La química de Pau Gasol y Kendall Marshall empuja a los Lakers y fulmina a Utah

La vida da muchas vueltas. Algo así debieron pensar el joven Kendall Marshall y el veterano Pau Gasol cuando cruzaron sus caminos como titulares en los Lakers por primera vez para desprender una química especial que a todos dejó descolocados. La pareja extraña, el tándem tal vez coyuntural, fabricó un partidazo para impulsar a los Lakers a la victoria ante los Jazz y cortar la racha negativa de 6 derrotas consecutivas que arrastraba el conjunto californiano.

Gasol ofreció una actuación colosal, con números nunca vistos en Lakers desde los tiempos de Shaquille O'Neal en cuanto a combinación de puntos-rebotes-asistencias. Produjo el español 23 puntos, 17 rebotes, 8 asistencias y 3 tapones. Y Kendall Marshall se doctoró en el Staples Center con 20 tantos, 15 asistencias y 6 rebotes. El primer cuarto de los Lakers resultó increíble, aunque después el equipo angelino pasara ciertos apuros para ganar.

Mientras, el otro equipo de Los Ángeles, los Clippers, dio muestras en Dallas de una entereza a prueba de bomba al sobreponerse a la lesión de Chris Paul en el tercer cuarto, un Paul que andaba como un tiro hasta que se lesionó. Fueron los interiores Blake Griffin y DeAndre Jordan los que empujaron a los suyos.

Además, otra victoria a domicilio de Toronto Raptors, un equipo en estado de gracia desde que se fue Rudy Gay. Esta vez el triunfo tuvo lugar en Washington.

L.A. Lakers 110 Utah 99

Es cierto que Utah Jazz es un equipo sin demasiada fortaleza, que no hay que lanzar las campanas al vuelo, pero al menos anoche la afición de los Lakers vibró, acompañó con pasión a su equipo y disfrutó de pasajes totalmente inesperados en una victoria bella.

En esos pasajes no explorados y ni siquiera imaginados se encuentra la pareja formada por Kendall Marshall y Pau Gasol. El joven base debutaba como titular en los Lakers y lo hacía en el Staples. Pues bien, lejos de pesarle la responsabilidad, la asumió con placer. Jugón completo pero desde el equilibrio, en el término de jugar para él, pero sobre todo para los demás. Mientras, el veterano Pau Gasol dio toda una lección de calidad. Estuvo en todos sitios y lideró con mano firme a un equipo que precisaba liderazgo. La combinación de ambos fue explosiva, la química de la pareja, sorprendente ya desde el primer minuto.

Porque el primer cuarto de los Lakers resultó espectacular. Un 30-12 con Marshall y Gasol en combinación perpetua para arruinar al rival... ¡y los Lakers defendiendo!. Aún así, el partido no fue fácil. Los Lakers tomaron una buena renta a partir de ese inicio, se fueron con 12 de ventaja al descanso, pero terminaron teniendo que sufrir.

Los Jazz, empujados por un excelente Gordon Hayward con ayuda de Enes Kanter, se pusieron a 4 puntos (90-86) a 4:45 del final. Una seria amenaza que solventaron en primera instancia Nick Young y Pau Gasol con sendas canastas, preciosa la del catalán en penetración. Pero después, Utah volvió a ponerse a 4 un par de veces y fue ahí donde el juego exterior local funcionó con respuestas de Young, Jodie Meeks y un Kendall Marshall que para culminar su partido anotó un triple estratosférico desde la lejanía para poner el 102-94 a 45 segundos del final y darle medio partido a su equipo.

Finalizaron los Lakers asistiendo nada menos que 33 de sus 42 cestas, con Marshall y Gasol sumando 23 pases de canasta. Fue como tener 2 bases en cancha. Y solo perdieron los locales 11 balones. Así, el ataque es pura delicia.

Gasol completó un partido maravilloso con números de estrella: 23 puntos, 17 rebotes, 8 asistencias y 3 tapones con un +18 del equipo en los 37 minutos que estuvo en pista. Marshall hizo un Jeremy Lin y encandiló a todos con 20 puntos, 15 asistencias, 6 rebotes y un 66,6% en el tiro de campo, Jodie Meeks añadió 18 puntos y Nick Young 16 al crecerse al final tras hacer antes un deplorable partido.

