Sam Hinkie dimite como general manager de los Sixers
Hinkie abandona la franquicia tras años de derrotas en un largo proceso de reconstrucción
Sam Hinkie ha dejado de ser el general manager de los Sixers. No se trata de una decisión de la franquicia, sino que ha sido el propio Hinkie el que ha decidido renunciar a su cargo, según anunció ayer el equipo a través de un comunicado de Josh Harris, cabeza visible de los propietarios del conjunto de Filadelfia.
Hinkie se marcha así sin esperar al resultado final de lo que lo que en Filadelfia se ha denominado “El Proceso”, traducido en 3 temporadas frustrantes en lo deportivo, llenas de derrotas (47-195 ha sido el registro durante su estancia) en busca de acumular elecciones altas de draft con las que rearmar el equipo. Un “proceso” que a estas alturas tampoco está claro a dónde va a llevar a los Sixers.
El nombramiento de Jerry Colangelo como Presidente de Operaciones de Baloncesto y la rumoreada contratación de su hijo y también experimentado ejecutivo en la NBA, Bryan Colangelo, parecen haber decidido a Hinkie a dejar el equipo antes de verse arrinconado en un papel más que secundario.
Lo ha hecho a través de una larga carta de 13 páginas en la que plantea a sus ya exjefes la situación de la franquicia y los motivos por los que abandona su cargo.
Una estrategia criticada y de incierto resultado
Lo cierto es que la muy criticada estrategia de los Sixers bajo el mando de Hinkie no ha sido otra que ahorrar dinero y, sobre todo, victorias. Perder, perder, perder parece haber sido el “mantra” en los despachos de la franquicia, con movimientos en el mercado destinados a hacer el equipo aún menos competitivo a medida que avanzaban las temporadas.
Los cambios han sido tantos que los Sixers son el único equipo de toda la NBA que no conserva jugador alguno de la temporada 2012-13, cuando Hinkie asumió el mando. Los intentos de reconstrucción se han visto truncados también por las graves lesiones de algunas de sus elecciones de draft, como Nerlens Noel o Joel Embiid, y, ahora mismo, parece faltar mucho para que el equipo vuelva a ser competitivo.
Este verano podrían tener hasta 4 nuevas elecciones de primera ronda en el draft más la probable llegada desde Europa de Dario Saric, lo que, salvo un cambio radical de estrategia por parte de los Colangelo, promete dar continuidad al esquema de plantilla mantenida hasta ahora, es decir, demasiados jugadores jóvenes y, en muchos casos, de calidad discutible para jugar minutos en la NBA.
Parece difícil construir a corto plazo un equipo ganador o al menos competitivo, especialmente teniendo en cuenta que, aun teniendo espacio salarial de sobra, los últimos años han convertido a los Sixers en un destino muy poco apetecible para los agentes libres que llegan al mercado.