Los Pistons son una apuesta segura. Pasan los años y todo sigue igual. Anoche volvieron a clasificarse para jugar la Final de la Conferencia Este. Y ya van 6 finales seguidas.
Lo hicieron ganando por 91-86 a Orlando Magic, lo que les sirvió para definir la eliminatoria por 4-1 a pesar de haber anotado sólo el 36,1% de sus tiros de campo y no contar en sus filas con su hombre básico, el base Chauncey Billups, que vibró desde el banquillo vestido de calle.
¿Cómo puede un equipo ganar un partido tan importante anotando 30 de sus 83 lanzamientos en movimiento?. Muy fácil: cuidando exquisitamente un balón que su rival maltrató constantemente y demostrando su habitual aplomo desde la línea de tiros libres mientras que su contrincante sufría al situarse en ella.
Habría que remontarse años para ver un contraste semejante entre dos equipos en su balance entre balones robados y perdidos. Los locales arrebataron a su rival 12 balones y ¡sólo perdieron 3 en los 48 minutos de juego!, una cifra para enmarcar. Mientras, los visitantes vivieron una pesadilla difícil de olvidar. Robaron en todo el encuentro ¡un solo balón y perdieron 21!. Un desastre que no ha de tener muchos precedentes.
En cuanto a los tiros de personal, los Pistons acabaron con 28 de 32 y anotando en la recta final desde ese lugar del campo los puntos de la victoria. Frente a ese aplomo y seguridad, en el otro lado de la cancha hubo, sobre todo, imprecisión (16 de 28, un 57,1%), motivada especialmente por el jugador franquicia de los de Florida, Dwight Howard, que acabó con un lamentable 6 de 15.
De este modo, el equipo de Stan Van Gundy perdió un partido en el que logró una canasta más en juego estático que Detroit lanzando 19 veces menos. Pero es que las pérdidas, como decimos, fueron una sangría, y dieron lugar a 34 puntos de los Pistons.
Orlando cede al final
Orlando jugó un más que aceptable partido en los 3 primeros cuartos, pero en el último tiró por la borda todo su trabajo, aunque no se rindió hasta la bocina final.
Se entró en el cuarto período con ventaja de los Magic (65-68), que acrecentó Lewis con 2 tiros libres, pero a partir de ahí llegó el peor momento de Orlando, que sufrió en los siguientes 6 minutos y medio un parcial de 13-0 que dejó el luminoso en 78-70 para los de Michigan. En esos minutos fatídicos los visitantes erraron sus 8 tiros a canasta y perdieron 3 balones. Fueron momentos de inspiración para McDyess, que anotó 8 de los 13 puntos de su equipo y minutos para enmarcar por lo que se refiere a la defensa de los Pistons. Pero cuando todo parecía decantarse hacia un triunfo fácil de los de casa, salió a relucir el orgullo de Orlando.
Y es que lejos de rendirse, los de Van Gundy sacaron fuerzas de flaqueza y con dos triples de Bogans y Lewis y dos canastas de Turkoglu se reengancharon al encuentro (85-84 a 37 segundos del final).
Fue entonces cuando emergió la figura de Hamilton para anotar 6 tiros libres consecutivos y dar la victoria a su equipo, un triunfo al que también contribuyó Prince con la mejor jugada defensiva del partido y una de las mejores de toda la temporada. Se trataba de una posesión decisiva, la última oportunidad de los Magic para poner contra las cuerdas a los Pistons. Turkoglu acababa de meter un canastón ante Prince que había puesto el marcador en 85-84, y con 87-84 para los locales intentó otro uno contra uno ante su defensor. Llegó el turco hasta las mismas tripas de la zona rival y se dispuso a machacar el aro con un espectacular mate cuando Prince saltó y con un soberano tapón impidió la canasta. Tremendo.
Hamilton y McDyess, decisivos
Richard Hamilton y Antonio McDyess fueron los dos hombres claves en el triunfo de Detroit Pistons.
