ANÁLISIS / PREVIA CONFERENCIA OESTE
Suns y Jazz lucharán en el Oeste por superar a unos Lakers nuevos
Clippers y Nuggets parten con las lesiones de Kawhi y Murray; Mavs y Warriors competirán
A punto de empezar el nuevo curso toca analizar lo que pueden dar de sí los equipos. Nos ocupamos ahora de la Conferencia Oeste, con unos Lakers completamente renovados que quieren dejar atrás la gris temporada pasada y con Suns y Jazz deseando refrendar su poderío.
El Oeste viene marcado por las lesiones de jugadores importantes que implican a equipos punteros. Los Angeles Clippers tienen la baja de larga duración de Kawhi Leonard; Denver Nuggets está en la misma situación con Jamal Murray; y Golden State Warriors espera después de Navidad el regreso de Klay Thompson, siendo una auténtica incógnita el saber cómo volverá tras su calvario físico.
Precisamente, Nuggets, Clippers y Warriors, al igual que Mavericks, son equipos outsiders, escuadras que estarán agazapadas ante lo que puedan hacer favoritos como Lakers, Suns y Jazz.
Portland, Minnesota y New Orleans son un misterio a día de hoy, Memphis ha demostrado que es un equipo competitivo y Gregg Popovich podría estar ante su última temporada en el banquillo.
Empezamos nuestro repaso del Oeste por divisiones:
DIVISIÓN NOROESTE
UTAH JAZZ (52-20 en la pasada temporada).- Utah merece todo el reconocimiento por lo hecho la temporada pasada: ¡Mejor marca de la competición en temporada regular con un gran 52-20! Luego cayó en semifinales de conferencia ante Clippers, pero la semilla ya estaba sembrada, una semilla que germinó y que puede darnos una planta espléndida en el curso que está a punto de empezar.
Trabajo callado el de Justin Zanik para conseguir mejorar la plantilla desde los despachos. Porque los Jazz son, en teoría, mejor equipo de cara a la próxima campaña con las incorporaciones de Rudy Gay, Hassan Whiteside (a pesar de que sea un jugador venido a menos), Eric Paschall y el novato Jared Butler. Unos refuerzos interesantes en un equipo cuya mayor pérdida, Derrick Favors, tiene en estos momentos un componente más sentimental que deportivo.
No había motivos para grandes cambios, y esos cambios importantes no han llegado. Ajustes para mejorar en algunas posiciones, y otro año en el que Quin Snyder y los suyos pueden hacer mucho daño con su juego ofensivo, con su capacidad para herir desde el triple, con su facilidad para ofrecer un buen baloncesto.
Donovan Mitchell y Rudy Gobert vertebran la propuesta de Jazz. Con Mike Conley, Joe Ingles, Bojan Bogdanovic y Royce O'Neal completando las piezas clave del equipo. Son todos ellos jugadores que ya saben lo que es jugar juntos y que ya saben lo que es jugar bien juntos. Uno de los equipos a batir, sin duda.
DENVER NUGGETS (47-25).- Denver Nuggets sería otro de los equipos a batir, si no tuviera lesionado a Jamal Murray, una lesión que va para largo. Sin él, Nikola Jokic, el merecidísimo MVP de la pasada temporada, estará menos respaldado. Por eso, Michael Porter Jr. tiene que dar más que nunca el salto definitivo, algo que ya perfiló con fuerza el pasado curso cuando Murray cayó lesionado.
Este equipo en ataque es Jokic, porque todo el juego de Denver pasa por las manos sabias del serbio. Pero detrás de él, y obviando al ya mencionado Porter Jr., hay que citar el peso que han de tener en el juego jugadores como Will Barton, un seguro defensivo que a veces no comparte lo suficiente el balón en ataque, y Aaron Gordon, que debe soltarse más esta temporada. Junto a todos ellos, un gran ejército de secundarios de destacado nivel entre los que se encuentra Facundo Campazzo, que llega a su segunda temporada en la NBA con los deberes hechos.
