Parte de guerra: Scola, siete puntos de sutura y Villanueva, fractura de nariz
El jugador argentino no tiene problemas de visión ni rotura alguna en el área ocular
El baloncestista dominicano será operado en las próximas horas de su fractura
Mala noche para los hispanos desde el punto de vista físico. Patente queda en el parte de guerra de la jornada del domingo. Por un lado, Luis Scola sufrió un importante corte en el párpado derecho que requirió 7 puntos de sutura; por otro, Villanueva se rompió la nariz y será operado hoy.
La mala suerte se cebó con el argentino y con el estadounidense de origen dominicano. Al primero le llegó esa mala suerte sin apenas poder entrar en el partido, a los 22 segundos de su inicio. Al segundo le alcanzó a 9:30 del final, cuando estaba caliente y llegaba el momento de jugarse las habichuelas.
Ambos jugadores tiene además un notable paralelismo por lo que respecta a sus equipos, cada vez más huérfanos de figuras. En Houston andaban sin Yao Ming y Tracy McGrady cuando les llegó el susto de Scola; en Detroit todo va a peor y ya no cuentan con sus mejores hombres, ausentes Hamilton, Prince, Gordon y ahora Villanueva.
Aparatosa lesión de 'Luifa'
La lesión de Luis Scola fue ciertamente aparatosa y su presencia en la cancha apenas duró un suspiro.
Ese suspiro se midió en 22 segundos, el tiempo en el que el jugador de los Thunder Etan Thomas lo sacó de la competencia con un golpe en la cara. Thomas entró a canasta en busca de la volcada con la mano derecha mientras con la izquierda se apartaba de un manotazo de la molesta presencia defensiva de Scola. Esa mano izquierda se fue al ojo del argentino que empezó a sangrar abundantemente.
Vino presto un asistente para intentar con una toalla parar la sangría del jugador, tirado en el suelo. Pero no había manera, el corte era serio, tal y como atestiguó su propio compañero Aaron Brooks, que pensó en un primer momento que no era nada, un corte, algo de sangre... pero al momento se dio cuenta de que era algo más serio y en un sitio delicado, el párpado derecho.
Las asistencias retiraron al bonaerense, que se fue por su propio pie con una toalla cubriéndole el rostro.
El hombre de hierro
Una auténtica lástima para el hombre de hierro, el jugador que nunca falta a la cita con su equipo, los Rockets, el que no se pierde competencia alguna. Y es que hasta la fecha sumaba Scola 200 partidos consecutivos -181 de fase regular y 19 de playoffs-. Un atleta ejemplar.
Tanto es así, que algunos de sus compañeros aguardaban a que el internacional albiceleste aún volviera a la cancha. “Es argentino, los jugadores de su país se ponen algo y vuelven a jugar de nuevo”, llegó a decir su compañero Shane Battier.
El caso es que Luisito queria volver al encuentro, pero los médicos del club lo desaconsejaron por completo.
Después vinieron las buenas noticias: la visión del jugador era perfecta, no había sufrido daño, y no había nada roto en su zona ocular ni en los más cercanos alrededores. Ahora habrá que ver si 'Luifa' sigue con su racha inmaculada de participaciones consecutivas o se pierde algún partido.
Lo de Villanueva, peor
Peor fue lo de Villanueva. Porque al fin y al cabo, el dominicano ha de pasar por el quirófano debido a la rotura de su nariz. Será en las próximas horas, hoy lunes, según confirmó ayer el propio jugador en Twitter: “Cirugía mañana, desenme buena suerte”.
Una vez operado, no se sabe muy bien qué pasará, cuánto durará su convalecencia. Lo que sí no tiene género de dudas es que cuando se vuelva a vestir de corto tendremos que ver a un Charlie Villanueva ataviado con una máscara protectora que le protegerá el rostro para que no se resienta su nariz maltrecha.
La mala fortuna se cebó con el jugador de Detroit, que se partió la nariz al golpearse con su compañero Ben Wallace, aunque buena parte de culpa provino de un rival, Pachulia.
Villanueva entró decidido a canasta y cuando estaba en el aire recibió la entrada al unísono de 2 jugadores de Atlanta. Uno de ellos, Pachulia, le apartó un brazo de forma contundente y en la caída descontrolada Villanueva golpeó su nariz con la cadera de Wallace. Fue duro de ver.
El jugador quedó tendido boca abajo en el suelo echándose mano a su nariz, porque era consciente del daño sufrido. Pronto llegó un miembro del banquillo con una toalla para intentar detener una hemorragia nasal bastante abundante.
Más de 1 minutos tardó Charlie en sentarse en la pista y prácticamente 2 en incorporarse por completo para alcanzar el banquillo. Y aún tuvo fuerzas, con la nariz rota, para tirar los 2 tiros libres que le correspondían y anotarlos, lo que le valió el encendido elogio de su entrenador, John Kuester. Ahora habrá que esperar cómo sale la operación y qué tiempo de recuperación le dan los médicos.