Lakers devuelve la paliza a los Warriors ganando por 30 puntos en L.A.

La semifinal de conferencia entre Warriors y Lakers gira como una veleta a partir de un viento cambiante, y uno no sabe ya con qué quedarse. Después de que los Warriors ganaran 127-100 a los Lakers el segundo partido, esta noche los Lakers le han devuelto el golpe venciendo 127-97.

Dos equipos distintos, tanto uno como el otro, en estos dos últimos duelos. Una cosa de locos. Paliza por paliza y los Lakers adelantándose en la eliminatoria 2-1, unos Lakers que siguen invictos como equipo local en la presente postemporada.

Anthony Davis ejerció su particular embrujo. Esta vez tocó el Davis diferencial, el que supone la primera piedra de la defensa y el que tirando poco soluciona bien el ataque. Fue el jugador más completo del partido en los dos lados de la cancha y acabó con 25 puntos, 13 rebotes, 4 tapones, 3 robos y un 70% en el tiro de campo.

LeBron James se fue a 21 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias a pesar de tener un arranque de partido más que slow. El de Akron no lanzó un solo tiro a canasta en todo el primer cuarto, una estadística insólita en sus 275 apariciones en juegos de playoff. Pero cuando el partido se puso del lado Laker él estuvo a los mandos de la nave.

Otro jugador que sube y baja según el día es D'Angelo Russell. Hoy tocó cara y aportó 21 puntos con 5 de 8 desde el triple.

Bien Dennis Schröder, 24 minutos de juego para el hasta ahora olvidado Lonnie Walker IV y hasta partícipe de la fiesta, ya en minutos sin tensión, Tristan Thompson, que pisó la pista 6 minutos.

Lakers funcionó mucho mejor de lo habitual desde el triple, dispuso nuevamente de muchos más tiros libres que Warriors por el modo de jugar de ambos equipos y, sobre todo, defendió, defendió mucho, defendió hasta abrir vías de agua en la línea de flotación de Golden State.

Los Warriors empezaron bien, ganando el primer cuarto, pero encajaron un 36-18 en el segundo cuarto y un 63-38 en los cuartos centrales para empezar el último episodio del juego perdiendo por 18 puntos, un último cuarto que supuso la debacle definitiva del equipo de Steve Kerr, que recibió 41 puntos en los 12 minutos finales para terminar perdiendo por 30.

Warriors no tuvo nada que ver desde el triple con los dos anteriores juegos, en los que había anotado 21 y 21 desde más allá del arco. En este tercero lanzó mal desde el perímetro Golden State, y perdió nada menos que 19 balones, además de suspender de pleno en el trabajo defensivo.

Stephen Curry metió 23 puntos, Andrew Wiggins añadió 16 y 9 rebotes y Klay Thompson sumó 15 más 7 rebotes, pero estando muy lejos de la efectividad que mostró en el segundo encuentro.

En el lado más negativo, el nefasto partido de Draymond Green, metido en problemas de faltas, el hecho de que Jordan Poole siga reducido a la más absoluta intrascendencia y los solo 16 minutos que jugó Kevon Looney, que en principio anda enfermo, lo que ha reducido su presencia en la cancha en los últimos 2 partidos.

La serie viajó a Los Ángeles y en Los Ángeles se quedará para el cuarto partido, un cuarto juego que Warriors tendrá que afrontar con serias urgencias.