Denver Nuggets y Atlanta Hawks se complicaron la vida, más el primero que el segundo, tras perder anoche dos partidos más que complicados, que les enfrentaban a Utah y Boston, respectivamente. Ambos conjuntos siguen ocupando los octavos puestos del Oeste y el Este, aunque Denver está empatado ahora a victorias y derrotas con el noveno, que es Golden State Warriors.
En Utah, los locales se impusieron muy claramente a los Nuggets (124-97) en un partido en el que no destacó la figura del mexicano Nájera; en Atlanta, los Hawks tuvieron en su mano el partido, pero el base suplente de los Celtics Sam Cassell tiró por tierra todas las expectativas de un equipo local que volvió a tener en Horford uno de sus más firmes baluartes (17 puntos y 11 rebotes).
Mientras, Milwaukee perdió en casa contra New Jersey. Villanueva no se vistió al estar aquejado de una distensión en la pierna derecha.
Utah 124 Denver 97
Era éste un partido más que complicado para los Nuggets dada la calidad de su rival y su extrema fortaleza como local. Hasta anoche los Jazz habían jugado en el EnergySolutions Arena 39 partidos, de los que habían ganado 35.
Lo que no se esperaba, sin embargo, es que Denver perdiera el encuentro de una forma tan contundente, pero bien es sabido que cuando al equipo de George Karl no le funciona su ataque se queda sin recursos, desnudo, sin otro pan que llevarse a la boca. Anoche volvió a suceder. Denver no llegó a los 100 puntos y fue masacrado por su rival que aprovechó perfectamente las notables deficiencias que los de Colorado tienen en su retaguardia.
Todo empezó muy mal para Denver. El primer cuarto fue un catálogo preciso de sus imperfecciones defensivas, que llevadas al extremo les hicieron encajar 40 puntos en 12 minutos. Mientras, los Nuggets anotaron 25 tantos, pero su ataque resultó muy pobre en conjunto, ya que 22 de esos puntos partieron de la brillantez de sus dos estrellas, de sus recursos individuales (12 anotó Iverson y 10 Anthony).
La cosa pintaba muy mal para los de Karl, pero un inicio arrollador del segundo cuarto con un parcial de 0-14 les metió de lleno en el partido, alcanzándose los vestuarios con un equilibrado 62-59.
Tras el descanso la pizarra de Sloan hizo furor y su equipo, equipo con mayúsculas porque juega como tal, desempolvó sus mejores esencias colectivas, tanto en ataque como en defensa, y desnudó todas las vergüenzas de los Nuggets, un equipo que vive de su poder ofensivo y que anoche sólo le pudo hacer en el segundo tiempo 38 puntos al entramado defensivo de Utah.
Ese entramado defensivo demolió, por ejemplo, el juego interior de Denver, que, aunque no es muy anotador, aporta muchas cosas positivas al equipo, incluyendo un buen número de intangibles. Pues bien, anoche, por segunda jornada consecutiva, la pareja de pivots titulares de Denver quedó anulada. Entre Martin y Camby hicieron 9 puntos y 11 rebotes.
El equipo mormón no tuvo altibajos. A velocidad de crucero fue poniendo tierra de por medio con su rival, si bien los primeros 6 minutos del tercer cuarto aún estuvieron preñados de igualdad.
De hecho hubo un momento especialmente duro para la hinchada local. Fue cuando Carter adelantó a Denver (70-71) a 6:40 del final de tercer cuarto y apenas unas jugadas después la estrella emergente de los Jazz, su base Deron Williams, sufría un duro golpe contra la pista tras recibir una falta flagrante de Carmelo Anthony. Pero Williams se recuperó y ese momento constituyó el punto de inflexión del partido. A partir de entonces la dureza física y sobre todo la mental la puso Utah. Y el encuentro se acabó.
