Por encima de cualquier resultado, la última jornada en la NBA ha resultado especialmente emotiva por un hecho: el regreso a las canchas del brasileño Nené Hilario, jugador de Denver, que había estado fuera de la competición durante dos meses y medio tras detectársele un tumor maligno en un testículo. La vuelta de Nené al equipo en el que juega el mexicano Eduardo Nájera supuso una motivación extra para los Nuggets, que derrotaron a Dallas y pusieron al equipo del puertorriqueño José Juan Barea contra las cuerdas.
Tras la derrota, los Mavericks están a punto de quedarse fuera de los playoffs ante el acoso que están sufriendo por parte de Denver y Golden State, que ganó anoche a Portland. Todo ello en unas circunstancias muy adversas para los texanos, ya que no puden contar, por lesión, con su hombre-franquicia, Dirk Nowitzki.
Mientras, Detroit se hizo con el título de la División Central tras ganar con facilidad al peor equipo de la liga, Miami Heat.
Denver 118 Dallas 105
Noche muy emotiva en el Pepsi Center de Denver. El protagonista no fue otro que el brasileño Nené Hilario, que regresó a las canchas tras serle extirpado un tumor maligno en un testículo. Tras casi tres meses de baja, Nené pudo jugar algo más de 1 minuto. El tiempo era lo de menos, lo importante fue ver una amplia sonrisa dibujada en su cara y la gran reacción del público. El pabellón se vino abajo y a la conclusión del partido el jugador brasileño afirmó: "Sobreviví, todavía estoy aquí". A ese espíritu de supervivencia esgrimido por Nené apela ahora todo su equipo. Y es que Denver se está agarrando a la competición con uñas y dientes. Su tremendo impulso, unido al protagonizado también por Golden State Warriors, ha hecho que ambos equipos en su lucha por la octava plaza del Oeste hayan atrapado a Dallas, que ahora se halla a un paso de quedar eliminado. Y todo ello con Nowitzki en el dique seco por una lesión.
El partido entre Denver y Dallas fue tremendo. La primera mitad discurrió por los cauces esperados. Mucho ataque, velocidad sin freno y Dallas tirando de sus mejores hombres. Al descanso se llegó con 60 a 70 a favor de los texanos. Pero la segunda parte fue otra historia.
Debacle monumental del equipo de Avery Johnson en la segunda mitad. De anotar 70 puntos en los primeros 24 minutos pasaron a anotar la mitad, 35, en los segundos 24 para un marcador parcial de 58-35. Un desastre que empezó a sentirse en un tercer cuarto en el que las huestes de Johnson recibieron un parcial de 34-16.
La defensa de Dallas fue incapaz de frenar a las dos estrellas rivales. Carmelo Anthony se pegó un homenaje (32 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias) y se convirtió en el segundo jugador más joven de la historia de la NBA, tras Lebron James, que alcanza los 9.000 puntos. Mientras, Iverson se fue hasta los 31 puntos, a los que añadió 5 asistencias. El imparable impulso ofensivo de estos dos jugadores se completó con las buenas aportaciones de J.R.Smith y Camby, ambos con 13 puntos y el segundo, además, con 7 asistencias. El mexicano Nájera acabó con 7 puntos, 3 rebotes y 2 asistencias en 19 minutos y volvió a mostrarse eficaz en defensa.
Y fue la defensa, la ineficacia en esa faceta de los visitantes, la que permitió a los locales encestar 58 puntos en la zona, ofreciendo, en ocasiones, demasiadas facilidades para las penetraciones de los hombres exteriores. La mala defensa de los Mavs se unió a un ataque que, por momentos, resultó bastante errático. Dallas perdió 17 balones.
En el capítulo personal nadie podrá culpar a Kidd de la situación. El base de los Mavericks puso todo su empeño y redobló su esfuerzo para salvar el precipicio (19 puntos, 15 asistencias y 5 robos). De hecho, ninguna estrella de Dallas falló en ataque: Josh Howard hizo 30 puntos, Stackhouse 18 y Terry 14, aunque en la segunda mitad las luces ofensivas del equipo se fundieron por completo. El puertorriqueño Barea no se vistió una noche más.
