JORNADA NBA / playoffs 2013 (semifinales oeste)
San Antonio no falla y con Parker a la cabeza gana el 5º juego y se pone 3-2
Los Spurs anulan a Stephen Curry y Klay Thompson y deciden en el último cuarto
San Antonio Spurs tiró de oficio y no falló. La experiencia es un grado y a los Spurs les sobra experiencia en forma de títulos. El equipo de Gregg Popovich se impuso en el 5º partido a los Warriors con un gran Tony Parker. Ahora, los texanos dominan la serie por 3 a 2.
Una de las grandes claves del partido fue la defensa local sobre los exteriores Stephen Curry y Klay Thompson, que acabaron entre los dos con sólo 13 puntos y un 6 de 22 en el tiro. Y es que en Golden State volvieron a funcionar los mismos que rindieron al máximo nivel en el 4º partido: el novato Harrison Barnes y el suplente Jarrett Jack. Un Barnes y un Jack que, visto su rendimiento, son un falso novato y un falso suplente.
En San Antonio, partidazo de Tony Parker, excelentes Kawhi Leonard y Danny Green, y más que correcto Tim Duncan. Manu Ginóbili acabó con 10 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias.
San Antonio 109 Golden State 91 (3-2)
Los Spurs no podían perder en el AT&T Center si no querían meterse en un muy serio problema, casi irresoluble, y no perdieron. Tiraron de memoria histórica, de horas trabajadas en playoffs, de oficio bajo presión y de éxitos pretéritos para sacar su mejor cara y ganar con cierta comodidad e indudable justicia a unos Warriors que siguen haciendo unos colosales playoffs.
Al final, Stephen Curry jugó, mejorado su tobillo, aunque no anduvo fino. Y David Lee está como está. Es decir, limitadísimo, jugando muy poco. Anoche, 12 minutos para 6 puntos. Sólo esos 2 obstáculos pudieran haber sido suficientes para que el equipo, que está haciendo un gran derroche físico, arrojara la toalla… pero a estas alturas de la película ya es imposible rendirse y los Warriors caerán o no haciendo honor a su nombre.
Los Spurs, un equipo que tiene un notable físico, son otra cosa. Su versatilidad deja pasmado a cualquiera y su sentido del grupo, forjado durante años, es incontenible. En este quinto partido resurgió con más fuerza ese espíritu grupal, ese amor por las obras corales. Un sentido de grupo que se tradujo en que 30 de sus 40 canastas vinieran precedidas de asistencias y que cobró una fuerza casi divina en un primer cuarto antológico.
Porque San Antonio anotó 37 puntos en el primer período (37-28) tras meter el 72% de sus tiros. Fueron 12 minutos en los que el engranaje local funcionó a la perfección con un movimiento de balón maravilloso que llevó a canastas fáciles, ya fueran a través de puntos en la pintura anotados a partir de bandejas cómodas o puntos a partir de tiros exteriores abiertos. El arte del pase extra cobró forma en este cuarto en manos del equipo de Popovich. Eso sí, la defensa visitante, una patraña.
Ante tamaña exhibición, Mark Jackson ordenó apretar un poco en defensa. Bueno, en realidad debió de ser un mucho. Warriors mejoró atrás y dejó a los Spurs en 17 puntos en el segundo cuarto. Es decir, un cambio radical para alcanzar el descanso con un apretado 54-51.
Espectaculares los últimos segundos, convertidos en la fiesta del tapón. Atacó San Antonio con 54-51 y pocos segundos por jugar. Parker tenía la bola, pero su entrada se saldó con un taponazo contra tablero de Harrison Barnes (otra vez maravilloso el novato), el balón cayó en manos de Jarrett Jack que corrió el contragolpe y entró a canasta recibiendo un tapón de Danny Grenn sobre la bocina. Bonito colofón a la primera parte.
El tercer cuarto sirvió para que los locales afianzaran su dominio del marcador, pero sin alardes. Y terminó con +11 para Spurs, lo que dejaba abierto aún el final del partido.
Y todo se decidió en el cuarto cuarto. En realidad, en 2 minutos de ese último cuarto… 128 segundos, exactamente, en los que el equipo texano fabricó un parcial de 10-0 que le puso con 18 de ventaja a 4:03 del final.
Golden State se resistía a perder mediado el último cuarto y una canasta del apagadísimo Thompson colocó el 92-84 en el marcador. A partir de ahí, triple de Kawhi Leonard, gran partido el suyo, 2 cestas consecutivas de Tony Parker y triplazo de Manu Ginóbili a pase de Tim Duncan para cerrar ese parcial ganador de 10-0, en el que los visitantes perdieron 2 balones, y situar el electrónico en un incontestable 102-84.
El AT&T Center estalló, Popovich y Jackson dieron por medio finiquitado el choque y empezaron a salir suplentes muy suplentes. Entre ellos, Tracy McGrady, que jugó los últimos 4 minutos del encuentro.
San Antonio se imponía al final con comodidad (109-91) gracias a una noche de buen acierto ofensivo en el que todos los parámetros del ataque funcionaron bien. Los locales metieron el 52% de sus tiros de campo, acertaron desde el triple (10 de 21), sólo perdieron 10 balones y asistieron 30 de sus 40 canastas. Conjunción de circunstancias que hacen muy difícil perder un partido. Además, defendieron excelentemente a Curry y Thompson.
Parker, en plan figura, acabó con 25 puntos, 10 asistencias y sólo 2 pérdidas. Fue la estrella indiscutible de la noche. Maravillosa su forma de interpretar el pick-and-roll. A su lado, un gran Kawhi Leonard (17 tantos, 7 rebotes y 7 de 8 en el tiro), que hizo un gran mate sobre Barnes en el tercer cuarto, y un convincente Danny Green (16 puntos), que también hizo una buena volcada en ese tercer período a pase de Parker.
Además, 14 puntos y 11 rebotes de un Tim Duncan que nada en la solvencia y 10 tantos, 5 rebotes y 5 asistencias en 25 minutos de Manu Ginóbili. Tiago Splitter volvió a ser titular y Boris Diaw mejoró respecto al cuarto encuentro.
En Warriors, otro enorme partido del rookie Harrison Barnes, autor de 25 puntos y 7 rebotes. Muy bien Jack con 20 tantos desde la segunda unidad. Y 16 puntos del titular Carl Landry. Nada más. Porque pilares tan fundamentales como Stephen Curry (9 puntos y 8 asistencias), Klay Thompson (4 tantos) o Andrew Bogut, que sólo jugó 20 minutos, no funcionaron. Y eso es mucho, claro. Todo un lastre.
El Comisionado de la NBA, David Stern, asistió al partido. No sabemos si se saludaría con Gregg Popovich. Pero su presencia, eso sí, no dio mal fario al equipo local.