Los Lakers recuperan el factor cancha de la mano de Derek Fisher

Los Lakers también saben defender y mucho. Y también saben ser intensos, agresivos y duros, por si alguien a estas alturas de la película lo dudaba. Además, tienen tantas armas que cada día asoma una distinta para destruir a sus rivales. Esta vez, el arma secreta fue el veterano Fisher.

Fisher acalló otra vez a los que le daban por muerto. El experimentado base de los Lakers superó esta vez a Rajon Rondo tras recibir un repaso en el anterior partido, si bien no se emparejaron en los dos lados de la cancha.

La participación de Fisher fue totalmente decisiva en ataque -anotó 11 de sus 16 puntos en el último cuarto- y en defensa -se ocupó gran parte del partido de la marca de Ray Allen, que hizo una serie de 0 de 13 en el tiro de campo-.

Boston 84 L.A. Lakers 91 (1-2)

Los locales salieron como en las finales de 2008 y con un público volcado se colocaron 12-5 a las primeras de cambio con un Garnett inconmensurable y un Rondo imparable. Pero tras pedir un tiempo muerto Phil Jackson, los visitantes endosaron un tremendo parcial de 8-32 a los locales entre los 8 minutos finales del primer cuarto y los minutos iniciales del segundo.

Se colocaron así los Lakers 17 arriba (20-37) silenciando a la bulliciosa grada, que vio cómo el equipo californiano daba muestra de su madurez, ya que no perdería la ventaja en el resto del partido a pesar de que los célticos se llegaron a poner varias veces con 1 punto de desventaja en el último cuarto.

El problema local fue que en el primer cuarto sólo anotaron tiros de campo Rondo y un tremendo Garnett -8 de 10 entre ambos-, mientras que el resto hacía un horrible 0 de 13-. Todo lo contrario que en los Lakers, equipo en el que aportaron muchos jugadores, tal y como demuestra que al ecuador del partido llegaran habiendo anotado puntos 9 de sus integrantes.

Tras un bellísimo primer cuarto y un más contenido segundo, los Lakers alcanzaron el descanso con una cómoda ventaja de 40 a 52 tras lograr que Pierce y Ray Allen no sumaron ni un solo punto en los primeros 21 minutos del encuentro.

Hasta ese momento, los de Phil Jackson habían controlado el rebote con una buena labor conjunta de Gasol, que no brilló como otras veces, Odom -que mejoró sus prestaciones en ataque- y Bynum -que sigue ofreciendo mucho más de lo que cabía esperar por su estado físico-. Además, Bryant llevaba el timón de la ofensiva y Fisher sobre Ray Allen y Artest sobre Pierce mantenían una aplicación defensiva formidable. Para colmo de males para los locales, la segunda unidad angelina funcionó bien en esta primera parte.

Lo más llamativo de los primeros 24 minutos fue que Ray Allen se fuera a vestuarios con 0 puntos cuando en el partido anterior lo había hecho con 27. Así es este deporte.

El tercer cuarto supuso un desgaste físico de primer orden para ambos equipos, que bajaron su efectividad en el tiro a causa del enorme trabajo de las defensas.

Pierce empezó a meterse en problemas graves de faltas que no pudo abandonar ya hasta el final del encuentro y llegado el ecuador del período los Lakers aguantaban la ventaja ante unos Celtics que empezaban a cargarse de urgencias (49-58).

Un Kobe muy activo aunque bastante errático en el tiro aguantaba a los suyos, mientras que el suplente Tony Allen tiraba de sus compañeros en un buen final de cuarto que acercó al equipo bostoniano, concluyendo el tercer acto con un apretado 61-67 y con Ray Allen ya en un lamentable 0 de 11 en el tiro de campo.

El último cuarto resultó difícil para unos Lakers que demostraron aplomo y una madurez de la que carecieron en las finales de 2008.

Pierce hizo su quinta falta nada más empezar el cuarto y la segunda unidad de Boston siguió funcionando muy bien, ofreciendo una garantía que ya no ofrecía la suplencia visitantes. Glen Davis fue el encargado de tomar el relevo de Tony Allen, y es que el inmenso bebé Davis protagonizó una gran recta final de partido en la que su equipo se puso varias veces a 1 punto de su rival sin conseguir ni siquiera empatar el choque.

El partido ganaba en emoción y perdía en calidad ofensiva. Y Fisher apareció en ataque tras arrastrar un maravilloso partido en defensa.

Fue Fisher el arma final de los californianos, que seguian sin poder parar a un hiperactivo Garnett, que superó a un Gasol que, estando más discreto que otras veces, acabó con 13 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias.

Garnett dio el último arreón para poner a los de Rivers a 2 puntos en 2 ocasiones (78-80 y 80-82), pero ahí surgió primero Bryant (que terminó con 29 puntos pero con 10 de 29 en el tiro de campo) y Fisher, que con un 2 más 1 impresionante tras una entrada en la que le saltaron 3 rivales puso el 80-87 en el marcador a 48 segundos del final.

Fueron minutos de mucho pitar por parte de los árbitros, que tuvieron que tomar varias decisiones al filo de la complicación más absoluta y que tuvieron que tirar más de una vez del vídeo. Acertaron casi siempre, aunque algún error cometieron.

Al final, Vujacic, que apenas jugó, decidió con 2 tiros libres (82-89 a 23 segundos del final) tras un ataque a la desesperada de los locales que acabó con falta de Garnett sobre Gasol.

Y los Lakers se llevaron el partido. Gracias a su tremenda defensa cargada de físico y conceptos solidarios en las ayudas. Gracias a su control del rebote. Gracias a haber limitado el peligro desde el perímetro del rival (4 de 18 en el triple). Gracias a haber detenido el incontenible juego de Rondo (buena labor aquí de Kobe). Y gracias, sobre todo, a haber demostrado una madurez enorme, manteniendo la cabeza fría en momentos delicados y con el terrible ambiente adverso del Garden. Estos Lakers se acercan al anillo, aunque la lucha prometa ser larga.