Golden State 111 Portland 94
Los Warriors conservan la octava plaza, acercándose a Dallas y manteniendo su exigua ventaja con Denver. En estos momentos Dallas tiene un balance de 45-27, los Warriors están en 44-27 y Denver en 44-28. La cosa está que arde.
La victoria ante Portland, que no pudo contar con Roy pero sí con Aldridge, se fraguó en un tercer cuarto demoledor en el que los de Don Nelson le endosaron un 40-20 a los de Nate McMillan, que esta vez contó con el español Sergio Rodríguez. El canario jugó 6 minutos en los que capturó 2 rebotes y dio 1 asistencia.
Hasta ese tercer cuarto, los Blazers se habían comportado bien, llegando al descanso con ventaja en el electrónico (51-52).
En la cancha se enfrentaban dos conceptos baloncestísticos diametralmente opuestos. El espíritu ofensivo de Nelson frente a la visión más controlada del juego de McMillan. Esta vez el entrenador más veterano se llevó la partida, ya que su equipo jugó al ritmo habitual logrando 23 puntos en contraataque. Y es que los Warriors cuando dejan en menos de 100 puntos al rival son imparables. De hecho, anoche lograron de ese modo su trigesimoprimera victoria consecutiva, contando los playoffs.
Golden State no necesitó ni siquiera la mejor versión de Baron Davis para ganar el partido. Sus mejores hombres fueron Jackson con 24 puntos y Ellis con 18 tantos, 10 rebotes y 5 asistencias, sin menospreciar al buen trabajo del suplente Azubuike, que hizo 14 puntos.
En los Blazers, cabe destacar los 22 puntos y 6 asistencias de Blake, los 17 puntos y 6 asistencias de Aldridge y los 19 de Jarret Jack.
El buen balance entre robos y pérdidas de los locales y el pobre acierto de los visitantes en el tiro de 2 resultaron claves para el desenlace del encuentro.
Detroit 85 Miami 69
El objetivo parecía fácil teniendo en cuenta el rival y Detroit lo logró. Los Pistons consiguieron su victoria 51 de la temporada y de paso se hicieron con el título de la División Central.
Sin embargo, los dos primeros cuartos no se desarrollaron según el guión previsto. Miami se aplicó bien en los dos lados de la cancha y Detroit parecía demasiado pagado de sí mismo, por lo que se llegó al intermedio con 43-45 para los de Florida.
Pero en la segunda parte los locales sacaron lo mejor de sí y los visitantes lo peor de su naturaleza, es decir, Detroit fue Detroit y Miami fue Miami. Y su traslación al marcado no se hizo esperar. Los Heat anotaron 24 puntos en la segunda mitad, o lo que es lo mismo, un punto por cada minuto de juego. Una ruina.
Nada se puede esperar de un equipo, Miami, en el que su máximo anotador es Blake Ahearn, un jugador de 24 años procedente de la Universidad de Missouri State que debuta en la liga con un contrato de 10 días. Ahearn hizo 15 puntos y fue el único que se salvó de la quema junto al base Quinn (10 puntos, 7 asistencias y 5 rebotes).
Detroit, visto lo visto, no tuvo que echar mano de sus mejores hombres. Sus máximos anotadores fueron Arron Afflalo, que volvió a salir de titular por el lesionado Hamilton, y Maxiell, ambos con 15 puntos. Billups añadió 13 tantos y 11 asistencias y el argentino Walter Herrmann saltó a la cancha aprovechando la holgura del resultado. Jugó 2 minutos y anotó 2 puntos.
Fue, sin duda, una noche feliz para Afflalo, que a la par que lograba la mejor anotación de su corta carrera en al NBA, es novato, veía cómo la universidad en la que jugaba hasta hace un año, UCLA, ganaba a Western Kentucky y seguía aspirando al título universitario.
Mientras esto sucedía en un bando, en el otro más de lo mismo. Un 35,8% en el tiro -con 2 de 15 en los triples-, 69 puntos anotados, una nueva derrota y un partido menos para acabar este suplicio. Y es que la actitud de Miami Heat como club y como empresa privada es lógica, pero resulta un insulto y una bofetada para la competición.