El ex jugador de la NBA Steve Francis termina en China
Ha llegado a un acuerdo por 2 años con Beijing Ducks
Steve Francis, el base que antaño estuviera al nivel más alto en la NBA, emigra a China. La noticia la han dado a conocer algunos medios del gigante asiático con la CCTV a la cabeza y de ella se están haciendo eco ya algunos medios estadounidenses.
El acuerdo entre el jugador y el club de la capital china es por 2 años, aunque no han trascendido las cifras económicas del mismo.
Francis sigue así la senda de otros grandes jugadores de la NBA que al no tener ya sitio en la mejor liga del mundo han tenido que buscar cobijo en una liga china en la que participa la propia NBA y que se está potenciando mucho en los últimos años. El ejemplo más notable anterior a Francis fue el del también base y también ex estrella de la liga, Stephon Marbury. Y es que la liga asiática se está caracterizando por repescar grandes jugadores caídos en desgracia por su espíritu descarriado.
El base de Maryland, que tiene 33 años, fue visitado por el entrenador del Beijing Ducks, Min Lulei, que se trasladó a Estados Unidos para reunirse con el jugador y negociar el contrato, y parece que tan largo desplazamiento no fue en vano.
Ahora, habrá que ver en qué condición física está Francis, que era agente libre y lleva bastante tiempo sin jugar al baloncesto.
Caída en desgracia
Francis empezó en la NBA con el mejor pie con el que se puede empezar, siendo nombrado Novato del Año en la temporada 1999-2000.
Fueron años de éxito deportivo al mando de Houston Rockets, donde protagonizó muy buenas temporadas, siempre en torno a los 20 puntos de media y los 5 rebotes y 5 asistencias. Su mejor prestación (temporada 2001-2002): 21,6 puntos, 7 rebotes y 6,4 asistencias. Estadísticas de estrella.
Luego, pasó 2 muy buenos años por Orlando, sobre todo el primero, en el que estuvo a la altura de su juego en Houston (21,3 puntos, 5,8 rebotes y 7 asistencias). Pero llegado a su mejor edad, la de la madurez, su estrella languideció en Nueva York. No tenía ni 30 años. Desde entonces, vaga sin rumbo.