Flip Saunders fallece a los 60 años por el cáncer que padecía
Aunque sufría un linfoma de Hodgkin, nadie esperaba un desenlace tan repentino
Tremendas noticias las que llegan desde Mineápolis: Flip Saunders ha muerto. El actual presidente de Operaciones de Baloncesto, entrenador y socio minoritario de Minnesota Timberwolves no ha podido superar el linfoma de Hodgkin que se le detectó hace unos meses.
Los Timberwolves han anunciado la muerte de Saunders, de 60 años, a través de un escuetísimo comunicado impregnado de tristeza.
En las últimas horas, el propietario del equipo, Glen Taylor, había asegurado que Saunders no entrenaría al equipo en la próxima temporada, pero de sus palabras no se podía deducir de ninguna manera un desenlace tan rápido.
Caprichos de la vida
El 1 de agosto de 2007 Flip Saunders se sintió más vivo que nunca. Ese día estaba a punto de cruzar el Puente 9340 sobre el río Mississippi y cuando se disponía a entrar en el mismo éste se hundió con muchísimos vehículos encima. Murieron 13 personas y 145 resultaron heridas. El veterano entrenador salió indemne.
Ese guiño de la vida se tornó contrario cuando precisamente en el mes de agosto, pero de 2015, justo 8 años después, se le detectaba un cáncer, un linfoma de Hodgkin. Entonces, los médicos aseguraron que la enfermedad de Saunders era “muy tratable y curable”. Dos meses después ha fallecido de forma fulminante dejando atónitos a todos.
Saunders deja esposa y 4 hijos. También una desconsolada sensación en una gran cantidad de amigos y aficionados al baloncesto.
Una trayectoria notable
Saunders nació en Cleveland hace 60 años, pero estudió en la Universidad de Minnesota, donde jugó al baloncesto durante 4 cursos. Eso sí, nada más salir, con solo 22 años, se hizo entrenador.
Desde entonces, 38 años en los banquillos, 17 de ellos en la NBA con Minnesota Timberwolves -en dos etapas-, Detroit Pistons y Washington Wizards. Llegó 11 veces a los playoffs y alcanzó 4 Finales de Conferencia, una con Minnesota y 3 con Detroit. El malogrado técnico jugó 1.248 partidos de fase regular y ganó 654. Además, fue entrenador del All-Star en 2 ocasiones.
Pero todos esos números no llenan a nadie hoy. Porque el mundo del baloncesto se siente vacío. Minnesota Timberwolves empieza la temporada de la peor manera posible. De la forma más triste. En estado de shock.