La serie Lakers-Blazers está pendiente del dedo lesionado de Lillard
El base asegura que jugará mañana a pesar de dislocarse el índice de la mano izquierda
Portland prefiere ser más cauto y no ha fijado aún cuál es el estado de su jugador
La serie entre Lakers y Blazers está empatada, a la par que está pendiente del estado físico de Damian Lillard. La estrella de Portland se dislocó anoche el dedo índice de la mano izquierda cuando intentaba robar el balón por detrás a Anthony Davis en el tercer cuarto.
El jugador acabó en la banda con el dedo dislocado y evidentes gestos de dolor. Quería volver a la cancha, pero arrojó una toalla en un gesto de frustración al ver que tenía que tomar el camino de los vestuarios para no volver a un partido que su equipo ya tenía perdido (88-58 al final de dicho cuarto).
Tardó poco en regresar a la banda, aunque ya no volvió a jugar por motivos obvios. Por un lado, por su propio estado físico; por otro, porque no tenía sentido arriesgar cuando Portland no tenía opción alguna de ganar el encuentro.
La buena noticia es que la prueba de rayos X reveló que no había fractura alguna en la mano de Lillard. Eso sí, el dedo estaba dislocado.
Una vez acabó el partido, con triunfo de Lakers por 111-88, se le preguntó al técnico de Portland, Terry Stotts, por el estado del jugador y por si podría afrontar o no el tercer partido de la serie, que se juega mañana sábado. Stotts estuvo de lo más cauto, algo lógico, asegurando que era muy pronto para responder a esas preguntas.
El que no lo estuvo tanto fue Lillard. Su posición en el equipo no es la de Stotts, claro está, y su carga anímica tampoco es la misma. Ante la pregunta de si jugará o no el siguiente partido, la respuesta fue rotunda: "Voy a jugar".
El jugador se limitó a comentar que solo siente un poco de dolor en la zona lesionada, que está hinchada, y que se trata de una simple incomodidad.
Es buena noticia, claro está, que la mano afectada sea la izquierda, porque no es su mano de tiro.
De que juegue o no dependen muchas cosas. Portland está donde está gracias a la vuelta de Jusuf Nurkic, pero, sobre todo, gracias al brutal juego de Lillard en la burbuja, que le ha valido el honorífico premio de ser MVP de la recta final de la temporada regular disputada sin público.
Su presencia se hace aún más crucial si se tiene en cuenta el estado físico de sus tres grandes escuderos.
C.J. McCollum no está rindiendo bien porque arrastra problemas en la espalda y Jusuf Nurkic y Carmelo Anthony parecen ciertamente cansados tras los muchos esfuerzos hechos a lo largo de este mes de agosto. El primero viene de una larguísima lesión y el segundo ya tiene 36 años. Así que Portland cruza los dedos para que Lillard esté mañana en pista.