integrado por Mauer, McCuthen y Salvatore dejó una ligera sombra de duda, provocando las airadas protestas, y no sin fundamento, de los Hornets.
Dos minutos extraños
Las polémicas decisiones arbitrales se concentraron en dos minutos alejados, además, del final del encuentro, pero que pudieron, en buena medida, mediatizar todo lo que vino después. Y es que los dos jugadores involucrados en las acciones arbitrales fueron Chris Paul y David West, las dos estrellas visitantes.
Todo sucedió en el inicio del tercer cuarto al que se llegó con 58-51 para los locales. Fue entonces cuando una concatenación de personales, la mayoría de ellas en ataque, pudo romper el equilibrio del partido.
Y es que en 1 minuto y 23 segundos, los colegiados señalaron ¡5 personales a los Hornets, 2 a Paul y 3 a West, y 3 de esas 5 faltas fueron en ataque!. La conclusión de tal vorágine no pudo ser más negativa para el conjunto de Byron Scott: a falta de 8:44 para el final del tercer cuarto tenía a Paul y West con 4 personales cada uno. Una situación que no amilanó a Scott, que al ver la importancia del momento mantuvo a los dos en cancha durante todo el cuarto sin que hicieran más faltas. Pero claro, el rendimiento de un jugador no puede ser el mismo sabiendo que tiene que estar 9 minutos sin cometer una sola personal, y el equipo se resintió, ya que pasó de estar situado a solo 5 puntos (60-55) cuando ocurrieron los hechos a terminar 15 abajo cuando concluyó el tercer cuarto (78-63), lo que no supone restar mérito alguno a la fantástica defensa que los locales ejercieron en esos minutos.
Pero vayamos por partes, analicemos esas 5 faltas. Primero llegaron dos personales en ataque consecutivas de Chris Paul, ambas ante el inimitable Bruce Bowen. En ambas, Paul aparta al defensor con el brazo, es decir, las dos faltas se pueden considerar justas, si bien, todo hay que decirlo, Bowen echó el resto con una notable capacidad artística. Otro gallo cantó con las 3 de West.
La figura del quinto partido se presentó en el inicio del tercer acto con una sola falta personal, pero ¡en apenas 30 segundos le cayeron 3!. Todo un récord.
La segunda, en un bloqueo en el que se vieron involucrados Ginóbili y Duncan, no existió; la tercera, en una defensa individual ante Duncan no pareció generar duda alguna; y la cuarta, en ataque y teniendo nuevamente como protagonista a Dunca, fue más que dudosa, y provocó el definitivo enfado de West, que explotó y fue sancionado con una técnica.
Triunfo merecido de San Antonio
A pesar de las dudas generadas por esos 83 segundos de pasión de los visitantes, hay que decir que los Spurs rindieron a muy alto nivel en un momento en el que su cabeza estaba en juego.
El inicio del encuentro ya fue un ensayo de la profesionalidad de los actuales campeones, aunque se trató de un ensayo que nada tuvo que ver con el resto del partido, puesto que fue una exhibición ofensiva (36-24) liderada por Duncan y un tremendo Udoka, que desde el banquillo hizo 7 puntos en menos de 6 minutos (terminó el encuentro con 13 tantos y sin fallo alguno –5 de 5 en el tiro con 3 triples-).
Sin embargo, los de Nueva Orleans lograron capear el temporal en el segundo período, en el que surgió el genio de Paul. El base de los Hornets lideró a sus compañeros y con 10 puntos en el cuarto encabezó una pequeña remontada que llevó a que su equipo pudiera agarrarse al encuentro (58-51 al descanso). No pudo lograr más porque se encontró en frente con un superlativo Ginóbili, que encestó 3 triples en los 5 últimos minutos del cuarto.
Hasta entonces brilló con fuerza Stojakovic, que por fin pudo zafarse en parte del entramado defensivo rival y especialmente de Bowen. Alcanzó los vestuarios el serbio con 13 puntos, pero fue un espejismo. En la segunda parte no fue capaz de lograr ni un solo punto, y su equipo lo notó.
La reanudación del encuentro dejó ese inicio de cuarto, ya narrado aquí, en el que las faltas desesperaron a los visitantes, que permanecieron a la estela del rival de forma prudente hasta que llegaron los últimos 5 minutos. Entonces, los Spurs sacaron a relucir su mejor catálogo defensivo, fueron el equipo de Popovich en estado puro.
En los últimos 4 minutos y 43 segundos del penúltimo cuarto el casillero de los Hornets en ataque quedó en blanco. Un 7-0 de parcial que llevó una diferencia de 15 puntos al luminoso. En ese tiempo, los de Scott fallaron sus 9 tiros a canasta y se viniero abajo psicológicamente, un brusco descenso de confianza que se convirtió en desmoronamiento cuando al inicio del último cuarto Ginóbili engarzó 2 triples y acabó con el encuentro.
Arrasando desde el perímetro
Los Spurs aprovecharon la cerradísima defensa de los Hornets (los locales sólo pudieron anotar 28 puntos en la pintura) para bombardear a su rival desde el perímetro, un trabajo que se tradujo en los 11 triples que lograron de 21 intentos.
Mientras, la labor defensiva de los Spurs a lo largo del partido fue esencial, especialmente en el tercer período, en el que dejaron a su contrincante en 12 puntos.
Esa tarea defensiva se cebó sobre todo en la figura de David West, que había logrado en el quinto encuentro 38 puntos y 14 rebotes, lo que había hundido a los de Popovich. Pues bien, anoche West se tuvo que conformar con unos pobres números (10 puntos con 4 de 14 en el tiro). Y en el último cuarto, con el partido decidido ya, se retiró al banquillo no por personales, tal y como cabía esperar por lo narrado hasta ahora, sino a cuenta del agravamiento de sus problemas de espalda. Un ejemplo más de cómo los jugadores están al límite de sus fuerzas físicas a estas alturas de temporada.
Y es que los Spurs lo tienen claro. Parar a Paul es casi imposible (anoche 21 puntos, 8 asistencias y 3 robos), por lo que se hace perentorio fijar las ayudas defensivas también en otros jugadores, sobre todo en la figura de West.
Con West y Stojakovic anulados, tuvo que ser Chandler el que se erigiera en segundo anotador de su equipo (14 puntos), lo que era un claro indicio de que algo no funcionaba. Y New Orleans perdió.
San Antonio Spurs 99 New Orleans Hornets 80 (3-3) SAN ANTONIO: Parker(15), Ginóbili (25), B.Bowen (6), Duncan (20), Oberto (4) –cinco inicial-. Udoka (13), Thomas (6), Finley (2), Horry, Barry (2), Vaughn (2) y Bonner (4). |
NEW ORLEANS: Paul (21), Peterson (3), Stojakovic (13), West (10), Chandler (14) –cinco inicial-. Pargo (2), Wright (8), James (2), Ely (5), R.Bowen (2) y Wells. |
Parciales: 36-24, 22-27, 20-12 y 21-17. |