Actualmente, los contratos no pueden tener una extensión mayor de 5 temporadas y solo en determinados casos. La regla general es que no pueden superar los 4 años aunque existen excepciones que establecen un límite todavía menor.
Un jugador solo puede firmar por 5 temporadas con su propio equipo (renovación) y siempre que no haya sido despedido o haya cambiado de equipo voluntariamente (los traspasos no cuentan) en los últimos 3 años, conservando lo que se denomina “Bird rights”. Ésta fue una regla creada en 1983, primer convenio con límite salarial, para permitir a los equipos renovar a sus propios agentes libres.
También pueden firmar por 5 temporadas los novatos que extienden su contrato y son nombrados “jugadores designados”. Cada equipo solo puede tener en plantilla un “jugador designado” nombrado por ellos mismos, aunque puede tener más jugadores designados por otras franquicias si los ha adquirido en un traspaso.