Finalizó por la vía rápida. En el último cuarto el parcial fue de 34-18. Utah pasó por encima de Denver y Sloan dio toda una lección desde el banquillo a un gran entrenador como es George Karl.
Utah anotó en el partido 60 puntos desde la pintura, lo que indica la tolerancia de la defensa de Denver, y sólo perdió 9 balones. El equipo funcionó en el aspecto colectivo en defensa pero también en ataque. Y es que 11 jugadores anotaron y cuatro de ellos rondaron los 20 puntos. Los Jazz sumaron 50 canastas que procedieron de 37 asistencias, lo que demuestra nuevamente el espíritu solidario de la plantilla y el gusto por el pase extra en pro de la mejor posición de tiro. Y así fue, los locales alcancaron a partir de ese último pase el lugar preciso para anotar con comodidad, tal y como demuestra el 57,5% de acierto que alcanzaron en el lanzamiento.
Mientras, Denver se enquistó en buscar el triple desde posiciones inconsistentes (3 de 15) y estuvo bastante obtuso a la hora de ejecutar tiros de personales, fallando 16 lanzamientos libres. A todo ello hay que unir la tremenda diferencia entre ambas escuadras en el número de robos y pérdidas de balón, algo que es lógico teniendo en cuenta el baloncesto que preconizan sus entrenadores (la relación en este apartado fue de +1 para los locales y -11 para los visitantes).
Los mejores de Utah fueron el turco Okur (20 puntos, 15 rebotes y 5 asistencias), el escolta Ronnie Brewer (20 puntos en 28 minutos), Boozer (otros 20) y el base Deron Williams, que concluyó con 19 puntos y 11 asistencias.
En Denver, sus dos estrellas estuvieron muy solas y a partir del segundo cuarto se apagaron bastante. Iverson acabó con 28 puntos y Anthony con 25, aunque ambos anduvieron muy frenados en otros conceptos del juego en los que suelen aportar mucho.
Sólo los dos mejores suplentes del equipo, Kleiza y J.R.Smith, con 12 y 11 puntos, se quisieron sumar a la fiesta, pero al final no hubo fiesta para los Nuggets.
Atlanta 89 Boston 99
No era fácil la cita de los Hawks, aunque a priori los Celtics podían resultar más accesibles dado que en los últimos partidos su entrenador, Doc Rivers, está dando más descanso a los titulares. Pero el banquillo de Boston estuvo a un gran nivel, especialmente el veteranísimo Sam Cassell, que anoche a sus 38 años sacó a relucir su tremenda clase, que la tiene a espuertas.
Cassell logró 20 puntos y 5 asistencias en 26 minutos. Sus números cobraron fuerza en el momento clave del partido. El ex de los Clippers, entre otros equipos, anotó 15 puntos en el último cuarto (tantos como los que anotó todo el conjunto de Atlanta en dicho cuarto).
Su momento estelar llegó cuando restaban 2:30 para concluir el choque. El partido había llegado al último cuarto con empate a 74 gracias a un gran tercer cuarto de los locales, que esperaban certificar su paso a los playoffs para lo cual necesitaban ganar. Y así siguió el encuentro durante los primeros 7 minutos del acto postrero, permaneciendo el empate en el electrónico a 5:06 del final (84-84). Pero esos 5 últimos minutos fueron fatídicos y con 5-15 de parcial los Celtics sentenciaron. Fue entonces, a 2:30 del final, cuando emergió Cassell.
El veterano base anotó 8 puntos consecutivos, incluidos 2 triples, y dejó por los suelos los sueños de los Hawks. "Sólo hice mi trabajo", afirmó Cassell al finalizar el encuentro reconociendo que "no es fácil a mi edad". Visto lo visto todavía le queda cuerda para rato. ¡Cuidado con Cassell en los playoffs!.
