Lakers remonta y gana en la prórroga a los Knicks en el regreso de LeBron

Feliz regreso de LeBron James al juego tras perderse 5 partidos por problemas en una rodilla, 5 partidos de no muy buen recuerdo para su equipo. Vuelta de James y sufrida victoria de Lakers ante Knicks remontando 21 puntos para imponerse en la prórroga 122-115.

LeBron firmó su cuarto triple-doble del curso y el 103 de su carrera tras terminar con 29 puntos, 13 rebotes y 10 asistencias y Anthony Davis sumó 28 puntos, 17 rebotes y 4 tapones, con 13 de 19 en el tiro de campo, ejerciendo un trabajo ejemplar en los dos lados de la pista. Pero el jugador esencial de los Lakers fue Malik Monk. Fue Monk quien rescató al equipo cuando este se hallaba en una deriva preocupante. Resurrección de Lakers en el tercer cuarto que valió una victoria a pesar de lo mal que jugó el final del tiempo reglamentario el equipo angelino, resurrección tras el descanso que vino de la mano de la brutal explosión de Monk y de la tremenda mejora del equipo local en defensa.

Monk sumó 29 puntos, de los cuales 18 los hizo en el tercer cuarto, el cuarto que supuso un punto de inflexión en el partido, el que giró el encuentro los 180 grados que precisaban los Lakers, un cuarto en el que Monk metió 5 puntos más que todos los jugadores de New York (18-13).

Lakers empezó muy mal, a merced de unos excelentes Knicks que arrancaron con un 6-21 y que llegaron a tener ya 18 puntos de ventaja en el primer cuarto, cuarto en el que endosaron 42 puntos a un defensa angelina demencial. RJ Barrett y Julius Randle, las dos grandes estrellas hoy de los Knicks, ya empezaron a un nivel muy relevante, con el primero de ellos metiendo 17 puntos en el cuarto inicial.

El segundo cuarto fue más de lo mismo. Dominaba Knicks el partido a su antojo, llegando a adquirir varias veces ventajas de 21 puntos, para irse al descanso ganando 56-71 (segunda vez en la etapa Thibodeau en la que los Knicks pasaban de 70 puntos en una primera parte). Nefasto trabajo defensivo de Lakers, paupérrima actuación de Russell Westbrook, que llegó a hacer un airball sin marca lanzando contra tablero, y 2 de 14 en el triple de los locales por el 9 de 20 de los visitantes.

Pero llegó el tercer cuarto y todo cambió. Locura Monk. Monk, Monk y Monk hasta en la sopa. En los primeros 6 minutos del cuarto había metido 15 puntos. El 31-13 de estos 12 minutos cambió la tendencia. Es lo que tiene empezar a defender en serio. Un mate de Anthony Davis puso el 80-79 adelantando a los angelinos por primera vez en el partido, y el cuarto acabó 87-84.

En el último período Lakers dominó la situación y se llegó a poner con 9 de ventaja (108-99) a 2:22 del final, pero el equipo de Vogel no supo rematar la faena, falló 3 libres en el último minuto (2 de Westbrook) y se vio engullido por RJ Barrett, que hizo un matazo para el 111-108 y un triplazo para el 111-111 a 8,1 segundos del final. LeBron erró el triple postrero y el partido se fue a la prórroga, con Spike Lee mostrando a lo largo de todo el partido un estado ciclotímico según su equipo ascendía a los cielos, bajaba a los infiernos y se devolvía a tierra firme a última hora gracias al 3-13 con el que cerró el cuarto período.

Los Lakers recuperaron el pulso en la prórroga tras su desastroso final de último cuarto. Un triple de Trevor Ariza, que mejoró notablemente sus prestaciones, puso el 120-113 a 1:12 del final y un mate de Davis colocó el 122-115 que terminaría siendo el resultado definitivo tras un claro 11-4 en el tiempo extra.

Más allá del trío LeBron-Davis-Monk (brillantez máxima en esta tríada), Lakers, que jugó sin Carmelo Anthony y Dwight Howard, tuvo a un muy mejorado Ariza (11 puntos, 8 rebotes y canastas en momentos importantes) y a un desastroso Russell Westbrook, un jugador empequeñecido hasta prácticamente desaparecer de la ofensiva local, un Westbrook que terminó el juego con 5 puntos y 1 de 10 en el tiro de campo. Mr Triple-doble empieza a colapsar.

Knicks disfrutó de las maravillosas actuaciones de Barrett (36 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias) y Randle (32 tantos, 16 rebotes y 7 asistencias), que se mostró hipermotivado ante su exequipo.

Además, 15 puntos de Evan Fournier y 12 de Alec Burks.

En el lado negativo, la irrelevancia de Kemba Walker, algo que dejó hace tiempo de ser noticia, y la casi invisibilidad de los jóvenes Immanuel Quickley y Quentin Grimes, dos chicos con talento que hoy apenas tuvieron cancha.

Los Lakers se ponen 26-28 y los Knicks, que han perdido 8 de sus últimos 10 partidos, se sitúan en 24-29.