Los Bucks no tendrán nuevo estadio hasta el otoño de 2018
La franquicia reconoce que las obras del nuevo pabellón tardarán más de lo deseado
Los Milwaukee Bucks querían tener su nuevo estadio, cuyas obras aún no se han iniciado, listo para que el equipo pudiera jugar en él la temporada 2017-18, pero no podrá ser. La franquicia ha reconocido que el proyecto necesita más tiempo y se retrasará al menos un año.
Así, los nuevos planes preliminares del proyecto, valorado en 500 millones de dólares y que ha sido remitido esta semana a las autoridades municipales para su aprobación, sitúan la fecha de la inauguración del nuevo pabellón en el inicio de la temporada 2018-19.
Jake Suski, portavoz de la franquicia, ha reconocido que tratar de mantener la fecha prevista inicialmente para el fin de las obras “sencillamente no es realista”, dada la complejidad del proyecto y el retraso en el inicio de la construcción debido a la dificultad que ha habido para obtener los fondos públicos requeridos para su financiación, unos fondos que se lograron finalmente tras un acuerdo alcanzado en junio con las autoridades locales y estatales y refrendado a finales de julio.
Pese a que en su día, la NBA llegó a amenazar a Milwaukee con llevarse el equipo a otra ciudad si no había nuevo estadio para 2017, un portavoz de la liga ha asegurado que no se pondrá ninguna objeción al nuevo calendario de la construcción. De momento, los Bucks seguirán jugando en el vetusto, para los actuales estándares de la NBA, BMO Harris Bradley Center, un pabellón construido hace 27 años.