ECONOMÍA

El dueño de los Nets dice sí a la oferta rusa por el equipo

Sólo el visto bueno de la NBA falta para hacer oficial la venta de la franquicia

hispanosnba.com |

Los Nets tienen nuevo dueño, o casi. Será Onexim, el grupo inversor del multimillonario ruso Mikhail Prokhorov, que se hará con el 80% de las acciones tras llegar a un acuerdo con Bruce Ratner, actual accionista mayoritario de la franquicia. Sólo falta la bendición de la liga.

Una bendición que se espera en próximas fechas, toda vez que el comisionado de la NBA, David Stern, ha manifestado su apoyo a la operación, que considera una manifestación más de la progresiva globalización de la NBA, y no parece que el Comité Ejecutivo de la liga vaya a oponerse. Las 3 cuartas partes de los propietarios deberán votar a favor de la venta para que ésta se haga realidad.

Una vez recibido el visto bueno de la liga, se espera que el proceso de venta culmine a principios de 2010 como muy tarde, una vez cerrados todos los flecos y superados los diversos trámites burocráticos.

Además del 80% de los Nets, Prokhorov adquirirá el 45% del nuevo estadio que la franquicia prevé construir en Brooklyn, inyectando de forma directa 200 millones de dólares que tratarán de resolver los problemas de liquidez del proyecto, y tendrá la opción de hacerse con el 20% de Atlantic Yard Development, la compañía promotora del desarrollo inmobiliario que acompaña al polémico pabellón de los Nets.

En total, la operación se valora en cerca de 700 millones de dólares y supondrá la toma de control por primera vez de una franquicia del deporte profesional estadounidense por alguien no nacido en Estados Unidos o Canadá, así como la confirmación, para desazón de los aficionados de Nueva Jersey, del traslado del equipo a la ciudad de Nueva York.

El anuncio de la fuerte inyección de capital en el proyecto del Brooklyn Arena tampoco parece haber desanimado a los detractores del proyecto, agrupados en torno a la asociación Que El Desarrollo No Destruya Brooklyn, que mantienen varios conflictos abiertos en los tribunales con los promotores y ven la entrada del capital ruso como una prueba más de las dificultades de Bruce Ratner para financiar un proyecto que consideran desproporcionado y dañino para la ciudad.