JORNADA NBA / PLAYOFFS 2018-FINALES oeste
Warriors sobrevive con un festival de baloncesto en la segunda parte
Triunfo por 115-86 con parcial de 64-25 tras el descanso y 35 puntos con 9 triples de Thompson
El big four remonta el 22-39 del primer cuarto y fuerza el 7º partido; Harden anota 32 puntos
Warriors recurrió a sus más demoledoras esencias cuando se vio al borde del K.O. ¡De perder por 17 puntos en el primer cuarto a ganar el partido por 29! ¡Parcial de +46 en 3 cuartos y de 64-25 en la segunda parte! Un equipo desatado que fue capaz de forzar el 7º partido ante Houston.
Brutal segunda parte de Golden State con Klay Thompson sembrado, un Thompson que acabó el partido con 35 puntos, 4 robos (gran defensa la suya) y 9 triples de 14 intentos. Todo ello para empatar la serie 3-3 y conseguir que la NBA vea por primera vez desde 1979 cómo las dos Finales de Conferencia apuran los 7 partidos.
El inicio del partido auguraba una debacle local sin precedentes. Houston, sin Chris Paul en pista por lesión, apretó en la recta final del cuarto para firmar un increíble 22-39 en plena apoteosis ofensiva marcada por el triple. Primeros 12 minutos con 17 de ventaja para los texanos, que por entonces llevaban 8 triples de 12 intentos por el 1 de 7 del rival. James Harden (15 puntos), Trevor Ariza (10) y Eric Gordon (8) manejaban el cotarro.
Harden había brillado con luz propia y había olvidado su horrenda racha de 20 triples consecutivos fallados. ¡Y Houston había conseguido 19 puntos al contraataque!
Warriors tenía el miedo en el cuerpo, pero supo sostenerse en el partido en el segundo cuarto para irse al descanso con un todavía remontable 51-61.
Por entonces, Kevin Durant, Klay Thompson y Stephen Curry sumaban 41 puntos, los suplentes apenas aportaban 4 y el equipo llevaba 4 triples por 11 del rival. Pero la tendencia alcista de Rockets se había detenido. Unos Rockets que tenían a Harden con 22 puntos y 7 asistencias y a Clint Capela dominando el rebote, aunque no le llegaran balones casi nunca en ataque.
Eso sí, en la primera parte Rockets ya había perdido 11 balones, su gran mal cuando Paul no está en la pista, un mal que les terminó matando.
Los Warriors a toda máquina
El inicio del tercer cuarto dejó bien claro que Warriors estaba dispuesto a exprimir su mejor baloncesto. Intensidad máxima, mejora defensiva espectacular, velocidad en el juego, circulación de balón, definición exquisita y acierto sobresaliente desde el triple.
Con esos mimbres, Golden State desarboló al rival desde la primera jugada. Triple de Thompson, mate de Durant, triple de Thompson... se sucedían los aciertos en ataque mientras Houston no hacía más que perder balones por forzar el uno contra uno. Un triple de Curry adelantaba a los californianos 62-61 con parcial de 11-0 en el tercer período. Era el comienzo del fin de Houston Rockets.
Golden State seguía creciendo con su 'big four' a tope -excelente rendimiento en el juego global de Draymond Green- y Houston se empecinaba en no mover el balón ante la presión local. Eso sí, la genialidad de Harden mantenía a los suyos en el partido.
Warriors estiró su juego un poco más en los últimos minutos y se fue al final del cuarto con 7 de ventaja (84-77) tras un parcial de 33-16 después de meter 7 triples de 11 intentos con Thompson (4) en estado de gracia.
Houston ya acumulaba 17 pérdidas tras 3 cuartos y siguió en la misma tónica en el inicio del último cuarto, que resultó demoledor. La primera acción fue una pérdida de Harden, al poco de empezar ya sumaban 20 los Rockets, con 9 de su gran estrella, y los Warriors se disparaban en el marcador.
Un triple de Curry puso el 94-79. A partir de ahí, Houston fue un muñeco de trapo en manos de una máquina de hacer baloncesto, una trituradora sin piedad. Warriors olía la sangre y no paraba de ahondar en la herida: +17, +20, +25... hasta una máxima de +30.
Humillando al rival
Los de Steve Kerr alcanzaron su cénit con un avasallador 111-81 gracias a una canasta de Patrick McCaw, que regresaba al juego tras una larga ausencia por una delicada lesión. Fiesta por partida doble. En esos momentos, el parcial en la segunda mitad era de 60-20. Números alucinantes. Un abismo.
Los visitantes habían protestado la permisividad arbitral con Warriors, pero lejos de las protestas solo había una realidad: Warriors al máximo es un equipo inabordable para toda la NBA.
Al final, Warriors ganó 115-86 dejando en 9 puntos a Houston en el cuarto final (parcial de 31-9), ¡solo 9 puntos! Y es que el 64-25 tras el descanso reflejaba un abismo que ya había tenido un precedente en la victoria de Golden State por 41 puntos en el tercer partido.
Golden State había volteado el encuentro en todos los sentidos y el triple fue un perfecto ejemplo. En la primera parte, 4 anotados por los locales y 11 por los visitantes y en la segunda, 12 por 4. Pero a Houston le mató, sobre todo, su deficiente control del balón sin Paul en juego: 21 pérdidas.
Además de esos 35 puntos y 9 triples de Thompson, los de Oakland tuvieron a Stephen Curry con 29 puntos, 6 asistencias, 5 triples y 3 tapones y a Kevin Durant con 23 puntos. Sumándose a ellos un tremendo Draymond Green: 4 puntos porque solo tiró 3 veces, 10 rebotes, 9 asistencias, 5 tapones y 4 robos. ¡Cómo dominar la cancha sin tirar a canasta! Green en estado puro.
En Houston, Harden se fue a 32 puntos, 9 asistencias y 7 robos, aunque perdió 9 balones y encalló en la segunda parte, pecando por momentos de exceso de individualismo, olvidándose de sus compañeros. Excelente defensa sobre él en el cuarto final con sobresalientes ayudas y gran trabajo de Nick Young.
Eric Gordon enchufó 19 puntos (solo 3 en la segunda parte) y Trevor Ariza hizo 14 (¡no anotó tras el descanso!) con 5 rebotes y 6 de 19 en el tiro tras 39 minutos, mientras que Clint Capela, que apenas recibió balones, acabó con 2 puntos y 15 rebotes.
La final se decidirá, por lo tanto, en el 7º partido, que se jugará en el Toyota Center. ¿Jugará Chris Paul? Si no lo hace, Warriors lo tendrá más fácil. Aunque jugando a este nivel Golden State resulta invencible.