En Utah, 22 puntos, 6 asistencias y 4 triples de Gordon Hayward, el mejor, 16 con 10 rebotes de Kanter y otros 16 de Richard Jefferson, que anda en rumores de traspaso.

Dallas 112 L.A. Clippers 119

La primera parte en Dallas fue una locura: 70-67 para los locales en un partido más propio de un All-Star. Y en esa locura, un jugador había deslumbrado por encima de todos, Chris Paul, que se fue al descanso con 19 puntos en su haber.

Pero llegó el tercer cuarto y la desgracia se cebó con Paul y los Clippers. El estelar base inició una penetración y Monta Ellis cometió falta sobre él con tan mala suerte que Paul se dañó el hombro derecho. Se fue a vestuarios y no volvió ya. Tiene para entre 3 y 5 semanas.

Sin Paul, los Clippers podrían haberse difuminado, pero no fue así. Mostraron como equipo una entereza a prueba de bomba y salieron a flote sin su timonel. Lo hicieron bajo el poder de su juego interior, con DeAndre Jordan anotando más que nunca en su carrera NBA y sorprendiendo a todos con 25 puntos, 18 rebotes y un 11 de 14 en el tiro. Y con Blake Griffin formando con él un dúo imparable en la zona tras anotar otros 25 tantos con 15 rebotes y 5 asistencias, y andar excelente desde el tiro libre, un aspecto que ha mejorado mucho.

Pero tampoco respondieron mal los exteriores de Doc Rivers. Darren Collison dio un paso adelante sin Paul en pista y anotó 20 tantos y Jamal Crawford hizo 17.

Aún así, el partido tuvo toda la emoción del mundo hasta que a Dallas se le fundieron los plomos en los últimos momentos. Los Mavs ganaban 112-110 a 1:54 del final. Pues bien, en esos 114 segundos finales, parcial de 0-9 con 5 puntos de Griffin y 4 de Crawford y adiós al partido.

Ni siquiera valió que Dirk Nowitzki anotara 24 puntos con una gran serie desde el triple a pesar de tener un tobillo tocado. Tampoco sirvieron los 20 puntos de Shawn Marion o las buenas aportaciones desde el banquillo de Shane Larkin o Brandan Wright. Monta Ellis hizo 13 puntos y 9 asistencias y el español José Manuel Calderón contribuyó al juego del equipo con 11 tantos, 6 rebotes, 5 asistencias y 3 triples. Pero ese final aciago dejó a los texanos con caras largas.

Washington 88 Toronto 101

Toronto es ahora mismo un equipo tocado por los dioses. Los canadienses se están acostumbrando a ganar partidos fuera de casa con facilidad y suman ya 9 victorias en los 11 partidos que han jugado tras el traspaso de Rudy Gay. La clave del éxito, la falta de egos y la aportación de todos a un juego colectivo sin interferencias extrañas.

En esa clave grupal, la defensa es elemento esencial. Anoche, volvió a serlo, especialmente en el momento en el que Toronto puso la directa, esto es, en el tercer cuarto. Porque el partido había llegado a su intermedio con un 45-48 que se agrandó a 23 puntos de diferencia a favor de Toronto al final del tercer cuarto tras un tremendo parcial de 16-36.

Ese tercer cuarto decisivo arrancó con 3 triples de Terrence Ross y finalizó con 11 puntos consecutivos de Patrick Patterson. Aquí aportan todos. Y Toronto ya está con un 16-15, ocupando con mucha comodidad puestos intermedios de playoffs. 

Raptors estuvo en el 50% tanto tirando de 2 como de 3 y tuvo como máximo anotador a DeMar DeRozan con 20 puntos y como motor decisivo a su base Kyle Lowry con 19 tantos, 11 asistencias y 4 triples sin fallo. Patrick Patterson firmó 18 puntos con un 8 de 10 en el tiro, Amir Johnson sumó 17 tantos y 7 rebotes y Terrence Ross volvió a resultar esencial en los dos lados de la cancha. Mal Greivis Vásquez, que no anotó y dio 3 asistencias.

La clave de la derrota de los Wizards fue el control que la defensa visitante ejerció sobre el dúo John Wall-Bradley Beal. Ninguno de los 2 se metió nunca en el partido. Nene fue el mejor local con 15 puntos, Trevor Booker reboteó bien y el hispano Trevor Ariza fue expulsado en el tercer cuarto cuando llevaba 6 puntos tras meter 2 triples.