Fue una pena para los de Georgia porque el ambiente que se respiraba en el Philips Arena era de gala. Lleno hasta la bandera para ver al mejor equipo de la liga y para presenciar, si todo iba bien, el primer acceso a playoffs de Atlanta después de muchos años. Y además noche más que especial para los Hawks. Anoche se cumplían 50 años del triunfo de St Louis Hawks sobre Boston Celtics que dio el título de la NBA a los Hawks. Por ello, en el descanso, se tributó un emotivo homenaje al inolvidable Bob Pettit, que en el partido decisivo de la final logró 50 puntos y cuyo número 9 está retirado por los Hawks. Está claro que la NBA sabe tratar a los suyos y colocar los partidos en el calendario cuando hay que colocarlos.
Después de ese emotivo homenaje fue cuando los Hawks dieron lo mejor de sí mismos espoleados por su historia, dominando a su rival en el tercer cuarto (30-19) y regresando al partido.
No fue suficiente. La derrota complica un poco a Atlanta la situación, pero sigue sacando 2 victorias de ventaja a Indiana y sólo restan 2 partidos.
Los máximos anotadores de los Hawks fueron Joe Johnson (21), Al Horford y Josh Smith (ambos con 17) y Bibby (16). El base y escolta titular, Bibby y Johnson, representaron lo mejor y lo peor del equipo. Firmaron entre ambos 15 asistencias, pero anotaron tan solo 12 canastas de 40 intentos. La otra rémora para Atlanta fueron sus suplentes, que sólo lograron 7 de los 89 puntos del equipo. Mucho mejor estuvo el hispano Horford, que hizo 17 puntos, con 8 de 12 en el tiro, y 11 rebotes en 44 minutos.
En los Celtics, Garnett brilló con luz propia (24 puntos en 29 minutos), mientras que los otros dos miembros del 'Big Three', Pierce y Allen, se quedaron cada uno en 14. Pero el protagonista, como ya ha quedado dicho, no fue otro que el gran Cassell.
Milwaukee 98 New Jersey 111
En el Bradley Center se dieron cita dos equipos sin opciones, eso sí, el primero acostumbrado desgraciadamente a estas situaciones y el segundo no.
El partido resultó igualado hasta su ecuador (53-54), pero el parcial de 19-30 en el tercer cuarto resultó decisivo, ya que dejó sin opciones al equipo local, que se mostró impotente para remontar la situación y que en ningún momento puso en apuros a su rival.
Buena parte de esa falta de capacidad de reacción partió del mal partido protagonizado por sus hombres importantes. Redd estuvo discretísimo, sólo tiró 7 veces a canasta para lograr 12 puntos, y Bogut también anduvo muy apagado (8 puntos).
Los Bucks fueron presas de su desacierto en el tiro y de las 20 pérdidas de balon que cometieron, así como de su falta de solidez defensiva.
Muy al contrario, los Nets desbordaron generosidad en el juego, liderados en ese desprendimiento por sus dos estrellas que no abusaron del tiro y sí se prodigaron en el pase al compañero. Jefferson acabó con 24 puntos y 7 asistencias y Vince Carter con 21 y 10 asistencias. Fueron las puntas de lanza de un equipo que de las 45 canastas que anotó en todo el encuentro 35 vinieron precedidas del pase de un compañero.
También destacaron en el equipo de Lawrence Frank su base Harris, que demostró sus extraordinarias cualidades defensivas (13 puntos, 9 asistencias y 6 robos) y Nachbar, que con 15 puntos en 20 minutos, fue el cabecilla de una gran grupo de suplentes, que anotó 41 tantos.
En Milwaukee, poco que destacar. Mason, con 18 puntos, fue su máximo encestador, Simmons hizo 15 siendo suplente y Sessions aprovechó de nuevo sus minutos (12 puntos y 13 asistencias). Es ésta, tal vez, la aparición más positiva para los Bucks al final de temporada. Y es que la ausencia de los bases del equipo por diferentes lesiones han hecho que Sessions se esté validando como jugador NBA.