Durant solo aguanta 12 minutos antes de sufrir una grave lesión
Hizo un gran primer cuarto y en el segundo vio cómo se dañaba el tendón de Aquiles
Era la gran atracción de la noche. Volvía al juego Kevin Durant impelido a hacerlo por las circunstancias, forzando la máquina, sabiendo que su equipo podía perder el título hoy. Llevaba el alero un mes sin jugar. Desde el 8 de mayo. Apenas había entrenado y bien sabía que la decisión era muy arriesgada. Y la cosa no fue bien. Nada bien. En realidad, el resultado fue un desastre que puede resultar devastador.
Partió Durant como titular y su primer cuarto llenó de esperanzas a la afición de Warriors. Hizo el All-Star 11 puntos y 2 rebotes en ese primer cuarto. Pero luego llegó el momento fatídico. Durant estaba forzando su gemelo derecho lesionado y este terminó por decir basta, aunque desde el principio se temió que la lesión pudiera afectar a su también frágil tendón de Aquiles. Y así parece ser. Ahora habrá que ver qué grado de daño tiene el tendón.
Warriors ha anunciado por boca de su general manager, Bob Myers, que la lesión de Durant se localiza en el tendón de Aquiles, que es diferente a la que afectaba a su gemelo, una gravísima lesión la del tendón que dejará postrado por un largo tiempo al jugador y que llega cuando Durant tiene que afrontar en julio la agencia libre rodeado de intensos rumores sobre su posible destino.
No medió contacto en la lesión. Restaban 9:46 para llegar al descanso. Durant hizo un par de apoyos ante Serge Ibaka y en uno de ellos toda la parte baja de su pierna derecha tembló en un tremendo latigazo muscular que mostró bien a las claras que se había roto. Aquí está el momento de la lesión.
El jugador se echó mano a la pierna y quedó en el suelo. Tuvo que ser ayudado para abandonar la cancha camino de los vestuarios. Ya no regresó.
A Durant se le vio abandonar el pabellón apoyándose en dos muletas, señal inequívoca de que habían terminado las Finales para él y de que la cosa pintaba muy mal.
El que fuera MVP en las 2 últimas Finales se va de estas habiendo jugado solo los 12 minutos de hoy. Un auténtico palo para el jugador y para los Warriors. Sobre todo anímico. Porque Durant representaba el espíritu de remontada, arriesgó para ser el mascarón de proa de los suyos en busca del milagro y ha terminado hundido. Eso sí, su equipo resiste. Milagrosamente resiste.