JORNADA NBA / Playoffs 2008 - Primera ronda Oeste

Kobe Bryant anota 49 puntos en la segunda victoria de los Lakers ante Denver Nuggets

Gasol logra un nuevo doble-doble con 18 tantos y 10 rebotes

Denver no aprovecha los problemas de pesonales de Odom

hispanosnba.com |

Los Lakers volvieron a ganar cómodamente a los Nuggets de Denver (122-107) a pesar de no poder contar casi con Lamar Odom por problemas de personales. Kobe Bryant, a gritos de "MVP, MVP", se bastó para acabar con la oposición de los de Colorado. El escolta angelino protagonizó una actuación estelar que coronó con unos números de impresión: 49 puntos y 10 asistencias.

Las estadísticas de Bryant son las de un jugador total, a caballo entre el más fascinante egoismo y la más sorprendente generosidad. Kobe jugó por momentos para sí mismo y para la grada y en otros instantes se empeñó en hacer mejores a sus compañeros. Pero ambos rasgos, aparentemente contradictorios -egoismo y generosidad-, encerraban un punto de intersección: el ansia por la victoria. Bryant quería ganar y en cada momento escogió el camino más adecuado. Un rasgo de madurez que no todos los jugadores alcanzan y que sólo un ramillete vislumbra con la brillantez que lo está haciendo esta temporada el jugador de Filadelfia.

Porque Bryant, al contrario que en el pasado, fue capaz de endosar 49 puntos a Denver sin convertirse en un chupón (anotó 18 de 27 en el tiro de campo -con 5 de 9 triples- y 8 de 9 desde la personal). No es que tirara muchísimo, es que lo hizo muy bien. Y se permitió el lujo de pasarse dos cuartos -el segundo y el tercero- animando con sus asistencias a sus compañeros.

De los 49 puntos anotados, 20 los concentró en un primer cuarto de ensueño y 19 en un último cuarto en el que alcanzó, en un momento dado, el arte de la perfección. Y es que el escolta de los Lakers encestó en ese último período 19 puntos en apenas 5 minutos, un logro colosal que dejó en la estacada todo el esfuerzo de Denver, que fue de todo menos colectivo.

Denver apuesta por algo nuevo

El entrenador visitante, George Karl, apostó de inicio por un nuevo concepto que requería un cambio de pieza en el quinteto titular. Prescindió del base Anthony Carter y colocó un quinteto alto en el que incluyó al lituano Linas Kleiza. Iverson pasaba a armar el juego y Anthony se colocaba como escolta.

El principal logro defensivo de esta nueva estructura fue tapar a Gasol durante los dos primeros cuartos. Karl, vista la exhibición del catalán en el primer partido, decidió contar con hombres más altos y corpulentos y estableció un sistema de ayudas defensivas para intentar impedir que Gasol recibiera en el poste y pudiera repartir el juego desde ahí. Y ese estrangulamiento del triángulo ofensivo de Phil Jackson permitió que la distribución del juego en los Lakers se resintiera.

Pero si una cosa le sobran a los angelinos son recursos, y la estrategia se vino abajo porque Bryant tomó el toro por los cuernos y anotó 20 puntos en el primer período. Sin embargo, el encuentro estuvo muy igualado porque la defensa de los californianos hizo aguas. Prueba de ello es que a mediados del cuarto los visitantes llevaban un 67% de acierto en el tiro.

El segundo cuarto sirvió para ver en pista a dos jugadores poco habituales: el recuperado Nené Hilario en Denver y Mbenga en los Lakers, toda vez que Turiaf no pudo vestirse por una afección de garganta. Y también sirvió para comprobar cómo en cuanto los Lakers aprietan un poco el acelerador se van en el marcador de los Nuggets. El problema que tienen los de Hollywood es que les cuesta, como ya hemos dicho más de una vez, rematar a sus rivales.

Se llegó al descanso con 59-49 para los locales tras unos minutos de despropósito individual de Denver, ya que éste es un equipo que gana y pierde encuentros desde la más completa individualidad. Sus jugadores se miran, pero no se tocan. Cada uno parece tener marcado su trazado y pocas veces se sale de él para regalar un pase a su compañero. Hasta Iverson parece haberse contagiado de este egoismo colectivo y se está olvidando de su buen juego en los últimos años como pasador. Espectacular en este sentido resultó la estadística al descanso: Lakers 17 asistencias, Nuggets 5. Como espectacular resultó el fracaso en el perímetro de los visitantes (0 de 10). De este modo, los de Karl anotaron 17 puntos en el segundo cuarto, algo impropio de ellos, y no aprovecharon el bajo rendimiento en la anotación de Gasol y Odom, 4 puntos cada uno.

