JORNADA NBA / PLAYOFFS 2016: finales NBA
Cleveland gana su primer título tras una remontada histórica
Victoria por 89-93 en el séptimo partido con triple-doble y MVP para LeBron James
Los Cavs se convierten en el primer equipo en remontar un 3-1 en unas Finales de la NBA
Histórica remontada de los Cavaliers y asalto al poder. El equipo de Ohio ha ganado su primer título de la NBA y lo ha hecho trastocando la historia. Primer equipo en remontar un 3-1 en unas Finales. Victoria por 89-93 en el séptimo con LeBron James como MVP.
El partido más emocionante de la serie ha sido el decisivo. El Oracle Arena no podía creer lo que veía. Tras un 89-89 inamovible en los minutos finales del partido, Kyrie Irving anotaba un triple crucial (89-92) a 53 segundos del final, Stephen Curry no acertaba con su tiro y LeBron James definía con un tiro libre (89-93) a 10 segundos del final tras una jugada drámatica.
En esa jugada, LeBron buscó un mate estratosférico para definir el partido y recibió una falta de Draymond Green. Tras el choque de trenes, James cayó de mala manera al suelo retorciéndose de dolor tras un mal apoyo de uno de sus brazos. Pero aún sacó fuerzas para anotar 1 de los 2 tiros libres y ganar el partido.
LeBron firmó un triple-doble con 27 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias y fue elegido MVP de las Finales. Kyrie Irving le secundó con 26 tantos, 17 en la segunda parte.
En Warriors, el mejor fue un inabordable Draymond Green, autor de 32 puntos, 15 rebotes, 9 asistencias y 6 triples. No fue el día de los Splash Brothers. Stephen Curry metió 17 puntos y Klay Thompson hizo 14. Entre ambos sumaron un pobre 6 de 24 desde el triple.
Equipos agarrotados al final
El final del partido fue duro para ambos equipos, especialmente para Warriors, incapaz de ver la cesta contraria en todo el último cuarto. Los de Steve Kerr encallaron en los 12 minutos finales anotando 13 puntos en un parco parcial de 13 a 18.
Golden State fue incapaz de anotar en los 4 minutos y medio finales, que arrojaron un paupérrimo resultado de 0-4. Por eso, cuando, tras más de 3 minutos de sequía, Irving rompió la maldición con un triple, todo se antojó cuesta arriba para los de Kerr. Y así fue.
El partido venía de vivir una tremenda igualdad durante todo su transcurso. El 22-23 del primer cuarto ya fue un aviso, con los Warriors anotando desde el triple y los Cavs desde las cercanías del aro. Dos formas de encarar el ataque. Y con Cleveland avasallando en el rebote con LeBron James y Kevin Love imponiendo su ley (Love terminó el partido con 14 capturas).
Y nadie se despegó en el segundo cuarto, en el que se vivieron minutos alegres de feliz baloncesto. Al infalible acierto desde el triple de un Green en estado de gracia, le sucedía un taponazo de LeBron a Curry, un canastón de Irving, otro tapón de James, esta vez hundiendo a Leandro Barbosa... y fue, precisamente, un triple del brasileño el que llevó la ventaja local hasta los 7 puntos: 47-40.
A Curry le pitaron una tercera falta inexistente y la primera parte acabó con ventaja local por 49-42 con Draymond Green firmando 22 puntos, 6 rebotes, 5 asistencias y 5 triples sin fallo. Apoteósico.
Por entonces, LeBron ya era el líder visitante y a ambos equipos les separaba un abismo desde el triple: 10 de 21 los locales y 1 de 14 los visitantes. Pero con Cleveland dejando destellos de cómo parar a Warriors con sus armas... ¡13 puntos habían anotado al contraataque los de Ohio y ninguno los de California!
La segunda parte: emoción creciente
Tras el descanso persistió el equilibrio en la cancha. Pero aquí ya hubo dimes y diretes, tirones en el luminoso, funcionando el marcador a veces como un pequeño chicle.
Hubo un minuto mágico de Curry (tapón, bandeja, robo y triple), los Cavs firmaron un 11-0 a su favor para ponerse con su máxima ventaja del choque (59-65). Irving llevaba poco después la ventaja a 7 con un 61-68, Green renacía tras algunos minutos de respiro, Golden State fabricaba un 8-1 para poner el 71-71 tras un matazo de Shaun Livingston... y 76-75 con 12 minutos por jugar.
El desenlace es bien sabido. Steve Kerr, que nunca había perdido 3 partidos seguidos con Warriors acabó rompiendo esa estadística, el marcador se movió con cuentagotas y en la recta final Irving y James decidieron el partido para lograr el título. El equipo de Tyronn Lue había obrado el milagro.