Denver es el equipo que menos ha operado en el mercado. Solo 3 altas y 3 bajas (entre ellas Paul Millsap y JaVale McGee). Han llegado un par de novatos y Jeff Green. Eso es todo. Está claro que Michael Malone (con Jordi Fernández un año más como ayudante) conoce muy bien a su plantilla y quiere que ese conocimiento mutuo sirva para soportar durante unos meses la baja de Murray, una baja que puede ser una vía de agua en la nave de Colorado.
PORTLAND TRAIL BLAZERS (42-30).- Año clave para el equipo. Del éxito o fracaso de la empresa puede depender la continuidad o la marcha de Damian Lillard, una decisión que marcará el futuro inmediato del club. Lillard pidió más refuerzos, pero estos no han llegado. Y la cosa parece complicada.
Se acabó la fructífera etapa de Terry Stotts en el banquillo y llega Chauncey Billups para aportar nuevas ideas. Eso sí, el porcentaje de victorias de la pasada temporada parece poco viable para estos Blazers que han visto partir a Carmelo Anthony, cuando el alero parecía por fin haberse asentado en un equipo tras sus fiascos con Thunder y Rockets. La llamada de LeBron James ha resultado irresistible.
Damian Lillard es el rey de este equipo, el auténtico 'obra milagros', el timón de un barco que no tiene muy claro si avanzar o pararse. Porque Portland está a medio camino: ni se refuerza, ni reconstruye. Lo más llamativo que ha llegado es Larry Nance Jr., lo que habla bien a las claras de la situación. A Lillard le quedan sus grandes acompañantes. Su inseparable C.J. McCollum y el bosnio Jusuf Nurkic. Y en segundo plano las aportaciones de Norman Powell y Robert Covington. No parece suficiente para hacer grandes alardes en la tabla clasificatoria.
MINNESOTA TIMBERWOLVES (23-49).- Un equipo joven en busca de identidad, guiado por un entrenador inexperto, Chris Finch, y despidiendo poco antes de empezar la temporada a su dirigente en los despachos, Gersson Rosas. Una situación anómala en un club que permanece algo desorientado.
Sigue Pablo Prigioni en el cuerpo técnico y llega desde el FC Barcelona Leandro Bolmaro. Minnesota es un poco argentina y ya nada española, porque salieron del club Juancho Hernangómez, tras su cabreo olímpico, y Ricky Rubio, tras su poco fructífera segunda etapa en los Wolves, que encima le enviaron a los Cavs.
Si se echa un vistazo rápido a la plantilla, los Timberwolves tienen elementos para intentar asaltar los playoffs, pero si se reflexiona sobre el plantel empiezan a surgir las dudas. De lo que no hay duda es de que Karl-Anthony Towns es un jugadorazo que merece ser respaldado con mejores jugadores a su lado. Y tampoco hay duda de que Anthony Edwards tiene un gran potencial, y podría romperla en su segundo año NBA. Pero las dudas empiezan a surgir, y no por su falta de calidad, cuando llegamos a jugadores importantes como D'Angelo Russell o Malik Beasley.
Lo mejor o lo peor, según se mire, es la llegada del espíritu indómito del desquiciado Patrick Beverley y el fichaje de Tarean Prince. Este es un equipo joven que necesita orden. Tal vez Beverley no es el más idóneo para ese fin, pero puede inculcar garra a algunos jugadores que no la tienen.
OKLAHOMA CITY THUNDER (22-50).- Thunder es un equipo anómalo a día de hoy. Su edad media es de 22,9 años, las más baja de la NBA, su gasto en salarios se situará en la temporada en 78,24 millones de dólares por los 114,1 millones de Memphis, que es el segundo con salarios más bajos, su cargamento de elecciones de draft de cara al futuro empieza a tender al infinito y de las 7 incorporaciones de esta temporada, 5 proceden del draft, con Josh Giddey como apuesta más importante. Y todo este carajal lo tiene que gestionar un entrenador inexperto de 36 años llamado Mark Daigneault, que va a por su segundo año experimental en el banquillo.
