La mudanza de Golden State Warriors a San Francisco se retrasa
La franquicia paraliza el proyecto del nuevo estadio ante el aumento de coste y la oposición vecinal
El previsto traslado de los Golden State Warriors desde Oakland a la vecina San Francisco para jugar en un nuevo y flamante pabellón podría tardar más de lo esperado. El proyecto del nuevo estadio está encontrando muchos obstáculos y la fecha de 2017 ya no parece realista.
El objetivo inicial de los Golden State Warriors era estar jugando en la temporada 2017-18 en la nueva instalación que ha de construirse a orillas de la bahía de San Francisco. Así lo anunciaron los propietarios de la franquicia, con la bendición de la NBA, hace casi 2 años, pero desde entonces ha habido muchos más problemas de los esperados.
Ahora, según publica el diario San Francisco Chronicle, la franquicia ha decidido paralizar el proyecto durante al menos 1 año. Una paralización que podría prolongarse. “Se trata de hacerlo bien, no de hacerlo rápido”, ha asegurado el presidente de los Warriors Rick Welts.
En los últimos 20 meses, el proyecto de los Warriors para construir su nueva pista sobre un viejo muelle a orillas de la bahía ha sufrido modificaciones importantes y va ya por su tercera versión. Todo ello para intentar adaptarse a las exigencias de los organismos regulatorios y tratar de contentar a un movimiento vecinal que hasta el momento se ha opuesto con fuerza al proyecto.
Los vecinos exigen un referéndum y los costes aumentan
Los Warriors han rebajado el volumen edificado, incluida la altura prevista de un pabellón que tendría capacidad para unos 18.000 espectadores, reduciendo a 170.000 pies cuadrados (algo menos de 16.000 metros cuadrados) la superficie ocupada por las edificaciones, que incluirían, además del estadio principal, las oficinas del club y las instalaciones de entrenamiento del equipo. Así, un 60% del terreno disponible quedaría sin edificar.
Sin embargo, estas concesiones no parecen suficientes para un sector de los vecinos a los que no gusta el proyecto y que están recolectando firmas para exigir que sean los ciudadanos quienes voten, en el mes de junio, acerca de si se debe permitir o no a los Warriors construir un edificio que supera la altura permitida por los planes urbanísticos en la línea costera de la ciudad y que temen que desborde las actuales infraestructuras del área en que se ubicaría.
Entre tanto, los costes estimados sólo para preparar el terreno sobre el que ha de construirse el nuevo pabellón también se han disparado, doblándose hasta alcanzar los 180 millones de dólares en un proyecto cuyo coste total inicial estaba estimado en unos 500 millones de dólares.
Todas estas dificultades han llevado a la franquicia a paralizar temporalmente el proyecto y replanteárselo, a la espera también de lo que pueda deparar el referéndum vecinal si finalmente se celebra.
Mientras tanto, y en previsión de que su mudanza a San Francisco tarde más de lo esperado, la franquicia ha iniciado negociaciones para poder prolongar su estancia en el Oracle Arena de Oakland más allá de la temporada 2016-2017 hasta la que se extiende su actual acuerdo.