Los Knicks no igualan la oferta y Jeremy Lin se marcha a Houston
El contrato de Lin ronda los 25 millones de dólares por 3 temporadas
El idilio de los aficionados del Madison Square Garden con Jeremy Lin ha resultado efímero. El base de origen asiático jugará la próxima temporada en Houston Rockets toda vez que New York Knicks no ha igualado la oferta realizada por el equipo texano.
Lin era agente libre restringido y su equipo, los Knicks, tenía derecho, por lo tanto, a quedarse con sus servicios si igualaba el contrato ofrecido por Houston Rockets al jugador hace 3 días. Dicho contrato rondaba los 25 millones de dólares por 3 años repartidos de forma desigual: 5 millones por la primera temporada, 5,2 por la segunda y 14,8 por la tercera campaña.
A simple vista, podría parecer que 25 millones por 3 temporadas era una cifra razonable a la hora de que los Knicks igualaran la oferta, pero, debido a la estructuración del contrato, la situación se complicaba notablemente para el equipo neoyorquino, que se arriesgaba a que el sobrecargado salario de la tercera campaña supusiera un coste para sus arcas superior a los 50 millones de dólares en esa temporada por culpa de las cuantiosas penalizaciones que podría llegar a implicar en concepto de tasa de lujo.
No ha sorprendido la decisión neoyorquina. Desde hace días ya se barajaba la posibilidad de que no igualaran la oferta que se recibiera por el base formado en la Universidad de Harvard, y esa impresión se acrecentó cuando los Knicks firmaron al base Raymond Felton, antiguo miembro del equipo.
Lo cierto es que, finalmente, Jeremy Lin ha recalado en los Rockets, un equipo que la pasada campaña contaba con dos notables bases, Kyle Lowry y Goran Dragic, que ha dejado escapar este verano, de modo que Lin surge como la gran referencia organizadora en el equipo que dirige Kevin McHale.
Lin, de 23 años, promedió la pasada temporada antes de lesionarse 14,6 puntos y 6,2 asistencias protagonizando algunas actuaciones estelares que le catapultaron a lo más alto del escalafón mediático convirtiéndole en un icono en la Gran Manzana y una importante referencia en el mercado asiático. Ahora, Houston ha de aprovechar ese tirón, una vez que el efecto comercial de Yao Ming se ha diluido por completo.