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El 55 de los Nuggets ya es de Dikembe Mutombo

La franquicia de Denver retira la camiseta del jugador congoleño en una emotiva ceremonia

Enrique Calvo |

El número 55 de Dikembe Mutombo fue retirado anoche por Denver Nuggets (via @nuggets)

La camiseta de los Denver Nuggets con el número 55 tiene ya un propietario para siempre, Dikembe Mutombo. Nadie más lo llevará. La franquicia retiró anoche, en un emotivo homenaje, el uniforme con el número que lució el pívot congoleño en sus 5 temporadas con el equipo, entre 1991 y 1996.

La ceremonia de retirada del número 55 tuvo lugar en los 20 minutos del descanso del encuentro que enfrentó a los Nuggets con Portland Trail Blazers, pero las celebraciones habían empezado días antes. El viernes por la noche hubo una cena de gala en su honor y el sábado por la mañana se agasajó al exjugador con un brunch.

Ya por la noche, acompañado de toda su familia, Mutombo recibió la cerrada ovación del público del Pepsi Center, una pista en la que, curiosamente, nunca llegó a jugar como local ya que se inauguró en 1999, cuando el rocoso pívot africano militaba ya desde años antes en Atlanta Hawks, la otra franquicia que ha retirado su número, hace ahora casi un año.

“Nadie se habría imaginado que un hijo del Congo tendría su camiseta retirada en dos estadios”, aseguró un Mutombo cercano a las lágrimas a la multitud que abarrotaba la pista de los Nuggets.

“Este hombre ha dado más al baloncesto de lo que el baloncesto nunca le ha dado a él”, resumía otro grande de los Nuggets, Dan Issel, a cuyo número 44 subió a hacer compañía, entre otros, el 55 de Mutombo.

Una larguísima y exitosa carrera

Mutombo, que ingresó en el Salón de la Fama en 2015, jugó sus 5 primeras temporadas como profesional en Denver, logrando proclamarse en sus últimos 3 años como el máximo taponador de la NBA, una faceta en la que aún es líder en la franquicia de Denver.

No fueron sus únicos galardones en una larga carrera de 18 años que le llevó a pasar por Hawks, Sixers, Nets, Knicks y Rockets antes de retirarse en 2009, con 42 años, tras sufrir una grave lesión de rodilla.

Fue 8 veces All-Star, 2 veces máximo reboteador de la liga y 4 veces Jugador Defensivo del Año, entre otros premios, pero fue sobre todo un jugador respetado siempre por sus compañeros y rivales por su ética de trabajo y su trato afable. Un hombre que no paraba de sonreír anoche durante su más que merecido homenaje.