El equipo acabó con 22 victorias el pasado curso, y muchas parecieron. Lo mejor de todo fue ver la positiva evolución de Shai Gilgeous-Alexander, un auténtico diamante que brilla en medio del solar perpetrado por estos Thunder. Y lo bueno también es que en este equipo el argentino Gaby Deck podrá volver a jugar minutos.
El papel horrible que tuvo que vivir el pasado año Al Horford puede que sea heredado en el presente por el recién llegado Derrick Favors. ¿Quién sabe? Porque este equipo es una ruina en el presente, pero su excéntrica y revolucionaria reconstrucción puede depararnos muchas sorpresas en el futuro.
DIVISIÓN PACÍFICO
PHOENIX SUNS (51-21).- El proyecto Suns dio un salto cuantitativo y cualitativo de inesperadas proporciones con la llegada de Chris Paul. Se esperaba que el equipo mejorara y entrara sin problemas en playoffs, pero lo que hizo fue ganar 51 de 72 partidos -segunda mejor marca de la liga- y alcanzar las Finales de la NBA. Toda una alucinación feliz.
Monty Williams tuvo mimbres interesantes y los aprovechó para hacer una gran cesta en compañía de Paul, reuniéndose de nuevo tras su etapa conjunta en Nueva Orleans. Y todo fluyó. Paul y Devin Booker se complementaron, y Booker empezó a pasar de la reivindicación al reconocimiento, Deandre Ayton creció y funcionaron los que hacen equipo: Jae Crowder, Mikal Bridges, Cameron Payne, Cam Johnson...
Phoenix tiene proyecto. Ha atado con contratos largos a Booker, Paul, Payne y Brigdes, el último en firmar, y en el momento de escribir este análisis estamos pendientes de si hay o no extensión de contrato para Ayton.
Y el proyecto no se difumina. En el lado negativo, la lesión de Dario Saric. En el positivo, llega más que se va. Entre los que llegan al equipo... Landry Shamet, Elfrid Payton y JaVale McGee. Destacar, sobre todo, a Shamet.
LOS ANGELES CLIPPERS (47-25).- Los Clippers no van a ser los Clippers. Al menos los Clippers que conocemos desde que llegó Kawhi Leonard, porque el alero sigue lesionado y va para largo, motivo por el cual el equipo de Tyronn Lue tendrá que reinventarse con Paul George tirando en cierto modo de heroica.
A esa baja hay que sumar que no se sabe muy bien cómo va a volver Serge Ibaka de su calvario con la espalda o que el novato Jason Preston se lesionó en pretemporada seriamente. Más palos sobre las ruedas de un Lue que en los pasados playoffs nos dejó a todos atónitos con sus ajustes constantes.
Se fueron Beverley, Rondo y Cousins; llegan Eric Bledsoe, que últimamente se ha convertido en un nómada, y Justise Winslow, que se quedó a medio camino de lo que se esperaba de él.
Marcus Morris y Terence Mann pondrán intensidad en pista, el segundo con más delicadeza que el primero, y Reggie Jackson deberá confirmar la resurrección que experimentó la pasada campaña. A Clippers, eso sí, le va a tocar remar mucho más de lo esperado. Porque Kawhi es Kawhi, un jugador insustituible.
LOS ANGELES LAKERS (42-30).- Vuelta de tuerca de Rob Pelinka, que destruyó lo construido en su segundo año para volver en cierta manera a lo edificado en su primer curso en los despachos, como si Lakers hubiera podido ganar el anillo en Orlando con LeBron James y Anthony Davis lesionados buena parte de la temporada. Revolución tras el fracaso, una revolución que suena algo excesiva e injusta y en la que han pagado justos por pecadores.
