La situación médica de Chris Bosh sigue sin aclararse
Su regreso pasa por poder dejar la medicación aunque Bosh confía en unos nuevos anticoagulantes
Se extiende el rumor de que Miami quiere conseguir espacio salarial con la retirada del jugador
Chris Bosh sigue sin tener el visto bueno para jugar. Lleva ya casi 5 meses sin hacerlo desde que se le detectó un coágulo de sangre en una pierna. Era la segunda temporada consecutiva que sufría en febrero problemas de coagulación de sangre.
La cuestión es muy grave desde el punto de vista médico. Bosh se perdió los finales de temporada de los dos últimos cursos y toma anticoagulantes, algo incompatible con la práctica deportiva. Por lo tanto, el objetivo para volver a jugar es poder abandonar esa medicación.
Otra posible solución, según explica el Miami Herald, sería tomar unos anticoagulantes que desaparecen del cuerpo entre 8 y 12 horas después de ser suministrados. De este modo, podría afrontar los partidos. Si bien esta solución ya se barajó en los pasados playoffs y Miami no estuvo de acuerdo entonces.
Lo cierto es que el futuro del jugador parece más que complicado. Bosh está deseoso de volver a jugar. Pero su club, obviamente, no las tiene todas consigo. Prudencia máxima en Heat, que no dará un paso hasta que no exista el visto bueno de los médicos. Y ese visto bueno no existe, por el momento.
Pat Riley, presidente de Miami Heat, ya dijo en su día que la decisión sobre el caso no se tomaría hasta agosto o septiembre. Pues bien, esas fechas se acercan.
Retirada y espacio salarial
Un duro rumor se extiende en torno a Bosh. Se dice que Miami Heat preferiría, vista la situación, certificar la retirada por razones médicas de su jugador. De este modo, Bosh cobraría los más de 50 millones de dólares que fija su contrato como suma de las temporadas 2017-2018 y 2018-2019. Pero ese dinero no se contabilizaría en los salarios del equipo. Así, el espacio salarial aumentaría notablemente. Y el equipo podría reforzarse.
Si Bosh no juega 10 o más partidos la próxima temporada, Miami tendría que esperar solo 60 días para pretender su retirada. Si juega 10 o más partidos, la espera se alargaría hasta 1 año. En cualquier caso, la existencia de una lesión suficiente como para justificar la retirada tendría que ser avalada por un médico elegido conjuntamente por la NBA y el Sindicato de Jugadores.
Por otra parte, si Bosh no jugara durante 1 año, Miami podría iniciar igualmente el proceso. Ese plazo se cumplirá en febrero de 2017.
Ante esos rumores, Miami se ha apresurado a decir que desea el regreso de su jugador. Pero no a cualquier precio. Los Heat necesitan seguridad médica.