Minnesota deja fuera de los Juegos Olímpicos a Juancho Hernangómez
El jugador fue descartado en un principio para luego ser respescado y finalmente sacado
Giro final inesperado al culebrón protagonizado de forma involuntaria por Juancho Hernangómez. El jugador español queda finalmente fuera de los Juegos Olímpicos cuando ya se había desplazado a Tokio con el resto de la selección olímpica española.
Todo ha cambiado y ya no hay marcha atrás. Minnesota Timberwolves ha expresado su "no rotundo" a que Juancho participe en la cita olímpica, según palabras del presidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB), el ex NBA Jorge Garbajosa.
La sorpresa en la expedición español es mayúscula. Según Garbajosa, la federación y el agente del pequeño de los Hernangómez daban por segura su participación en los Juegos después de que el alero pasara las pruebas médicas en Las Vegas y de que los médicos de Minnesota no pusieran inconveniente alguno a que Juancho jugara a pesar de la lesión de hombro sufrida en la preparación olímpica ante Francia.
La lesión acromioclavicular en el hombro izquierdo parecía no ser tan seria como en un principio se pensó. De ahí que en el primer momento se descartara al jugador de cara a los JJ.OO. y después se le repescara y se le situara entre los 12 elegidos por Sergio Scariolo.
Timberwolves echó marcha atrás en el último momento y comunicó su negativa con el jugador ya en Japón (será sustituido por Xavi López-Arostegui), lo que supone un modo de proceder extraño, y lo que implica una baja de enjundia para España en la víspera de su estreno competitivo, ya que Juancho era un titular fijo de Scariolo, y un titular con peso en el combinado nacional.
Hernangómez tiene contrato con Minnesota hasta 2023, pero solo está garantizado económicamente hasta 2022 (cobrará 7 millones de dólares el próximo curso). La temporada 2022-2023 (sueldo de 7,5 millones) no está garantizada.
Desde la FEB se culpa de la decisión al presidente de Operaciones de Baloncesto de Timberwolves, el colombiano Gersson Rosas.
El palo para España es grande, pero aún lo es más para un jugador que estaba ya convencido de que jugaría en Tokio.