Ricky Rubio deja la NBA en plena lucha por recuperar la salud mental
El internacional español rescinde su contrato con Cleveland Cavaliers
Acuerdo de rescisión de contrato entre Ricky Rubio y Cleveland Cavaliers. No es un acuerdo común, no es una 'ruptura' cualquiera en la liga. No lo es porque va mucho más allá del baloncesto, porque el acuerdo lleno de comprensión entre las partes llega en plena lucha del jugador por recuperar su salud mental.
El jugador español tenía un contrato que incluía un salario de 6,15 millones de dólares esta temporada y de 6,43 millones la próxima, aunque esta última cifra no estaba completamente garantizada.
La salida de Rubio de los Cavaliers, avanzada por Adrian Wojnarowski (ESPN), también implica el adiós del jugador español a su larga trayectoria en la NBA, según ha anunciado poco después el base de El Masnou a través de la publicación de una carta impregnada de sinceridad y desgarro.
En ella, Rubio ha reconocido que "el 30 de julio fue una de las noches más duras de mi vida. Mi mente se fue a un lugar oscuro... al día siguiente decidí dejar mi carrera profesional".
Aquella noche supuso un antes y un después en la carrera deportiva de Ricky. Abandonó la concentración de la selección española cuando se acercaba una cita planetaria de primer nivel, el Mundial de baloncesto. No jugó el Mundial, no se incorporó a los Cavaliers en la pretemporada y no se ha vestido de corto en todo lo que va de temporada.
En torno a Rubio, hasta hoy, un doloroso y comprensible silencio, un silencio provocado por su delicada situación personal y por el deseo de que todo se dirimiera en un ámbito privado, en su entorno más próximo, sin luz ni taquígrafos, con el máximo respeto hacia su persona.
En su comunicado público, Ricky informa de que sigue luchando con el objetivo de recuperar su salud mental. "Todavía estoy trabajando mi salud mental", afirma Rubio, que indica que en el futuro le gustaría compartir su experiencia para que le pueda servir de ayuda a otras personas que se encuentren en su misma situación, pero que por ahora prefiere que todo lo que le rodea se mantenga en el ámbito privado.
Rubio tiene palabras de agradecimiento para todos los equipos por los que ha pasado, pero especialmente para el excelente modo con el que Cavaliers ha tratado su problema personal.
"Todo empezó en junio de 2009, la noche del draft en Nueva York. Qué sueño. Después de jugar 12 años en la liga, con todos sus altibajos, he acumulado muchos buenos recuerdos y excelentes relaciones", indica el jugador rememorando su largo paso por la NBA.
El base catalán jugó casi 700 partidos con Timberwolves, Jazz, Suns y Cavaliers, promediando en su carrera NBA 10,8 puntos, 7,4 asistencias y 1,8 recuperaciones.
Ahora habrá que ver si Rubio puede reintegrarse en el mundo del baloncesto en el futuro, jugando ya en Europa. Ese puede ser su gran reto, aunque siempre será un reto inferior a su objetivo más humano y ambicioso, su verdadero objetivo real: recuperar la estabilidad mental, dejar atrás la oscuridad y hallar la luz.