Gran partido el disputado anoche en la ciudad del jazz en lo que fue una muestra de que si la Conferencia Oeste es salvaje, la División Sudoeste -donde están encuadrados San Antonio, Dallas, Houston y New Orleans- es doblemente salvaje. De hecho, actualmente la división la encabezan Houston y San Antonio (44 victorias y 20 derrotas), seguidos por New Orleans, con 43-20, y Dallas, que con 42-23 es séptimo en el Oeste.
New Orleans Hornets se impuso de forma brillante a los actuales campeones de la NBA, San Antonio Spurs, (100-75). El resultado puede llevar a equívocos, ya que el encuentro resultó muy igualado hasta el último cuarto, momento en el que los locales endosaron un tremendo parcial de 24-8 a su rival.
Tras el partido firmado ayer por los de Louisiana, el conjunto que dirige Byron Scott presenta sin ambages su candidatura para aspirar a todo, a pesar de que casi todos los analistas consideran que la falta de experiencia de algunos de sus principales jugadores puede ser un serio obstáculo en los playoffs por el título.
Sobre la cancha hubo dos hispanos, ambos argentinos. Ginobili concluyó con 11 puntos, 3 rebotes, 4 asistencias y 3 recuperaciones en 31 minutos y, aunque le faltó regularidad, dejó bastantes muestras de su inmensa calidad; Oberto estuvo 16 minutos en la pista y aportó 3 rebotes y 2 puntos, pasando bastante desapercibido.
Comienzo espectacular
Las primeras dos jugadas del partido fueron ya indicios suficientes de lo que iba a ocurrir. El ataque inicial de los Spurs terminó en un uno contra uno Duncan-Chandler que resolvió espectacularmente el segundo en defensa y la segunda posesión de San Antonio se saldó con un impresionante robo de Chris Paul, que fue el mejor del partido (26 puntos, 17 asistencias y 3 robos) y volvió a reivindicar su trono como mejor base de la liga sin discusión, muy por encima, hoy por hoy, del mismísimo Steve Nash.
La de anoche fue una exhibición de Paul no sólo en cuanto a números sino también en cuanto a estética. El base parecía jugar a cámara lenta destilando calidad por todos sus poros, aportando una extrema elegancia en sus movimientos y equilibrando perfectamente su yo individual con su proyección colectiva. Nada más iniciarse el tercer cuarto ya llevaba 20 puntos y 10 asistencias y acabó el tercer periodo con 26 y 16.
El primer cuarto del partido resultó tremendamente igualado. Chandler cometió dos personales en apenas 7 minutos en su defensa contra Duncan y San Antonio tiró en exclusiva de su pareja Parker-Duncan, que anotaron todos los puntos de su equipo hasta que Horry metió una canasta pasados 10 minutos de juego. El cuarto concluyó 25-23 (21 puntos de Parker -13- y Duncan-8-). Para entonces Paul ya llevaba 10 y West 6, mientras que Ginobili y Stojakovic estaban inéditos.
Segundo acto
Comenzó el segundo acto con Ginobili asumiendo la responsabilidad en el ataque de los Spurs al estar Parker y Duncan descansando en el banquillo. Fue lo único destacable en 5 minutos de tanteo jugados por las segundas unidades de ambas plantillas, 5 minutos en los que hubo un parcial de 4-6.
Stojakovic anotó su primera canasta, un triple, cuando habían transcurrido 20 minutos de juego, lo que demuestra, una vez más, la fantástica labor de Bowen en defensa.
Se llegó al descanso 48-41 merced a una excelente defensa local y con los espectadores felices por el resultado y por el gran número de destellos de calidad surgidos del trío Parker-Ginobili-Duncan y el dúo Paul-West. El base francés se fue al vestuario con 18 puntos, pero solo 1 asistencia, los mismos puntos que anotó Chris Paul, que dio 8 pases de canasta. Duncan alcanzó el descanso con 10 puntos y 9 rebotes.
Bowen, protagonista del partido
La reanudación mostró a las estrellas de los dos equipos enchufadas al partido, especialmente el base titular local gracias al cual su equipo se marchó por 9 puntos (58-49), lo que obligó a Popovich a pedir un tiempo muerto y, ante el cariz que estaba tomando el partido, poner a Bowen sobre Paul como perro de presa. A partir de ahí, el juego del armador de los Hornets bajó un poco y el de Stojakovic comenzó a emerger aprovechando que en más de una jugada se quedaba con él en defensa Tony Parker.
Bowen alcanzó anoche los 500 partidos consecutivos como titular, un record increíble que comenzó a fraguarse el 28 de febrero de 2002. Y para celebrarlo sacó en el partido lo mejor y lo peor de sí mismo. Defendió primero a Stojakovic de forma impecable y después se encargó de Paul, al que defendió muy bien, pero con algunos conatos de violencia que llegaron al extremo cuando a 5:15 para la conclusión del tercer cuarto el alero de San Antonio cubrió al límite al base local y cuando éste estaba en el suelo le dio un leve pisotón y un leve rodillazo que levantaron las iras del público. Incomprensiblemente los tres árbitros (Forte, McCutheon y Wright) no pitaran ni siquiera falta en un ejemplo más de cómo la clase puede ser barrida a palos sin ser protegida.
Tras la bronca, nuevo susto para el equipo de Byron Scott. David West, que acabó con 29 puntos y 10 rebotes, anota una canasta y tropieza con una persona que estaba a pie de pista torciéndose el tobillo. Saltan las alarmas, ya que el jugador se había perdido varios partidos por problemas en un tobillo, y a 4:02 de la conclusión del tercer periodo se tiene que ir a vestuarios. Afortunadamente regresó a la cancha 3 minutos después y, por lo que se vio, en muy buenas condiciones.
El cuarto concluye 76-67 con unos Hornets aplicados en los dos lados de la cancha, firmando un 57% en el tiro y dominando el rebote, ya que en la segunda mitad Tim Duncan (que concluyó con 24 puntos y 11 rebotes) estuvo perfectamente sujetado en el aspecto reboteador
Cortocircuito en ataque de los campeones
Pero lo más impresionante estaba por llegar. Los Hornets se impusieron sin piedad a la mejor defensa del Oeste y la tercera mejor defensa de la liga defendiendo mucho mejor que su contrincante al que dejaron en los últimos 12 minutos en 8 puntos.
Un tremendo robo de balón de West a Ginobili con asistencia del ala-pivot local a Bonzi Wells y una posterior canasta del propio West quebraron el partido dejando el luminoso en 82-67. A partir de entonces se vivió un continuo crecimiento de los locales mientras los visitantes se diluían como un azucarillo en el café, llegándose a los 20 puntos de diferencia (91-71) a partir, cómo no, de una conexión entre Paul, que penetró y dividió, y West, que recibió el pase del base y anotó un triple.
Para los Spurs la noche pudo acabar aún peor. A falta de 7 minutos para el final Parker (24 puntos) penetró a canasta y su pierna se dobló, dando la sensación de que se había dejado la rodilla en la pista. Afortunadamente sólo fue un susto
Los números del partido hablan de la superioridad de los Hornets. Esa superioridad se aprecia sobre todo en el tiro de campo, donde los locales terminaron con un 58,7%, el tiro de tres, donde los visitantes hicieron 2 de 18, en el lanzamiento de personales (los Spurs concluyeron con una serie de 7 de 17 con un desastroso Parker) y el rebote (45 los locales por 27 su rival).
Pero por encima de los números queda la sensación. Y la sensación dada anoche por los Hornets resultó muy refrescante.