Spurs humilla a Lakers en el adiós al Staples con un perfecto Bates-Diop

No merecía el Staples Center un final así. Los actuales Lakers deshonraron a los antiguos Lakers, a esos que ganaron 6 títulos en el Staples y cuyos trofeos se mostraron en el descanso del partido con Robert Horry, Byron Scott, Luke Walton, Gary Payton y Metta Sandiford-Artest en torno a ellos.

El último partido de Lakers en el Staples Center (el día de Navidad pasará a llamarse Crypto.com Arena) supuso una auténtica humillación para el equipo californiano a manos de unos Spurs que siguen creciendo como grupo esta temporada, unos Spurs que terminaron el partido con su máxima ventaja para ganar 110-138 y sumar ya 4 victorias en sus últimos 6 partidos, las 2 últimas en el Staples venciendo a Clippers por 24 puntos y a Lakers por 28.

El jugador del partido tuvo un nombre inesperado: Keita Bates-Diop. El jugador de los Spurs entró en el encuentro promediando 3,8 puntos en la temporada y lo terminó con 30 puntos y 7 rebotes en una noche perfecta, ¡con 11 de 11 en el tiro de campo, incluyendo un 3 de 3 desde el triple! Bates-Diop tuvo la noche de su vida metiendo 20 puntos en la segunda parte. Y no es el primer jugador al que los Lakers le hacen feliz esta temporada.

Hablar de la debacle de Lakers en exclusiva sería muy injusto, porque se hace obligado hablar también de cómo están funcionando estos Spurs últimamente, mejorando prestaciones y viéndose beneficiados por el hecho de que su plantilla no está siendo masacrada ni por la pandemia ni por las lesiones.

El partido tuvo un solo dueño, y ese dueño fue el único equipo que defendió un poco en la pista, porque el trabajo defensivo de Lakers volvió a ser dantesco, una auténtica caricatura, una mofa.

Claves del partido, además de la defensa: el abismo que separó a ambos equipos en el triple (5 de 27 Lakers por 18 de 39 Spurs) y el brutal rendimiento de la segunda unidad de Spurs, que anotó 69 puntos, con 30 de Bates-Diop, 21 en 25 minutos de Lonnie Walker IV y 13 puntos y 8 rebotes en 15 minutos del australiano Jock Landale.

Hay que detenerse en las segundas unidades. La de Spurs aportó esos 69 puntos mencionados y la de Lakers sumó solo 20. Es lo que sucede cuando se fichan nombres, trayectorias y pasado olvidándose del presente, cuando se ficha a golpe de foco mediático. Porque nombres como Carmelo Anthony, Rajon Rondo, DeAndre Jordan e Isaiah Thomas suenan muy bien si uno echa la mirada atrás, pero no suenan tan bien si un equipo quiere ser competitivo en 2021.

Spurs, mientras, tuvo aspectos estelares en su juego. Maravillosa, por ejemplo, la relación asistencias-pérdidas del equipo de Popovich (33 a 6, ¡con Dejounte Murray dando 13 asistencias sin perder un solo balón!), lo que muestra la muy buena circulación de bola de los Spurs y la muy deficiente labor defensiva de Lakers.

Spurs sobrevivió a una de esas noches erráticas de Murray (3 de 16 en el tiro), actuación errática en la definición que compensó con creces a la hora de organizar el juego de los suyos. Entre Murray y Keldon Johnson, que hizo un doble-doble, 7 de 30 en el tiro, pero ni siquiera esa circunstancia o el gris partido de Jakob Poeltl pudieron evitar la victoria visitante.

Otro jugador importantísimo en el triunfo fue Derrick White, jugador que ha olvidado su mal comienzo de temporada. Sumó 23 puntos y 7 asistencias con excelentes porcentajes de tiro.

Lakers encajó 66 puntos en la primera parte y 72 en la segunda, solo metió 5 triples en el partido, solo robó 4 balones en los 48 minutos de juego y tras un loco 37-39 en el tercer cuarto, cuarto en el que se movió a las mil maravillas Russell Westbrook, los angelinos encajaron un 18-33 en el cuarto final para sufrir su cuarta derrota consecutiva.

El equipo local fue LeBron James y Russell Westbrook. Y ahí acabó todo. LeBron sumó 36 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias, con 15 de 26 en el tiro, y su frustración fue subiendo de tono según avanzaba el partido. Westbrook logró 30 puntos con un 60% en el tiro de campo, metiendo 17 puntos en el tercer cuarto.

El resto del equipo no fue nada. Y con esa nadería los Lakers despidieron de un modo bochornoso 22 años de historia del equipo en el Staples Center.