Sí, ¡Lakers ha cambiado a todo su equipo! Solo permanecen LeBron James, Anthony Davis y Talen Horton-Tucker, que cayó lesionado en pretemporada. ¡Ha habido 12 altas y 14 bajas, algo sin parangón entre los 30 equipos de la NBA! La plantilla suena nueva, pero tiene 30,6 años de media, cuando los otros dos equipos más viejos son Nets y Heat con 28,9 de media. ¡La experiencia media de los jugadores de Lakers en la NBA es de 10,6 años! Todo parece un poco sacado de madre. Y por si fuera poco en la pretemporada el equipo no ha conocido la victoria (0-6) y ha perdido por lesiones a 4 jugadores, con Trevor Ariza y el mencionado Horton-Tucker como los más afectados.
Frank Vogel va a tener que trabajar duro para ensamblar tanto jugador nuevo y hacer buena a una plantilla que jugador por jugador es buena. Han llegado Russell Westbrook, Carmelo Anthony, Dwight Howard, Rajon Rondo (ambos repescados) y DeAndre Jordan. Así a pelo suena bien, con luces y sombras, pero habrá que encajarlos en este rompecabezas. Mejor parecen las incorporaciones de jugadores secundarios bien interesantes como Malik Monk, Kendrick Nunn, Kent Bazemore o Wayne Ellington.
Quedaron fuera Andre Drummond, Marc Gasol, Montrezl Harrell, Dennis Schröder, Kyle Kuzma, Kentavious Caldwell-Pope y hasta Álex Caruso... en una especie de arrepentimiento masivo de Pelinka que ahora obliga al equipo a reinventarse en tiempo récord. Si Vogel lo consigue, Lakers luchará por el título, porque calidad en la plantilla hay, y mucha, a pesar de la edad.
GOLDEN STATE WARRIORS (39-33).- Desde que Warriors perdió su dominio en 2019 la NBA no tiene dueño: 3 años, 3 campeones distintos. No es tiempo para que Warriors recupere el cetro perdido, pero al menos el equipo de San Francisco quiere luchar por recuperar su capacidad competitiva bajo el liderazgo de un Stephen Curry que apunta otra vez a aspirante a MVP.
Golden State parte con Klay Thompson convaleciente -posiblemente volverá tras la Navidad- y sin idea de cómo regresará al juego, con James Wiseman que no podrá incorporarse a la competición hasta el inicio de noviembre y con el novato Kuminga estando de baja en los primeros partidos. Pero su afición no pierde la ilusión. Curry, Draymond Green y el ya vacunado Andrew Wiggins han de ser las piedras angulares del proyecto a la espera de lo que quede de Thompson. Wiseman tiene que ir mejorando y Jordan Poole se presenta como titular en el arranque de la temporada tras hacer un gran mes de octubre en los partidos preparatorios.
Steve Kerr, con un equipo técnico de lujo en el que están Mike Brown y Kenny Atkinson, tiene que dar con la tecla precisa para maximizar las posibilidades de un equipo que nada tiene que ver con el que ganó 3 anillos, un equipo en el que Juan Toscano-Anderson se han hecho un hueco con todo merecimiento, y un equipo al que vuelve el muy querido Iguodala y al que llega Otto Porter tras la salida de Kelly Oubre Jr.
SACRAMENTO KINGS (31-41).- El equipo dirigido por Luke Walton se moverá en muy parecidos términos por lo que respecta a su plantilla. Nada menos que 13 jugadores se mantienen en el plantel respecto a la pasada campaña, siendo las novedades más importantes del equipo los fichajes de Tristan Thompson y Alex Len y la elección en el noveno puesto del draft del ex de Baylor Davion Mitchell.