El primero volvió a superar los 30 puntos. Rip concluyó con 31 tantos y 4 robos de balón, y aunque estuvo mal en el tiro de campo (7 de 20), lo compensó con creces con su perfecta serie desde la línea de personal (16 de 16, incluidos los 6 tiros libres que decidieron el choque). Anoche, el bueno de Hamilton superó el récord histórico de puntos anotados en partidos de playoff por un jugador de la franquicia, que estaba en poder del 'Dios' de Detroit: Isiah Thomas.
Mientras, McDyess, con una fractura de nariz sufrida hace algunos partidos, terminó con 17 puntos (11 en el último tiempo) y 11 rebotes. Su juego resultó decisivo en el parcial del último cuarto que enderezó el rumbo de Detroit. Fue su actuación un bello homenaje a su abuela, que falleció horas antes de iniciarse el partido.
Junto a estas dos luminarias, otros jugadores locales brillaron, pero no con tanto esplendor. El novato Stuckey, por ejemplo, suplió con algo más que dignidad la baja de Billups, que se perdió su segundo partido consecutivo por una lesión. El joven base acabó con 15 puntos y 6 asistencias. Wallace también aportó lo suyo (14 puntos), aunque no fuera su mejor noche (7 de 20 en el tiro). Y es que los 3 hombres más importantes de Detroit (Hamilton-Wallace-Prince) protagonizaron una horrorosa serie en el tiro que les llevó a un impresentable 18 de 53, aunque con ese escaso tino ganaron el encuentro.
En cuanto a los suplentes locales, sólo aportaron 4 puntos. Jugaron todos, aunque en realidad la rotación fue de 7 hombres, si bien los que disputaron menos minutos no lo hicieron en momentos de la basura, sino en instantes en los que todo estaba en juego. Así, el argentino Walter Herrmann fue de la partida. Disputó 4 minutos en los que no se prodigó mucho, ya que en su tabla estadística sólo hay que reflejar un tiro fallado.
Una estrella con problemas
En Orlando, los mejores fueron Turkoglu (18 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias) y Howard (14 puntos y 17 rebotes), pero con matices. Mientras que el turco fue capital en el juego de su equipo y se dejó ver en los momentos cruciales, el musculoso pívot desapareció cuando sus compañeros más le necesitaban y se apuntó durante el partido a la leyenda negra de jugadores profesionales que son incapaces de anotar un tiro libre. Anoche 6 de 15, un auténtico lastre para su equipo. Como si fuera Shaquille O'Neal. Menos mal que la NBA tiene pensado cambiar la regla de las faltas intencionadas que obligan a ir a la personal a los malos tiradores. Aunque lo que debería hacer la liga es sancionar también el hecho de no saber lanzar desde la línea de personal cuando se cobran sumas millonarias. Porque estos casos dejan muy tocada la imagen de la NBA.
El ataque de los Magic estuvo muy socializado, como demuestra que 6 jugadores alcanzaron la decena de puntos (los cinco titulares y Bogans). Nelson, con 14 tantos, cuajó una aceptable actuación y Lewis volvió a desinflarse (14 puntos con 4 de 13 en el tiro y 6 pérdidas de balón).
Van Gundy no dio opción alguna al boricua Carlos Arroyo, que no saltó a la pista y tuvo que limitarse a apoyar desde el banquillo a sus compañeros.
La proeza lograda por los Pistons, alcanzar 6 finales de conferencia consecutivas, no tiene parangón en los últimos años, ya que el antecedente más cercano se remonta a los gloriosos Lakers de la década de los 80. Puro 'showtime'.
Detroit Pistons 91 Orlando Magic 86 (4-1)DETROIT: Stuckey (15), Hamilton (31), Prince (10), McDyess (17), Wallace (14) -cinco inicial- Hunter (3), Maxiell (1), Dixon, Ratliff, Herrmann, Hayes y Afflalo. |
ORLANDO: Nelson (14), Evans (11), Turkoglu (18), Lewis (14), Howard (14) -cinco inicial- Bogans (10), Dooling (5) y Gortat. |
Parciales: 20-20, 27-21, 18-27 y 26-18. |