La ansiedad y el miedo a volar dificultan la integración de Royce White
El novato de los Rockets aún no entrena y quiere viajar en autobús a los partidos
La elección de los Houston Rockets en el puesto 16 de la primera ronda del pasado draft, el ala-pívot de Iowa State Royce White, aún no se ha incorporado a la preparación. El jugador negocia con la franquicia cómo hacer frente a su trastorno de ansiedad y su miedo a volar.
Ha sido precisamente la ansiedad generada por el comienzo de la temporada la que le ha impedido afrontar el tradicional encuentro con los medios y unirse, por el momento, a la concentración que ya ha iniciado el resto de sus compañeros y a la que hoy debía unirse el argentino Carlos Delfino, que llega también con retraso, aunque en su caso por problemas con el visado de entrada a los Estados Unidos.
A White le diagnosticaron hace tiempo un trastorno obsesivo-compulsivo, una patología psiquiátrica que, entre otras cosas, le hace sobrerreaccionar ante entornos cambiantes y no controlados, precisamente el escenario que tiene ante sí con su llegada a la NBA, y que puede desembocar en serios ataques de pánico o de angustia.
El jugador no oculta su enfermedad, al contrario, pide comprensión y apoyo para poder superarla y hacerla compatible con su carrera en la NBA. “Me causa ansiedad saber que se podrían producir serias consecuencias si no expresara lo que me pasa o si no fuera suficientemente sincero para pedir lo que necesito para estar bien”, ha afirmado White en un comunicado enviado a los medios, “Para mí, esconderme ya no es una buena opción de tratamiento”.
Por todo ello, el jugador negocia ahora con la franquicia que le permitan organizarse por su cuenta en determinados aspectos que considera fundamentales para rebajar su nivel de ansiedad. “Para la gente que padece una enfermedad mental, una de las cosas más importantes es tener una regularidad y una rutina”, ha dicho White a ESPN.
Quiere viajar en autobús
Una de las cosas más llamativas que ha pedido White al equipo es poder viajar en autobús al máximo número de partidos posibles fuera de casa, dado que el miedo a volar es otro de los desencadenantes de su ansiedad. Algo difícil de compaginar con una competición como la NBA, donde lo exigente del calendario y las enormes distancias entre ciudades obliga a pasar más tiempo en aviones y aeropuertos que en la pista.
El jugador asegura que viajar en autobús es un componente vital para su tratamiento y se muestra dispuesto a asumir personalmente la compra y mantenimientos de un vehículo que “quiero hacer que parezca mi hogar”. El ala-pívot novato espera unirse a sus compañeros la próxima semana, una vez logre cerrar un acuerdo escrito con la franquicia sobre los aspectos que más le preocupan.
White y sus representantes piden también que se le exima, en atención a su patología, de algunas de las obligaciones impuestas por el convenio de la NBA a los jugadores. Mientras, los Rockets no han querido dar detalles de lo hablado y se han limitado a mostrar su respaldo al jugador en un comunicado: “Estamos comprometidos con el éxito de Royce a largo plazo y continuaremos apoyándole tanto ahora como más adelante”.