Los Pelicans de Ingram están en racha

Los Pelicans están on fire en el momento más importante de la temporada. El equipo de Nueva Orleans, que ya ni recuerda cuándo fue la última vez que pudo contar con Zion Williamson, vive un momento dulce de la mano de un enorme Brandon Ingram.

Partido muy importante y victoria. Pelicans derrotó 122-114 a Clippers, dos rivales directos, una victoria que corrobora la que Pelicans logró también recientemente, el pasado 25 de marzo, ante los angelinos.

Clippers es sexto en el Oeste con 41-38 y Pelicans le pisa ahora los talones con 40-38, siendo octavo Lakers con 39-38. La cosa está que arde.

New Orleans viene pisando fuerte, con 7 victorias en los últimos 8 partidos, y con Ingram metiendo 25 o más puntos en los últimos 9 juegos. Esta vez Ingram llegó a los 36 puntos y 8 asistencias, con 13 de 23 en el tiro.

Le escoltaron Jonas Valanciunas, con 23 puntos y 12 rebotes, C.J. McCollum, con 19 puntos, y Trey Murphy III, también con 19, anotando dobles dígitos todos los titulares del equipo.

Lo de Ingram es para enmarcarlo. Da gusto verle jugar, porque a su habitual estética en la ejecución del juego se une una eficacia envidiable y un indudable liderazgo en la pista.

Clippers, mientras, permitió el primer back-to-back de Kawhi Leonard en mucho tiempo, aunque con truco, ya que en el partido anterior, ante Memphis, solo jugó 18 minutos. Esta noche ha estado una minutada en cancha para sumar 40 puntos y 8 rebotes, asumiendo 28 tiros de campo. Exigencia física máxima.

Russell Westbrook estuvo muy bien, y su mejor momento, en la primera parte, coincidió con el mejor momento de su equipo. Terminó con 24 puntos, 9 asistencias y solo una pérdida de balón.

Ivica Zubac metió 15 puntos y Norman Powell fue titular -no tuvo su mejor noche- en lugar de Eric Gordon, que fue baja.

No se fueron muy contentos los californianos con el arbitraje. No es para menos. Los colegiados pitaron 15 faltas a Pelicans y 29 a Clippers. Un desequilibrio excesivo.

El español Willy Hernangómez fue nuevamente un simple espectador en el triunfo de su equipo.