Denver ejerce de campeón con el mariscal Jokic y su lugarteniente Gordon

Denver Nuggets volvió a ejercer de campeón. Los defensores del título siguen obrando a su manera y después de perder los 2 primeros partidos en su casa han ganado los 2 siguientes partidos como visitante, para poner la serie ante Minnesota 2-2.

Esta eliminatoria discurre en las antípodas de aquella de la primera ronda que protagonizaron Cleveland y Orlando. Aquella tuvo 7 partidos y 7 victorias locales; esta lleva 4 encuentros y 4 triunfos visitantes.

Ejerció de mariscal plenipotenciario el señor Nikola Jokic, que se tomó un respiro en el tercer cuarto sin anotar un solo punto porque solo lanzó una vez a canasta, para tomar carrerilla de cara al último y decisivo cuarto, momento en el que encestó 16 puntos para ser factor decisivo en el triunfo.

Ganaron los Nuggets 107-115 con 35 puntos, 7 rebotes, 7 asistencias, 3 robos y 15 de 26 en campo para Jokic, y esos 16 puntos en el cuarto final, y con un partidazo de Aaron Gordon que solo falló un tiro en toda la noche, un tiro, por cierto, que escupió el aro por muy poco. Sumó Gordon 27 puntos, 7 rebotes, 6 asistencias y 11 de 12 en campo.

Jamal Murray se quedó en blanco en la anotación en el cuarto final aunque estuvo muy activo. Terminó con 19 puntos y 8 asistencias. Y los suplentes Christian Braun y Justin Holiday aportaron lo suyo en el que ha sido el peor partido en estos playoffs de un muy desdibujado Michael Porter Jr.

Se sobrepuso Denver a otra actuación colosal de Anthony Edwards. Deslumbrante el jugador de Minnesota, autor de 44 puntos, 5 rebotes, 5 asistencias y 16 de 25 en el tiro de campo. Otra noche de relumbrón para un jugador llamado a ser dominante durante muchos años.

El partido de Edwards contrastó con la amarga noche de Karl-Anthony Towns, que hizo un 5 de 18 en el tiro para acabar con 13 puntos y 12 rebotes.

Mike Conley firmó 15 puntos y 9 asistencias y Rudy Gobert logró 11 puntos y 14 rebotes, despertando en ataque en el cuarto final pero a la vez mostrándose desafortunado en la resolución del partido.

Jaden McDaniels y Naz Reid también metieron 11 puntos.

Denver empezó a sentar las bases de su triunfo en la concatenación del primer y segundo cuartos, cuando con un parcial de 6-29 pasó de ir perdiendo 22-15 a ir ganando 28-44, aprovechando minutos en los que estuvo sentado en la banda Rudy Gobert.

Se presentaron los Nuggets con marcador favorable de 49-64 al descanso después de que Jamal Murray se cascara un auténtico triplazo desde su campo sobre la bocina de la primera parte. Brutal tiro. Y llovía sobre mojado, ya que Jokic había cerrado el primer cuarto también con un tiro, en este caso de 2, sobre la bocina.

La segunda parte fue un quiero y no puedo de Timberwolves, que no se rindió nunca, pero que siempre tuvo que estar a remolque en el marcador. Espectacular el modo como Denver conservó la delantera sin que le temblara nunca el pulso.

Los Nuggets, que terminaron la noche con un 57% en el tiro de campo y que sufrieron en el rebote, aguantaron muy bien el final del partido, un final en el que los locales se acercaron hasta los 6 puntos (107-113) momentos después de que Edwards le plantara un tapón a Murray, pero no pudieron pasar de ahí.

Lo de Jokic en el último cuarto fue una auténtica cátedra, cátedra culminada con las canasta que cerró cualquier resistencia visitante, una canasta anotada a 25,8 segundos del final y que suponía el 107-115, que a la postre sería el resultado del partido.

Minnesota tiene un gran equipo y un líder excelso, pero le va a resultar muy difícil recuperar la cara a la serie después de la muestra extrema de personalidad ofrecida por Denver en su doble presencia en Mineápolis.