Miami domina a los Hawks con 8 triples de Robinson en 23 minutos

Miami Heat dominó el Este y ese poder no es un poder menor viendo cómo se las gastó la conferencia esta temporada. Por eso, a nadie debería sorprender la aplastante victoria de Miami sobre Atlanta, un reflejo de lo que ha sido la temporada de uno y otro equipo.

En el primer partido de la serie Heat-Hawks hubo dos niveles: el altísimo de unos Heat estratosféricos en defensa y el discreto de unos Hawks que todavía estaban con la etiqueta competitiva del play-in, como si no hubieran pasado página aún.

Miami aniquiló a Atlanta desde la defensa y dejó en los huesos a Trae Young, que completó uno de los peores partidos que se le recuerdan como jugador profesional. Después de su exhibición final en el play-in, llegó el descalzaperros más inesperado en el primer partido de playoff, con números que quedarán en la memoria negativa del jugador: 8 puntos, 4 asistencias, 6 pérdidas de balón, 1 de 12 en el tiro de campo, incluido un 0 de 7 desde el triple... como si Young se hubiera borrado de repente del juego.

La realidad es que fue Miami quien lo borró de la pista, como borró a todo Atlanta Hawks, un equipo que metió 17 puntos en el primer cuarto, se fue al descanso perdiendo 59-40, solo llegó a 60 puntos en el tercer acto para ponerse con 26 de desventaja... un no parar de deslizarse hacia el fango.

El complejo defensivo local dejó a su rival en un 38,7% en el tiro de campo, terminando Atlanta con más pérdidas de balón, 18, que asistencias, 16.

Fue un partido que llegó al desenlace esperado desde vías inesperadas. Porque inesperada fue la resurrección de Duncan Robinson, que durante la temporada regular fue claudicando hasta perder la titularidad y terminar siendo un jugador sin peso en el equipo, un peso que ha recuperado hoy a lo grande, con récord incluido.

Robinson solo jugó 23 minutos, pero en ese tiempo metió 8 triples para batir un récord de la franquicia en playoffs superando los 7 que tenían Mike Miller y Damon Jones. Terminó Robinson con 27 puntos en esos 23 minutos tras meter 8 de sus 9 intentos triples en una noche feliz desde la larga distancia.

Mientras, P.J. Tucker encestó 4 de 4 desde el triple como parte esencial para sumar 16 puntos en el encuentro. Es decir, entre Robinson y Tucker hicieron un inesperado 12 de 13 desde más allá del arco.

Como inesperado fue igualmente que el equipo ganara fácilmente a pesar de los 6 puntos de Tyler Herro (3 de 11 en el tiro) y los 6 de Bam Adebayo (1 de 5).

Se esperaba que Adebayo se pusiera las botas en ataque aprovechando la baja de Clint Capela y el regreso del lesionado John Collins, en teoría fuera de forma tras 19 partidos sin jugar, pero lo cierto fue que la lluvia torrencial a Atlanta le cayó desde el triple.

Inesperado fue también ver a los dos mejores jugadores visitantes desangrarse de mala manera en ataque. Porque el 1 de 12 en el tiro de Young fue complementado con el 0 de 8 de Bogdan Bogdanovic, que metió 6 puntos y estuvo de pena. ¡Ese 1 de 20 en el tiro del dúo Young-Bogdanovic constituyó una condena segura para su equipo!

En esta cadena de escenarios inesperados, el que estuvo en clave normal fue Jimmy Butler, el jugador más completo de Miami una vez más. Sumó 21 puntos, 3 robos y un 60% en el tiro. Kyle Lowry añadió 10 puntos y 9 asistencias en un equipo que movió maravillosamente el balón en ataque asistiendo 35 de sus 43 canastas.

Atlanta no fue rival. Danilo Gallinari metió 17 puntos y De'Andre Hunter hizo 14. Y poco más. Porque los de McMillan estuvieron a años luz de lo que ha de ser un equipo de playoff.