JORNADA NBA / playoffs 2013 (semifinaales oeste)

Ginóbili decide en el último segundo de la 2ª prórroga y anula los 44 puntos de Curry

San Antonio remonta 16 puntos de desventaja en los últimos 4 minutos del cuarto período

hispanosnba.com |

Espectacular el arranque de la serie Spurs-Warriors. San Antonio ganó el primer partido 129-127 tras la disputa de 2 prórrogas con un triple en el último segundo de Manu Ginóbili. Los Spurs remontaron 16 de desventaja en los 4 minutos finales del cuarto cuarto.

Ginóbili no tuvo un día feliz en el tiro, pero transformó el más importante, el de la victoria, tras una perfecta pizarra en apariencia de Gregg Popovich y un monumental despiste defensivo de Jarrett Jack. Tony Parker, Danny Green y Tim Duncan aportaron, como lo hizo Kawhi Leonard, que además de meter puntos y capturar rebotes defendió muy bien a Stephen Curry a partir del cuarto período. Curry había metido 22 puntos en el tercer cuarto y acabó el partido con 44 tantos y 11 asistencias. Prodigioso.

San Antonio recuperó al lesionado Boris Diaw y Golden State no pudo contar con el todavía lesionado, aunque jugara 87 segundos en el último partido ante Denver, David Lee.

San Antonio 129 Golden State 127 (tras 2 prórrogas) (1-0)

¡Kent Benzemore acababa de anotar una canasta a aro pasado a pase de Curry!. ¡Restaban 3 segundos para la conclusión de la segunda prórroga y Warriors se adelantaba 126-127!. San Antonio volvía a estar contra las cuerdas. Entonces, llegó la obra maestra colectiva de los Spurs trazada en la banda por un Gregg Popovich que es el rey de la dirección bajo presión. O al menos eso pareció.

Tiempo muerto. Ataque para ganar o perder. Kawhi Leonard en la banda para sacar. Movimientos sin balón trazados con tiralíneas. Parker arrastra a su defensor hacia afuera y se cruza con Boris Diaw, que penetra hacia la zona, el par de Ginóbili, Harrison Barnes, tiene que quedarse con Diaw para proteger la zona, 2 defensores se quedan en la marca de Parker, que es el que ha de recibir, y Ginóbili queda liberado en el triple… es el jugador más alejado de la bola, Leonard le ve , Ginóbili recibe y mete un triplazo en el último segundo libre de marca tras la gran jugada de despiste de Spurs y el monumental fallo defensivo de un Jarrett Jack que pierde de vista la marca del argentino. Esa canasta vale el partido. Esa canasta convierte el pabellón en una locura y encumbra a un Ginóbili que llevaba un 4 de 19 en el tiro. Spurs ha ganado.

Parker (28 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias), Green (22 tantos con 6 de 9 triples), Duncan (19 tantos y 11 rebotes) y Leonard (18 puntos y 9 rebotes) lideran la ofensiva de un equipo en el que al final manda Ginóbili, que finaliza el choque con 16 tantos, 7 rebotes, 11 asistencias y un 5 de 20 en el lanzamiento.

Queda anulado el partido memorable de Curry, autor de 44 puntos y 11 asistencias con un 18 de 35 en el tiro que incluye 6 triples. También se van al traste los 19 tantos con 12 rebotes del novato Harrison Barnes, los 19 sin triples de Klay Thompson, los 15 puntos de Jarrett Jack o los 15 rebotes de Andrew Bogut. Los Warriors han tirado el partido. Lo hicieron en el final del cuarto cuarto.

Apoteósico encuentro el vivido anoche en el AT & T Center con victoria agónica de San Antonio tras un triple triunfal de Manu Ginóbili en el último segundo de la segunda prórroga. Un triple que doblegaba el monumental esfuerzo de Stephen Curry, que acabó perdiendo un partido en el que anotó 44 puntos y dio 11 asistencias. Un portento que sólo pudo ser sujetado a partir del cuarto cuarto gracias al maravilloso trabajo defensivo de Kawhi Leonard, ese excelente defensor que no recibió ni un solo voto en el premio al Mejor Defensor del Año. Incomprensible.

Lo de Spurs fue, en realidad, un milagro. Porque el equipo de Popovich estaba derrotado a falta de 4 minutos para acabar el tiempo reglamentario. No andaba contra las cuerdas, no. Era mucho más que eso: estaba hundido y sin opciones. No en vano, perdía por 16 puntos y restaban sólo 4 minutos para acabar. Lo dicho, un milagro que llevara el partido a la prórroga.

El calvario local había tocado techo en el tercer cuarto. Un cuarto en el que se desató la bestia, una bestia llamada, claro está, Stephen Curry. El base-escolta formado en Davidson anotó en el tercer acto 22 puntos en una exhibición portentosa y arrastró con su locura anotadora a unos Warriors que endosaron 39 puntos en 12 minutos a San Antonio.

El momento cenital surgió a 37 segundos del final del cuarto, cuando Golden State se puso con un incontestable 72-90. San Antonio marchaba a la deriva. Nadie daba crédito. Pero los texanos tuvieron su punto de amor propio para agarrarse al partido y terminar el cuarto dejando la distancia en 12 puntos (80-92).

Comenzó el cuarto período. Anotó Ginóbili para poner el 82-92, pero a partir de ahí un 0-6 para los visitantes dejó otra vez a San Antonio a los pies de los caballos, con 16 puntos de desventaja. El equipo de casa estuvo más de 3 minutos sin meter un punto y casi 4 sin anotar una cesta en juego. Y nada cambió según transcurrían los minutos. Hasta el punto de que se entró en los 4 minutos finales con un 88-104 para Warriors. El partido se iba a ir sin remisión hacia California.

Entonces, surgió la chispa, la magia, llámenlo milagro. San Antonio resurgió de sus cenizas para hacer una obra de arte final… ¡y con un parcial de 18-2 en los 4 minutos finales llevar el partido a la prórroga!. Tony Parker resultó fundamental al encender la mecha anotadora y meter 8 puntos en ese parcial, pero también lo fue Leonard, que anotaba 5 mientras anulaba el poder anotador de Curry. Un joven para todo con un presente estupendo y un futuro sin límites.

Jarrett Jack anotó el 103-106 a 29 segundos del final. Danny Green empató con un triple a 20 de la conclusión. Y Stephen Curry no fue capaz de culminar su partidazo. La gran defensa local en la última jugada le dejó sin línea de pase y tuvo que jugarse un tiro sin posición que no llegó a buen puerto. Teníamos 5 minutos de regalo. La grada no salía de su asombro. Los mismos Spurs que habían encajado 39 puntos en el tercer cuarto, encajaron 14 en el último. Eso es carácter.

En el primer tiempo extra, otra vez Jarrett Jack salvó a los suyos con la canasta del empate a 115. Manu Ginóbili, en un ensayo de lo que vendría después, tuvo la bola del triunfo, pero no anotó, sumando otro tiro errado en una noche imprecisa en el tiro.

Pero llegó ese segundo tiempo extra en el que el hasta entonces preciso Jack erró en defensa y el hasta entonces impreciso Ginóbili acertó en ataque. Así es el baloncesto. Así de imprevisible es este deporte. Y Manu, con el dedo alzado al cielo, hizo rugir a su afición. ¡Era el dios del momento, el héroe de una noche de baloncesto mayúsculo!.