No se pueden pedir milagros a estos Kings herederos de la política errática de Vlade Divac. Su sucesor, Joe Dumars, tampoco parece haber encontrado caminos felices para la mejora.
De'Aaron Fox está llamado a liderar de nuevo a Sacramento. Harrison Barnes parece un seguro desde su perspectiva de jugador diésel sin explosiones de juego. Pero las claves estarán en que Tyrese Haliburton y Richaun Holmes confirmen las muy buenas sensaciones en torno a ellos y que, sobre todo, Marvin Bagley III y Buddy Hield despeguen de verdad. Los playoffs parecen territorio vedado.
DIVISIÓN SUDOESTE
DALLAS MAVERICKS (42-30).- Dallas tiene un claro objetivo: superar la primera ronda en los playoffs. El equipo ya se ha mostrado más que solvente a la hora de clasificarse para jugar la postemporada. Ahora falta el siguiente paso. Y para ello el equipo se ha reforzado poco, pero de manera inteligente. Para afrontar una temporada distinta, una campaña sin el eterno Rick Carlisle, con el novedoso Jason Kidd acompañado de un viejo conocido de Luka Doncic, Igor Kokoskov.
Doncic es el que teje y desteje en este equipo. Tiene 22 años, pero es el alma de una franquicia a la que le cuesta dios y ayuda conseguir refuerzos de postín. Han llegado buenos jugadores para reforzar al conjunto, jugadores como Moses Brown, Frank Ntilikina y Sterling Brown, jugadores con un poco más de músculo defensivo, algo que precisa Dallas, pero sobre todo ha llegado Reggie Bullock, que puede hacer mucho por estos Mavs que presentan una singularidad enorme en esta NBA al tener tres jugadores de 2,18, 2,21 y 2,23 de altura.
El punto fuerte de estos Mavericks es que llevan ya bastante tiempo jugando juntos, lo que hace que muchos jugadores se conozcan de memoria en la pista. Al trío integrado por Doncic, Kristaps Porzingis (capital que el letón consiga despegar volviendo a su alma de All-Star) y Tim Hardaway Jr., hay que unir a los jugadores de siempre: Brunson, Kleber, Finnney-Smith, Powell, Marjanovic... Dallas juega con jugadores acoplados, pero ahora lo hará con nuevos sistemas. A ver cómo aterriza en el equipo Kidd. La pretemporada ha sido inmaculada, pero ahora viene la hora de la verdad, con Doncic afrontando su enésimo reto imposible.
MEMPHIS GRIZZLIES (38-34).- Los Grizzlies vienen de hacer dos buenas temporadas, dos temporadas trazadas por los valores que hacen bueno a un equipo y lideradas por un joven talento llamado Ja Morant.
Estamos ante un equipo muy joven (23,7 años de media) que sabe competir muy bien, más allá incluso de lo que podría pensarse analizando a los jugadores uno a uno. El equipo, en este caso, es más que la suma de esos jugadores. Y en este contexto los Grizzlies vuelven a tener acento español con la llegada desde el draft de Santi Aldama.
La novedad más llamativa es la incorporación de Steven Adams por Jonas Valanciunas, una apuesta para reforzar el lado defensivo del equipo. Morant será el líder, Dillon Brooks, que está lesionado, ejercerá como su gran escudero junto al recién renovado Jaren Jackson Jr., que puede explotar si su cuerpo se lo permite, y Kyle Anderson será, como casi siempre, el jugador pegamento. Además, Taylor Jenkins, gran labor la suya, dirigirá a jóvenes jugadores que están dando la talla, jugadores como Desmond Bane, De'Anthony Melton o Brandon Clarke. Estos Grizzlies son un hueso duro de roer.
SAN ANTONIO SPURS (33-39).- ¿Será la última temporada de Gregg Popovich en los banquillos de la NBA? El inacabable Popovich está ya en los 72 años y lleva 25 como entrenador jefe de Spurs, una franquicia ganadora con Popovich formando tándem con RC Buford y Will Sevening, pero los tiempos han cambiado y han llevado al equipo a estar viviendo la gran resaca que llega después de una fiesta que se ha prolongado durante dos décadas.
