JORNADA NBA / playoffs 2013 (1ª ronda)
Randolph y Gasol se imponen a un gran Paul y a un Griffin mermado
Denver evita la eliminación ganando a Warriors bajo el poder de Andre Iguodala
Memphis remonta de un 0-2 a un 3-2 y está a un paso de dejar fuera a Clippers
Memphis Grizzlies perdió los 2 primeros partidos de su serie ante Los Angeles Clippers, pero después ha encadenado 3 victorias, por lo que está a un paso de dejar fuera al equipo angelino. Zach Randolph, Marc Gasol y Mike Conley, el trío estelar de Memphis, sumaron 66 puntos.
Mientras, los de Vinny Del Negro sobrevivieron como pudieron gracias a la fantástica exhibición ofensiva de Chris Paul (35 puntos), toda vez que Blake Griffin apenas pudo jugar 20 minutos, y de escasa calidad, debido a las serias molestias que presentaba en un tobillo tras lesionarse en el entrenamiento del lunes.
El otro partido de la jornada dejó con vida a Denver, que ganó en casa a Golden State para acortar distancias y ponerse 2-3 en la eliminatoria. El MVP del partido fue un fantástico Andre Iguodala. El alero rindió a un nivel imponente.
L.A. Clippers 93 Memphis 103 (2-3)
Del 2-0 en contra al 2-3 a favor en la serie. Una evolución que muestra la madurez mental de un equipo al que el derroche físico se le presupone. Los Grizzlies ganaron en el Staples Center y dejan a la ciudad de Los Ángeles al borde de quedarse sin equipos en playoffs. La victoria tuvo sus recovecos y detalles, pero la línea general no varió: la defensa visitante resultó capital.
Un aspecto ineludible del partido fue la inferioridad física de Blake Griffin, al que los árbitros le pitaron una técnica al poco de empezar el partido. Griffin apenas jugó 20 minutos -sólo 6 en la segunda parte- porque tenía dañado el tobillo derecho. Su rendimiento no puedo estar a la altura de la ocasión y ello motivó que Zach Randolph y Marc Gasol camparan a sus anchas por la zona. Sólo los problemas de faltas del español evitaron que Memphis resolviera antes el partido.
Sucedió en el tercer cuarto, cuando con un parcial de 0-11 Memphis se puso 13 arriba (52-65). Era el momento de la pareja Conley-Gasol, pero ese momento se quebró cuando el pívot cometió su cuarta falta mediado el cuarto y se tuvo que retirar a la banda.
Clippers consiguió con brío volver a equilibrar un partido que se le iba y Memphis tuvo que aprender a vivir sin Gasol durante muchos minutos. Porque Marc cometió su quinta falta a más de 10 minutos del final del partido. Entonces, el rescate vino de la mano de un fenomenal Zach Randolph, al que nadie pudo parar bajo los aros. Z-Bo metió 10 de sus 25 puntos en el definitivo cuarto final.
Un cuarto final en el que la escuadra de Lionel Hollins manejó con maestría los tiempos. Memphis controló un marcador escaso, con casi nulo margen de error, sin red en la que apoyar una posible caída. Los puntos de diferencia eran muy pocos, pero Clippers nunca llegó a ponerse a la altura del rival. Y buena culpa de ello la tuvo la buena aplicación defensiva en la recta final sobre un Chris Paul que había estado sobresaliente, pero que andaba algo desfondado, más aún con las marcas a las que fue sometido por Tony Allen y Quincy Pondexter.
Al final, Memphis ganó con solvencia, perdiendo sólo 7 balones en todo el partido y teniendo a su trío estelar con 66 puntos (todos en 20 o más). Randolph, más participativo que nunca, logró 25 puntos y 11 rebotes y Marc Gasol se fue a 21 más 8 capturas en los aros, 4 asistencias y 9 libres sin fallo. Jugó 32 minutos por esos problemas de faltas. Además, Conley terminó con 20 tantos y 6 asistencias. Junto a ellos, un gran Tayshaun Prince, que lo mismo metió 15 puntos que defendió con su excelente criterio habitual.
