Boston Celtics 89 Cleveland Cavaliers 73 (2-0)BOSTON: Rondo (7), R.Allen (16), Pierce (19), Garnett (13), Perkins –cinco inicial- Powe (11), Cassell (9), Posey (7), P.Brown (4), House, T.Allen (1) y Davis (2). |
CLEVELAND: West (3), Szczerbiak (13), James (21), Wallace, Ilgauskas (19) –cinco inicial- Varejao (3), Gibson (2), Smith (4), Pavlovic (5), D.Brown (2) y Dw.Jones (1). |
Parciales: 17-24, 27-12, 26-15 y 19-22. |
No fue tan horroroso como el primer partido de la serie, pero el segundo estuvo igualmente lejos de la calidad recomendable y además careció de la emoción del primero. Los Celtics volvieron a demostrar su solidez en casa -han ganado los 6 partidos de playoffs jugados en el Garden- y se impusieron por 89 a 73 colocándose 2-0 en la eliminatoria.
Lo hicieron amparados en una gran defensa y en el vigor ofensivo del trío Pierce-Ray Allen-Garnett, si bien su juego descansó en todos y cada uno de los individuos que conforman su plantilla, tal y como demuestra el hecho de que el máximo encestador, Pierce, no llegara a los 20 puntos.
No tuvieron que sufrir mucho los célticos para desprenderse de la débil oposición de unos Cavs que están atacando de un modo infame. En el primer partido anotaron 72 puntos con un 30,7% en el tiro de campo y en este segundo acabaron con 73 tras anotar el 35,6% de sus lanzamientos. Lo dicho, digno de entrar en la historia universal de la infamia, una historia en la que la cúspide estaría ocupada por un jugador que en apenas unos días ha pasado del todo a la nada: LeBron James.
El escolta de Ohio ha protagonizado dos partidos para olvidar y con su ridículo rendimiento ha arrastrado a su equipo a la debacle. Es cierto que en esos dos encuentros lleva una media de 16,5 puntos (una media rácana para los 30 puntos que promedia en la temporada), pero lo peor de sus dos aciagas noches radica en sus porcentajes de tiro y en el número de pérdidas de balón que ha cometido. Ambas estadísticas rayan la desvergüenza. James ha anotado en esta serie ¡8 canastas de sus 42 lanzamientos! y ha perdido la friolera de ¡17 balones!.
Sus números de anoche analizados someramente no son malos (21 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias), pero no resisten un mínimo análisis de profundidad (6 de 24 en el tiro y 7 pérdidas de balón).
Es cierto que Doc Rivers está aplicando inteligentes defensas contra James, y que los jugadores célticos están llevando a la pista con gran eficiencia las pautas que su entrenador les dicta en la banda, pero eso no es todo. Gran parte del penoso rendimiento de la megaestrella de Cleveland se debe a su mal tino y a su empecinamiento en el tiro. De hecho, no se recuerda un partido en el que fallara tantas bandejas como las que erró, de modo incomprensible, en el primer encuentro disputado en Boston.
Wallace KO en el primer cuarto
Al gran lastre que está suponiendo LeBron para su equipo hay que unir la pérdida en el inicio del partido de Ben Wallace, lo que, a fuerza de ser malvado, no se sabe si es una maldición o una bendición para su equipo. Más bien es lo primero debido a que su suplente, Anderson Varejao, está en una baja forma alarmante. Que si no...
Wallace, que está protagonizando una temporada lamentable, desapareció del encuentro cuando tan solo habían transcurrido 3 minutos y 40 segundos desde su inicio. Lo hizo al sentir una sensación de mareo, que el mismo jugador atribuyó después a las alergias que padece. En el descanso estuvo en la rueda de calentamiento tirando algunos tiros, pero no regresó a la pista en toda la noche.
Su lugar lo ocupó Varejao, cuya presencia en cancha se fue hasta los 33 minutos. Lástima que esta gran oportunidad le haya llegado al brasileño en un estado de forma alarmantemente bajo. A pesar de ello fue capaz de capturar 10 rebotes, faceta en la que fue el mejor de su escuadra. Pero en la ofensiva anduvo recatado. Hizo 3 puntos con 1 de 5 en el lanzamiento. Es decir, no estuvo.
Una paliza en dos cuartos
A pesar de la baja de Ben Wallace, el equipo de Mike Brown empezó bien el partido y se hizo con el primer cuarto (17-24). Y en ese pequeño esfuerzo parcial quemó sus naves.
Lo que vino a continuación fue un rapapolvo de los que hacen afición. En el segundo cuarto un parcial de 27-12 dio el dominio del marcador a los locales, pero tras la reanudación vino lo peor. El tercer cuarto acabó 26-15 para dejar el partido a los pies del último cuarto con un concluyente 70-51, de modo que ese cuarto postrero fue simplemente una propina sin emoción alguna en la que los locales llegaron a dominar por 24 (86-62 a 4:19 del final).
Fue ese parcial de 53-27, producto de la concatenación del segundo y el tercer período, el que machacó a Cleveland. Y es que no se puede ir a ninguna parte anotando 27 puntos en 24 minutos.
Pierce y Ray Allen recuperan el pulso
Un aspecto fundamental para el buen rendimiento de los locales fue la recuperación en ataque de Paul Pierce y Ray Allen. El alero acabó con 19 puntos y buenos porcentajes (7 de 13 en tiros de campo frente al horrible 2 de 14 de la noche anterior) y el escolta se recuperó de su aciaga actuación en el primer partido (en el que no anotó por primera vez tras 852 encuentros), y logró en el segundo 16. Fueron los máximos encestadores de Boston.
Junto a ellos destacó el partido de Garnett, que terminó con 13 puntos y 12 rebotes porque nunca fue egoista. Garnett sólo lanzó 9 veces a canasta dentro de un equipo en el que Pierce, el jugador que más intentos hizo, sólo miró a la cesta 13 veces.
El banquillo de los Celtics fue otro elemento importante, ya que produjo 34 puntos por 17 del banquillo rival. Lo hizo a partir de las buenas aportaciones de Powe, Cassell y Posey, sobre todo del primero.
Mientras, la segunda unidad de Cleveland tuvo una actuación decepcionante, empezando por Daniel Gibson. El escolta de los Cavs sólo logró 2 puntos en 20 minutos en los que tiró a canasta 2 veces. Fue el cabecilla de una ausencia, la de los suplentes, que aportaron a los Cavs 17 puntos en 94 minutos de juego.
Cleveland, con un James desatado en el tiro y en el fallo, tuvo que tirar mientras pudo con Ilgauskas (19 puntos), que otra vez fue el pilar ofensivo más sólido de su equipo. Salvo el lituano y la solvente actuación de Sczcerbiak (13 tantos), nada más positivo ofrecieron los visitantes.
Tras los dos partidos disputados en Massachusets, la eliminatoria se traslada a Ohio. Será el sábado por la noche cuando Cleveland reciba a Boston. Esperemos que la fiebre del sábado noche traiga un poco de diversión a esta tediosa serie.