Esta vez el equipo afronta la temporada sin ningún All-Star tras las partidas de DeRozan y Aldridge. Además, se fueron veteranas referencias como Rudy Gay y, sobre todo, Patty Mills, que era un líder en el vesturio. La apuesta por el colectivo resulta ya extrema y se vertebra a través de jugadores con pocas dotes para resolver con brillantez una situación complicada, pero la dignidad del equipo sigue intacta.
El irregular Dejounte Murray y Derrick White partirán como referencias exteriores en el quinteto inicial. Pesará el juego de Keldon Johnson, se buscará el crecimiento de Devin Vassell, regresa al equipo el tiro de Bryn Forbes, disfrutará Spurs de la muñeca de Doug McDermott y llega como hombre orquesta el infatigable Thaddeus Young. Además, el equipo fichó al todavía lesionado Zach Collins y apostó en el draft por Josh Primo. Como se puede ver, cualquier parecido con el glorioso pasado es pura coincidencia. Los playoffs parecen ahora cosas de otros.
NEW ORLEANS PELICANS (31-41).- Pelicans quiere levantar cabeza tras una decepcionante temporada, pero no está nada claro que vaya a hacerlo. Ciertas sombras se ciernen sobre un equipo que ha perdido a Lonzo Ball, Eric Bledsoe y Steven Adams y que ha conseguido a Devonte' Graham, Jonas Valanciunas y Tomas Satoransky, y una de esas grandes dudas se centra en la pieza esencial del equipo, Zion Williamson, que vuelve a estar lesionado.
Zion es un jugador llamado a ser diferencial en la NBA, pero para ello tendrá que dejar atrás sus demasiados frecuentes poblemas físicos. Si es así, el tándem Williamson-Ingram puede hacer daño. Pero nada beneficia al proyecto que en sus 3 años en la NBA Zion haya tenido 3 entrenadores. Ahora toca Willie Green, nuevo en la plaza.
Poco va quedando del universo que rodeaba a Williamson. Quedan Josh Hart, un Jaxson Hayes que no termina de carburar... Y da la impresión de que Pelicans no encuentra la clave triunfal y que con el tiempo va más a menos que a más.
El equipo volverá a tener en sus filas a Willy Hernangómez, que hizo una buena temporada el curso pasado, y ha firmado un dual al neoyorquino de origen puertorriqueño Jose Alvarado.
HOUSTON ROCKETS (17-55).- Estamos ante la escuadra que tiene el dudoso honor de haber presentado el curso pasado la peor marca de toda la NBA. Tras la salida en cascada de Mike D'Antoni, Daryl Morey y James Harden el equipo quedó como un solar, con jugadores sin poder y con figuras del pasado lastradas por las lesiones. Fue todo un ejercicio de autodestrucción.
Ahora, el equipo arranca una reconstrucción con algunos motivos para el optimismo. De los 6 jugadores nuevos, 5 proceden del draft y el otro es Daniel Theis. Entre los novatos sobresale uno: Jalen Green. Él es el elegido para liderar en el futuro al equipo. Además, entre esos rookies, el español Usman Garuba y el turco Alperen Sengun, un jugador con recorrido.
Houston espera la vuelta al juego del lesionado John Wall, un jugador truncado en los últimos años por las lesiones. Una auténtica pena. Del esplendor pretérito solo quedan Eric Gordon y Danuel House. Todo lo demás ha cambiado. Stephen Silas tiene poco con lo que consolarse: la evolución del talentoso y alocado Kevin Porter Jr., la productividad de Christian Wood, las buenas maneras de Jae'Sean Tate... El equipo está abocado a puestos sin lustre. De eso no hay ninguna duda.