No habrá NBA en las dos primeras semanas de noviembre
Propietarios y jugadores no alcanzan un acuerdo tras una maratoniana reunión
"Nos separa un abismo", afirmó tras la reunión de anoche en el Hotel Waldorf de Nueva York el Comisionado de la NBA, David Stern; "Considero que hemos ido más allá de lo razonable en nuestras propuestas", aseguró Derek Fisher, el presidente del sindicato de jugadores (NBPA).
Esas dos declaraciones marcan bien a las claras la situación actual. Ni la reunión del domingo, ni la de anoche sirvieron para acercar posiciones y la NBA ha cancelado las dos primeras semanas de competición, algo que no ocurría desde el lockout de la campaña 1998-1999 cuando sólo se disputaron 50 partidos de temporada regular.
La reunión de ayer lunes resultó maratoniana, una de las más largas hasta la fecha. Más de 7 horas en las que ambas partes vivieron en una especie de tobogán. Al menos, eso es lo que parecía a tenor de lo que se iba filtrando al exterior, donde un nutrido grupo de periodistas hacía guardia como paparazzis.
En el primer tramo de la reunión, hubo buenas vibraciones en las informaciones que llegaban desde Estados Unidos. Se habló de que había un acuerdo en torno a la excepción de nivel medio, se dijo que los propietarios estaban fijando un marco contractual adecuado para afrontar el meollo de la cuestión, el reparto del BRI, es decir, del dinero que genera la NBA, se argumentó que la cosa pintaba bien... pero transcurridas 4 horas y media de reunión se hizo un receso, que muchos tomaron como final del encuentro, y a partir de ahí se generó una sensación de que las cosas no iban tan bien como se creía. Fue en ese receso cuando apareció por los alrededores del Hotel Waldorf el entrenador de San Antonio Spurs, Gregg Popovich haciendo footing. Surrealismo en estado puro.
Por la parte de los propietarios, se incorporó a este encuentro Jim Dolan, representante de los Knicks, y por parte de los jugadores se añadió Maurice Evans, que pudieron comprobar la dureza de las negociaciones.
El caso es que el cónclave se fue prolongando hasta convertirse en uno de los más largos del presente cierre patronal, que comenzó el 1 de julio.
Se pensaba que David Stern no anunciaría la suspensión de las dos primeras semanas de competición, sino que se quedaría con una idea más suave: los partidos se pospondrían, pero se llegarían a jugar. Finalmente, no fue así.
La discusión de que el 50% del BRI fuera para jugadores y el restante 50 para las franquicias no estuvo sobre la mesa, según David Stern, por lo que no se avanzó en ese punto, ya que los jugadores siguen negándose a rebajar el 53% que ya consideran una cesión considerable. Pero es que, según Stern, ambas partes están muy lejos sobre la fijación de la luxury-tax (tasa de lujo) y sobre otros muchos temas.
Al final, no hubo acuerdo y las declaraciones a la salida del encuentro no pudieron ser más pesimistas. Los jugadores que han firmado con equipos ajenos a la NBA podrán seguir disputando sus competiciones y no habrá partidos desde el 1 al 14 de noviembre, lo que implicará que los jugadores perderán su primer cheque. Ésa es una de las esperanzas de los propietarios de las franquicias, que a partir de ahora la unión inquebrantable de los jugadores empiece a resquebrajarse.
Los jugadores se reunirán el jueves en Los Ángeles. En cuanto a jugadores y propietarios, no existe calendario de reuniones. Para eso, habrá que esperar.