Toronto tiene la segunda mejor marca de la NBA desde que se fue Rudy Gay
En casi un mes sin el alero amasa un 10-3 y solo es superado por los Thunder
Rudy Gay tiene una extraña 'virtud': cuando deja de jugar en un equipo, éste mejora colectivamente y gana partidos. Le sucedió en Memphis y está sucediendo actualmente en Toronto. Solo que el caso de los Raptors es especialmente exagerado.
Toronto traspasó a Rudy Gay el 8 de diciembre. Por entonces, tenía una marca de victorias-derrotas discretísima. Pues bien, casi un mes después del traspaso Toronto ha pasado del décimo puesto de la Conferencia Este al cuarto tras ganar 10 de sus 13 partidos.
El conjunto canadiense tiene sin Gay un 10-3 que le coloca como el segundo mejor equipo de la NBA en el tiempo que va desde el 8 de diciembre hasta hoy. Solo le supera Oklahoma City Thunder con un 11-3 y está por encima de Miami Heat y Portland Trail Blazers, que andan en un 9-3.
Los de Ontario han mejorado defensivamente y también ofensivamente para promediar 105,1 puntos en ataque y encajar 97,6 por encuentro en los partidos sin Gay.
Desde que se fue Gay, su puesto en el quinteto titular lo ha ocupado el joven Terrence Ross, cuyo juego está experimentando un crecimiento exponencial. Y este chico aporta mucho en defensa. Pero es que, además, Kyle Lowry ha mejorado brutalmente, DeMar DeRozan ha permanecido en su sitio y Jonas Valanciunas ha despertado. A este gran grupo ha llegado el venezolano Greivis Vásquez, que ya ha hecho buenos partidos, pero que se está encontrando el escollo de toparse con el mejor Lowry.
De este modo, Dwane Casey fue elegido Entrenador del Mes en el Este en diciembre, algo impensable hace semanas. Un Casey que ha hablado claro. Lo hizo anoche, tras ganar en Washington. Dijo que sus jugadores forman ahora un gran grupo en el que el apoyo, la solidaridad y el trabajo son primordiales. "Nadie tiene el ego de pensar que debería conseguir determinado número de tiros", aseguró. Las cosas parecen claras en el pequeño universo que está fabricando Masai Ujiri, el mejor ejecutivo de la NBA la pasada temporada, el arquitecto brillante que los Nuggets dejaron escapar.