La cabeza de Kevin Pritchard peligra en Portland
La relación entre el general manager de los Blazers y el entorno del propietario se tensa
Todo tiene un final y el de la relación entre el general manager de los Blazers, Kevin Pritchard, y la franquicia de Portland podría estar cerca, a juzgar por lo que publica estos días la prensa de la ciudad de Oregón. Tras 4 años al frente del equipo, su futuro parece estar en el aire.
A muchos les parece increíble que el hombre que en apenas 2 años consiguió restructurar a los entonces conocidos como Jail Blazers, uno de los peores equipos de la NBA dentro y fuera de las pistas, y convertirlo en uno de los equipos más serios y prometedores de la Conferencia Oeste pueda salir de la franquicia, pero nada parece claro en Portland estos días.
La espiral de rumores comenzó tras el fulminante despido de Tom Penn, mano derecha y hombre de confianza de Pritchard, y ha alcanzado su máximo tras unas declaraciones del agente de Pritchard y Penn, Warren LeGarie, en las que insinuaba que la intención de la franquicia no era otra que deshacerse de su actual general manager, cuyo actual contrato finaliza la temporada que viene.
Sin voto de confianza
Los medios locales han buscado con insistencia en los últimos días que tanto el propietario del equipo, Paul Allen, como su presidente, Larry Miller, expresaran su confianza en Pritchard, pero el primero no ha hablado y el segundo se ha limitado a lanzar balones fuera y remitirse a la evaluación que se pueda hacer dentro de la organización a final de temporada. El propio Pritchard tampoco se ha atrevido a pronunciarse sobre su continuidad.
Entre tanto, algunos acusan a Pritchard de ansiar demasiado poder dentro de la franquicia, otros hablan de su mala relación con el técnico, Nate McMillan, y los hay que aseguran que el despido de Penn, íntimo amigo de Pritchard, estuvo precedido de una fuerte discusión con Larry Miller e incluso que llegó a llamar “mentiroso” en la cara al propietario, Paul Allen, a quien también le llueven las críticas en las columnas de prensa.
A Pritchard, por ahora, las únicas palabras de respaldo le han llegado de McMillan, que ha negado además que haya una mala relación entre ambos. El resto callan pero, de puertas adentro, la guerra parece desatada entre el máximo responsable deportivo del equipo y los conocidos como ‘Vulcans’, los directivos de Vulcan Inc., la sociedad de Paul Allen que controla los Blazers y el resto de negocios del multimillonario cofundador de Microsoft.