Gasol empieza a jugar

El español Pau Gasol empezó a jugar en la segunda parte hasta irse a unos muy buenos números al final del partido (18 puntos, 10 rebotes y 3 asistencias en 41 minutos). Fue al inicio del tercer cuarto cuando Bryant y Gasol comenzaron a conectar, algo necesario teniendo en cuenta que Odom hizo su cuarta falta a los 4 minutos de la reanudación.

El ex de Memphis volvió a rendir a buen nivel, al igual que lo hizo el otro hispano del partido, el mexicano Nájera (2 puntos y 6 rebotes), con sus limitaciones en ataque.

Sin embargo, fue un espejismo. Los de Phil Jackson se vinieron abajo en defensa en los 6 primeros minutos, perdieron la concentración y se empantanaron en ataque y Denver, con un parcial de 8-19 se adelantó en el luminoso (67-68). Lo hizo defendiendo en zona.

Phil Jackson pidió un tiempo muerto para atacar la zona de Karl. Restaban 5:58 para acabar el tercer período. Entonces surgió Kobe, que arrasó a su rival no anotando, sino repartiendo juego de tal modo que quebró el concepto zonal de Denver. Y con un parcial de 14-5 los locales volvieron a irse dejando un triple de Vujacic en tablas el cuarto, que acabó con los mismos 10 puntos de ventaja con los que empezó (89-79).

Fue en ese tercer cuarto cuando se pudo ver la jugada más espectacular del partido. Los Lakers sacan de banda, el balón llega a Gasol, que está en la cabeza de la bombilla, y éste, como si jugara de memoria, se gira y asiste en alley-oop a Kobe Bryant que se cuelga espectacularmente a una mano.

Más Bryant y todo se acaba

Transcurridos 19 segundos del último cuarto Odom hace la quinta personal y se va al banco, pero su baja no la sabe aprovechar Denver, entre otras cosas porque el jugador que en el partido ganó los minutos de Odom, Luke Walton, lo hizo de cine (18 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias). Así da gusto.

Este último período se movió en las distancias cortas, pero seguras, en ese escenario de 10 puntos de diferencia que lo mismo se va a 20 que termina por desvanecerse. Con un Gasol más activo y con Bryant pensando en el equipo Denver se vio incapaz de remontar. Y cuando llegó el ciclón Kobe todo se acabó.

Fue entonces cuando surgió toda la frustración de los Nuggets, que se evidenció en un minuto para olvidar, un minuto en el que los visitantes recibieron dos técnicas y en el que los tres mejores hombres de Denver junto a Camby en defensa (17 rebotes y 4 tapones) -Iverson (31 puntos), Anthony (23) y Smith (21)- mostraron su peor cara, una mala actitud que no es presentable en estrellas de este calibre.

El final se fue desgranando entre gritos de admiración de la grada hacia Bryant y el rostro contradictorio de George Karl, al que estaba a punto de saltársele alguna lágrima, no se sabe si por el desastre final de su equipo o por el debú con los Lakers en playoff de su hijo, Coby Karl, que sustituyó a Bryant. Era un momento especial en lo personal, su hijo ha superado un cáncer linfático que aún le obliga a medicarse, y en lo histórico, ya que era la primera vez en la historia de los playoffs de la NBA en el que un entrenador veía en el equipo rival a su hijo.

Los Angeles Lakers 122 Denver Nuggets 107 (2-0)
L.A. LAKERS: Fisher (10), Bryant (49), Radmanovic (8), Odom (4), Gasol (18) –cinco inicial- Walton (18), Vujacic (9), Farmar (4), Mbenga (2), Karl y Newble.
DENVER: Iverson (31), Anthony (23), Kleiza (10), Martin (10), Camby (6) –cinco inicial- Smith (21), Nájera (2), Carter, Hilario (2), Diawara (2) y Hunter.
Parciales: 33-32, 26-17, 30-30 y 33-28.