JORNADA NBA / PLAYOFFS 2010
Debacle de los Blazers en el Rose Garden
Jason Richardson anota 42 puntos tras hacer 8 triples
Rudy Fernández renace al final, cuando ya era tarde
Desastre con mayúsculas de Portland en el primer partido de la serie disputado ante sus aficionados. Hasta por 31 llegaron a perder unos Blazers que fueron superados en todo momento por Phoenix. Extraordinario Jason Richardson: 42 puntos y 8 de 12 en el triple.
Rudy Fernández fue titular y en la primera parte volvió a demostrar que está fuera de sitio. No aportó nada el español en esa primera parte, si bien no estuvo en cancha cuando su equipo perdió los papeles. Su único consuelo, los 4 triples que anotó en el último cuarto. Los 3 primeros, logrados en apenas 1 minuto de juego, hicieron concebir falsas esperanzas de remontada a los suyos. Fue la única luz en un largo túnel.
Portland 89 Phoenix 108 (1-2)
Los Blazers empezaron esta eliminatoria golpeando a los Suns en Phoenix y tras esa importante victoria cayeron en una realidad difícil de digerir: no parecen estar en condiciones de luchar contra el equipo de Arizona.
Y es que los Suns han logrado 2 triunfos consecutivos por 29 y 19 puntos, han recuperado el factor cancha y, lo que es más importante, han adquirido una ventaja psicológica difícil de superar. Los Trail Blazers están tocados y anoche perdieron otra vez a Batum, con su hombro renqueante.
Los críticos de Rudy Fernández (con toda la razón visto su desastre en los 2 primeros encuentros) tendrán ahora más bolos que derribar. Porque lo de esta noche fue un auténtico desastre.
Tras perder en el partido anterior por 29 puntos en Phoenix, el tercer choque fue por los mismos derroteros, pero en el Rose Garden. Los visitantes se escaparon desde el principio (16-34 en el primer cuarto) y se fueron al descanso con un apabullante 37-66. Huelgan las explicaciones.
Sin embargo, nos quedaremos con algunos números. Para entonces, Jason Richardson ya llevaba 21 puntos (en la segunda parte anotó otros 21). Y Rudy Fernández, que se emparejó en los dos lados de la cancha con Nash, no le defendía. Para entonces, los locales habían anotado menos del 36% de sus tiros y los visitantes el 56,8 de los suyos. Para entonces, los locales llevaban 1 de 8 en el triple y los de Gentry firmaban 7 de 14. Para entonces, Phoenix había robado 5 balones y sólo había perdido 3, muestra de la infame defensa local, que recibió 66 puntos.
Pues no se sabe qué fue más infame en esos primeros 24 minutos, si el ataque o la defensa de los de McMillan. Todo ello sin quitar mérito al partidazo de Phoenix, dueño y señor de la cancha con el citado Richardson en plan estelar (21 puntos), Stoudemire dominando la zona (13 tantos) y Nash como el perfecto director de orquesta (9 puntos, 6 asistencias y 4 rebotes). Y los de Oregón ya habían perdido a Batum, que se fue dolorido a los vestuarios.
Tras alcanzar el ecuador 29 puntos arriba (la máxima ventaja visitante fue de 31), los Suns detuvieron un poco su discurso sangrante y se dieron a la contención.
Aún así, dominaban por 21 al inicio del último cuarto y sólo un gesto de rebeldía y rabia por parte de un Rudy Fernández, martirizado por los medios y por sus propios medios, dio un halo de esperanza a la grada.
Fueron 60 segundos mágicos, 1 minuto en el que de repente resurgió ante todos nosotros el mejor Rudy, el verdadero Rudy. En ese minuto, el español anotó 9 puntos a partir de 3 triples y colocó a su equipo a 11 en el marcador (80-91 a 5:24 del final). Fue un espejismo. Acto seguido, Fernández erró el que pudo ser su cuarto triple consecutivo y Phoenix encadenó un parcial de 2-13 para irse nuevamente en el luminoso (82-104) y la grada calló. Bueno, los pocos espectadores que no habían abandonado ya sus asientos.
Rudy concluyó el partido con 12 puntos en 22 minutos. Todos ellos en el último cuarto y todos ellos desde el triple (4 de 7). Pero no hay que olvidar su desastroso primer tiempo. A los 3 minutos de juego cometió su segunda falta personal y se fue al banquillo y en los trascendentales dos primeros cuartos no anotó ni uno solo punto.
Ningún compañero suyo se salvó. Aldridge terminó con 17 puntos, pero hizo un 5 de 14 en el tiro y en la primera parte fracasó estrepitosamente como líder del equipo. Miller fue un base incapaz de obrar adecuadamente para desatascar la ofensiva local y el equipo, en el aspecto colectivo, no defendió ni un pimiento.
Ese final de Rudy Fernández (12 puntos en los últimos 6 minutos) y los 14 tantos de los suplentes Bayless y Webster fueron las únicas tablas a las que asirse en el naufragio.
Los Suns, a todo ritmo, el ritmo de Nash. Y el de Richardson, auténtica estrella de esta serie.