Los Clippers, sin Griffin en su tono físico normal, fueron menos Clippers. Lo dejaron todo en manos de Paul, que acabó con 35 puntos y 11 libres sin error. Eso sí, Memphis logró que Paul no implicara al resto de sus compañeros en la ofensiva, le detuvo como generador de juego, que no como anotador. De hecho, sólo Jamal Crawford, con 15 puntos, contribuyó algo al ataque local.
En definitiva, un gran victoria de Grizzlies que se coloca al borde de la clasificación. El equipo menos mediático está a punto de cargarse al más mediático. Y, por cierto, Memphis puede volver a brillar en playoffs como hace 2 años. En ambos cursos, Rudy Gay no jugó.
Denver 107 Golden State 100 (2-3)
Hubiera sido una gran sorpresa que los Nuggets hubieran cedido de nuevo en el Pepsi Center, el pabellón más inexpugnable en temporada regular, el lugar donde Denver había firmado 38 victorias en 41 partidos. Ceder un partido en su casa en playoffs ya fue un error mayúsculo, pero perder un segundo hubiera significado una monumental sorpresa, además de la eliminación, claro.
El mejor equipo local de la NBA salió como un tiro. No es de extrañar. George Karl puso en liza en el quinteto titular a una pareja interior de alto voltaje: el habitual Kenneth Faried y el inhabitual JaVale McGee, que dejó en la suplencia a Kosta Koufos. Esa energía de los interiores, unido al poderío físico y mental del resto del cinco inicial provocó un gran primer cuarto de Nuggets. McGee se puso las botas poniendo 2 tapones consecutivos bajo el aro, el equipo avasalló en la ofensiva y el primer cuarto finalizó con un concluyente 36-22 que marcó el partido.
Porque Denver llegó a tener después 22 puntos de ventaja en el segundo cuarto y se fue al descanso con un clarificador 66-46 que dejaba en muy mal lugar a los Warriors, que andaban completamente perdidos.
Sin embargo, el equipo californiano no se rindió. Ni siquiera en una noche en la que echó por primera vez de menos en sentido carnal a David Lee y en la que su estrella, Stephen Curry, anduvo deslucido por la gran defensa que se aplicó sobre él.
Tirando de un excelente Harrison Barnes, ¡qué nivel de este novato desde hace semanas!, y con el buen quehacer de Jarrett Jack, Golden State aún tuvo su opción al final del partido. Nadie lo hubiera dicho cuando perdía 92-73 en los primeros compases del cuarto final. Pero a partir de esos 19 de desventaja llegó un parcial de 4-18 que colocó un ajustando 96-91 a 5:09 del final e hizo temblar los cimientos del Pepsi Center. Un triple espléndido de Curry puso ese 96-91 que los Nuggets replicaron rápidamente con un alley-oop culminado por Faried. Pero la corta distancia se mantuvo y la tragedia empezó a mascarse.
Hasta que llegó Wilson Chandler y, con 100-95 en el luminoso, metió un triple definitivo. Quedaba 1:25 para el final y ponía un +8 para el equipo de Karl. Pura bendición este triple. La afición local respiraba de nuevo. El equipo se mantenía con vida en un partido duro que dio para muchas jugadas vibrantes y bellas, pero también para otras físicas que fueron más allá del límite, como el empujón sin balón de Andrew Bogut a Faried en la línea de fondo o el placaje de Draymond Green con Faried de nuevo como saco de boxeo.
Denver ganó con un Iguodala excepcional. Iggy acabó con 25 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias. A su lado, Ty Lawson (19 tantos y 10 pases de canasta con 1 sola pérdida de balón) y Wilson Chandler (otros 19 con 5 triples). Faried hizo un doble doble y el equipo no notó la nefasta noche de Corey Brewer, que falló 10 de sus 11 tiros a canasta.
En Warriors, 23 puntos, 9 rebotes y 5 triples del estelar novato Harrison Barnes. Jack sumó 20 puntos en un completo partido y Klay Thompson, 19. Esta vez, Curry (15 puntos y 8 asistencias) no fue el salvador del equipo. Más que nada porque no tuvo una noche fina en el tiro.